Un monstruo viene a verle, pero l se tapa con el edredn
Ni Gandhi ni Churchill: eternamente Pedro. Despus de semanas esquivando al Parlamento. Despus de semanas cavilando maneras imposibles de conciliar a Ursula Von der Leyen con Yolanda Daz. Despus de semanas planificando con cuidado su minuciosa ausencia de plan, el presidente del Gobierno de la cuarta economa de Europa se plant por fin en la sede de la soberana, sedicente templo de la palabra. Y una vez all, subi a la tribuna, salud… y sali corriendo. Una vez ms. El galgo de Paiporta no se resigna al final de su largusima escapada.
El nico lder europeo sostenido por enemigos ideolgicos de la OTAN (tambin lo es Orban, pero Orban goza de mayora absoluta) tena dos caminos honorables ante s: el pacifismo naf o el europesmo en armas. Finalmente su congnito deshonor lo condujo a la tercera va: el eufemismo. Un presidente pacifista de izquierda que se opusiera en conciencia a incrementar el gasto militar de su pas para comprar armas que indudablemente servirn para matar solo puede dimitir o convocar otro referndum para salirse de la OTAN, en sintona con sus socios de legislatura. Sera un gesto anacrnico, pero honesto. Un presidente que comprende la encrucijada histrica del proyecto europeo y asume el adagio latino de la paz a travs de la guerra se aplica a la tarea de hacer pedagoga, y cuando sus socios le fallan ofrece un pacto de Estado a la oposicin aunque eso anticipe el colapso de la legislatura.
Pero Pedro no es ni una cosa ni la otra. Es un nio grande encerrado con el juguete de su poder, un adolescente congelado en esa edad en que no comprendemos nuestras carencias y huimos de la realidad cuando la realidad se torna inhspita. El rearme europeo equivale para l a la lucidez indeseada de Ricardo II en el shakespeariano trance de su rendicin: “Que nadie me hable de consuelos. Hablemos de tumbas, gusanos y epitafios”. Aunque Pedro de eso no quiere hablar.
Un hombre que huye no sirve para la guerra, pero tampoco sirve para la paz. Pedro Snchez es muy vlido para la reyerta de patio, para el cainismo domstico, para carcajearse del dbil en casa y para adular a esa autoridad en Bruselas que le ha financiado durante aos la permanencia en Moncloa repartiendo fondos y suspendiendo las reglas fiscales. Pero ocurre que los tanques de Putin han pisado la manguera. Y que los pases del norte, del centro y del este de Europa que estn aumentando su gasto militar a costa del gasto social -como le record en pblico el primer ministro de Finlandia- se niegan a pagar a escote los compromisos de Espaa, segn va suplicando Pedro por las cortes europeas. Ni deuda mancomunada ni transferencias a fondo perdido. El procedimiento reglamentario se llama presupuestos generales del Estado. Y por mucho que plagiara su tesis doctoral es improbable que nuestro economista en jefe ignore el concepto de coste de oportunidad, como no lo ignoran sus socios: llegar al 2% del PIB en defensa comportar necesariamente recortes en otros mbitos. Solo los locos desacatan el principio de no contradiccin. Y solo los mentirosos boxean con las matemticas.
Pero este mircoles Pedro lo volvi a hacer en el Congreso. Puso la tribuna perdida de lrica europesta, con citas de Jean Monnet y cantos al despertar de la conciencia europea amenazada por el imperialismo ruso y el abandono estadounidense. “Debemos superar el bloqueo de la melancola. El momento es ahora”. Pero acto seguido volvi a meterse en la cama y a taparse con el edredn hasta las orejas para negar al monstruo que ha venido a verle. “Este esfuerzo adicional de seguridad no se har en detrimento del Estado de bienestar mientras yo sea presidente. Se har sin tocar un cntimo del gasto social o ambiental”. No ser magia: sern nuestros impuestos. “Lo importante no ser el cmo ni el cundo sino si invertimos juntos”. No, Pedro: t eres el presidente. Las facturas atrasadas son tuyas. No de Polonia. Y no de la oposicin.
El tono escogido pareci deliberadamente somnfero. Y el tema -nada menos que un rearme- no poda resultar ms ingrato a los odos de la bancada llamada progresista. Resultado: nunca el amo recibi menos aplausos por un discurso parlamentario. Demasiadas apelaciones a la unidad, demasiadas lecciones grandilocuentes de historia. La grey pedrista ha sido amorosamente educada en la polarizacin, pero el orador no pronunci la palabra “ultraderecha” -el silbato de perro que activa el reflejo del antagonismo- hasta el minuto 46. Hasta los diputados del PP vegetaban, porque ninguno reaccion cuando el presidente les regal este autorretrato: “No podemos vivir al albur de los cambios de opinin”. No podemos, efectivamente. Y qu vamos a hacer para ganar credibilidad en la disuasin? La frmula escasamente marcial del presidente espaol es ahogar a Putin en un mar de startups. Sofocarlo con algoritmos. Mucha igualdad, mucha agenda verde, mucha cooperacin y desarrollo. El plan militar de Pedro es un antivirus. Seguro que con eso doa rsula se conforma y los batallones rusos se repliegan hasta los Urales.
A ver, tampoco esperbamos que el socio de Yolanda Daz avanzase el envo de una Divisin Roja a la coalicin de voluntarios de Macron y Starmer, remedando la Divisin Azul de Franco. Pero tampoco que el nico anuncio del presidente fuera el de su viaje a China y Vietnam. El plan de defensa es que no hay plan de defensa. No hay calendario ni cifras ni procedimientos legales de financiacin ni votos. No hay nada porque en cuanto hubiera algo el Gobierno caera. Solo hay un hombre en fuga. Otro Puigdemont.
Feijo no desaprovech la oportunidad que le ofreca la criatura demediada que acababa de sentarse en el escao presidencial. Se sinti cmodo colocando a Snchez frente al espejo ahora que nuestro demacrado Dorian Gray ya no quiere mirarse en l. Repas las contradicciones ideolgicas de la CoPro (Coalicin Progresista), su inconsistencia presupuestaria, el cerco judicial, el insulto a la inteligencia de los espaoles como eplogo penoso del manual de resistencia. Cmo va a dar lecciones de seguridad quien cede el control de las fronteras a quien no cree en la unidad territorial de Espaa? Cmo vamos a comprometernos con la OTAN si parte del Gobierno y sus socios quieren salirse de la OTAN y le llaman “seor de la guerra”? El progresismo ahora es recibir a Bildu en Moncloa para hablar de comprar armas? Y va a saber ms de los planes de defensa espaoles el presidente chino que el Congreso? Cmo va a pagar el rearme si ni siquiera puede dotar la ley de la ELA? Es que piensa computar la defensa judicial de balos a Garca Ortiz como inversin militar? “Yo no estoy a sus rdenes. Pero el PP no es el escollo para un pacto de Estado en defensa: lo son sus socios. Solo tiene dos salidas dignas: someterse a las Cortes o a las urnas. Por eso no escoger ninguna”, remat a placer el lder del PP.
La presencia fsica de Pedro Snchez delata un agotamiento inocultable. Es normal: nadie lo entiende tan bien como yo. Alguien que le quiera debera recomendarle parar, pero no sabemos si existe alguien as. Y adems l quiere seguir corriendo, huyendo siempre hacia adelante. Su problema es que delante no est la meta: est la cumbre de la OTAN del mes de junio.