De WhatsApp a una plataforma de 600 personas: la alternativa de unos estudiantes latinoamericanos para evitar las comisiones en el envío de dinero | Noticias de Madrid
Las remesas desde España hacia el extranjero —esto es, las transferencias corrientes efectuadas por los trabajadores a favor de residentes de otra economía— supusieron 10.700 millones de euros en 2023, el equivalente a un 0,7% del producto interior bruto (PIB), según datos de marzo de 2025 que se desprenden de un boletín económico del Banco de España. En Madrid, el perfil de las personas que envían dinero corresponde a trabajadores de servicios esenciales en sus 30 años, originarios de países como Colombia, Paraguay y República Dominicana. La mayoría realiza envíos dos o tres veces al mes.
Entre ellos ha surgido un fenómeno: la llegada de nuevas plataformas para enviar dinero desde España a Latinoamérica, que buscan competir contra las grandes empresas y apostar por la gente de a pie, que sigue considerando más seguro enviar dinero a sus familias desde su locutorio de confianza. Una de estas plataformas, recogidas en un reportaje de Lucía Franco en EL PAÍS, de envío de remesas es Taptap Send, aterrizada en España hace año y medio. Según una de las empleadas de esta aplicación, una migrante latina residente en Madrid: “Empezamos por Colombia debido a la diáspora de población que ha migrado a Estados Unidos y España, pero pronto llegaremos a más países de la región” .
Otra de las empresas que está abriéndose un hueco en el sector es TucanPay. Surgida como un proyecto de fin de máster en Madrid, está inspirada en una idea de cinco estudiantes latinoamericanos que enfrentaban el desafío de enviar dinero desde sus países para cubrir los gastos de vivir y estudiar en el extranjero, como alquiler, transporte, comida y las mensualidades universitarias. Empezaron como un simple grupo de WhatsApp y ahora cuentan con una plataforma que ya tiene más de 600 usuarios activos. Al buscar opciones, explican sus impulsores, se dieron “cuenta de que los métodos tradicionales como locutorios, transferencias bancarias o el uso de tarjetas extranjeras compartían un problema común: utilizaban sus propias tasas de cambio, más un porcentaje de comisión, resultando siempre más costosos”.
Este grupo de estudiantes encontró una alternativa más justa: “Cambiar dinero directamente con otros compatriotas”. Sin embargo, dicen, aunque esta opción es más transparente y gratuita, no siempre es fácil encontrar a alguien dispuesto a cambiar justo la cantidad necesaria en el momento indicado.
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