Y Snchez cogi su guitarra para ganar al pueblo


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El entorno meditico de Snchez ha celebrado que el Gobierno no respaldase la estrafalaria estrategia de defensa de Cerdn: ya escama que sea motivo de festejo que La Moncloa no cuestione la accin de la Justicia. El palmeo es gratuito, condescendiente e interesado. Cerdn se declar ante el juez vctima de una conspiracin por ser el arquitecto de los gobiernos de progreso. O sea, adecu los fundamentos de su defensa a los motivos de duracin de Snchez. Se defendi como suele hacerlo Snchez.

El grotesco ejercicio de autocomplacencia de Cerdn goza de la complicidad de Snchez y es el ltimo servicio de Cerdn a la causa de la supervivencia de Snchez. Cerdn sabe que si cae Snchez su situacin se complica. Y Snchez sabe lo que sabe Cerdn. No gusta un Gobierno como el de Snchez, sin ataduras con el pasado. Se han hecho grandes avances, molesta a estos poderes y nos arrastran por el fango. La cita es de Cerdn en el Supremo. Si suprimisemos la referencia a Snchez -o, tratndose de Snchez, ni siquiera hace falta eliminarla- bien pudo haberla entonado Snchez en el mohno Comit Federal.

Snchez anticip y comparte -o traza- la estrategia de defensa de Cerdn. Cuando convoque elecciones, previsiblemente en un contexto de mxima tensin institucional, plantear un plebiscito sobre su persona basado precisamente en los argumentos de Cerdn que l mismo le provey y dispuso. Las democracias tambin se debilitan cuando la gente sospecha que elije a quien gobierna pero no a quien realmente manda, desliz Snchez al final de su intervencin, cuando anim al Comit Federal a debatir autnomamente. En su crepsculo -o en el de su legitimidad-, Snchez se ha imbuido de un lulismo agnico, desmadejado y trucado.

Sugiere que el PSOE es l, que garantiza que gobierna quien manda, en el partido y en el pas; si no gobernase l, mandaran estos poderes -ocultos- a los que se refiri Cerdn muchos meses despus de que lo hiciera Snchez, que ayer se reafirm: Sabemos que la coalicin ultraderechista tiene poderosos resortes. Los estamos sufriendo en todos los mbitos. Tienen dinero, medios y poder. El poder de los que creen que deben gobernar, independientemente de lo que decidan los ciudadanos en las elecciones con su voto…. La retrica de Snchez es indistinguible de la de Cerdn, la misma que emplea el separatismo.

Y de repente, bajo el laurel de un csar dcese responsable, inquebrantable, decepcionado y traicionado, emergi un flaco Errejn, una guitarra y una estrofa de cantautor: El capitn no se desentiende cuando viene mal la mar. Se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el pueblo. Imagina acordes de Silvio Rodrguez [Yo quiero ser a la zurda ms que diestro / Yo quiero hacer un congreso del unido]; sin embargo, los aplausos fueron tibios y las miradas, recelosas. Page es un hombre de negro, parte de la conjuracin. Snchez tararea quedo a Pablo Milans [Renacer mi pueblo de su ruina / Y pagarn su culpa los traidores]. No piensa en Cerdn sino en sus enemigos internos. Su ltima batalla -y fijacin- de nuevo es la primera, su nica: Snchez o el PSOE.





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