Llamada a consultas: una respuesta a medio camino para una crisis previsible y sobreactuada


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La visita a Espaa del presidente de Argentina, Javier Milei, para participar junto a lderes de extrema derecha en un acto multitudinario organizado por Vox, tena desde el principio todas las papeletas para acabar como el rosario de la aurora. Milei ha dado muestra en muchas ocasiones de su verbo incendiario, de su actitud provocadora, de su discurso extremista y de sus modales zafios. Desde blandir una motosierra en un mitin a llamar imbcil al Papa, a quien situ del lado de comunistas asesinos, el mandatario argentino se ha despachado contra todo y contra todos. No haba pues motivos de peso para pensar que en Madrid, arropado por aplausos afines, se comportara de manera diferente. Y no lo hizo.

Llamar corrupta a la esposa del presidente del Gobierno del pas que se visita es un insulto inaceptable, mxime si quien lo profiere es el ms alto representante de una nacin con fortsimos vnculos con Espaa. Javier Milei, con sus intolerables palabras, se ha definido l solo por si a alguien le caba alguna duda.

Sin embargo, se equivoca el ministro de Asuntos Exteriores, Jos Manuel Albares, cuando del lamentable episodio deduce un ataque frontal a la democracia, a las instituciones y a la soberana de Espaa. Todo esto es mucho ms, muchsimo ms, y est muy por encima de los exabruptos de cualquier Milei de turno contra Snchez y su mujer.

Albares, siguiendo la moda de la declaracin sin preguntas, quiz para que nadie le pusiera en el brete de sacar a relucir las sustancias que, segn el ministro scar Puente, consume el presidente argentino, anunci la llamada a consultas de la embajadora espaola en Buenos Aires, Mara Jess Alonso.

Segn el ministro, Alonso regresar a Espaa y, de momento, lo har sin billete de vuelta a Argentina. La llamada es sine die porque, segn Albares, las palabras de Milei sobrepasan cualquier diferencia poltica e ideolgica, no tienen precedentes y llevan las relaciones a su momento ms grave en la historia reciente.

Escala de protesta diplomtica

Con esta decisin, el G0bierno espaol se queda a medio camino del catlogo de medidas aplicables en caso de conflicto diplomtico. El ministro poda haber optado por la muestra de enfado ms leve, esto es: convocar al embajador de Argentina en Madrid, Roberto Bosch, para expresarle una queja, bien verbal bien mediante un documento.

En un escaln ms elevado se encuentra la llamada a consultas. En este caso, el pas que se siente agraviado hace regresar a su embajador en la nacin que ha cometido el agravio. La llamada a consultas tiene una duracin indeterminada que depende de la importancia del conflicto.

En este caso, la precisin hecha por Albares, aludiendo a una llamada sine die, intenta hacer ver que el enfado del Gobierno espaol es maysculo. Sin embargo, la llamada a consultas no implica una ruptura de relaciones. La embajada de Espaa en Buenos Aires se mantendr abierta con su nmero dos al frente como encargado de negocios.

La medida de retorsin ms importante es la ruptura de relaciones e implica la retirada del embajador y el cierre de la legacin del pas ofendido y, en contrapartida, tambin da lugar a la clausura de la representacin diplomtica del pas ofensor. Esta respuesta mutua tambin se produce cuando un pas expulsa al representante diplomtico de otro

Espaa ha convocado en mltiples ocasiones a embajadores de otros pases para expresar protestas. Menos veces ha llamado a consultas a sus representantes diplomticos. Y muchas menos an se ha llegado a la ruptura de relaciones. Cuando as ha sucedido la gravedad del conflicto ha sido siempre extrema.

En esta ocasin, antes de escalar en la protesta conviene tener en cuenta a los espaoles que viven en Argentina, el volumen de los intercambios comerciales y de las inversiones y la destacadsima presencia de nuestras empresas en la nacin hermana.





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