Snchez y sus dos admiradores de Barcelona en la ciudadela de Amn: “Muchas gracias por lo de Palestina”
Hace calor. Mucho. El sol castiga y apenas hay sombras. La chaqueta sobra. Los trajes de la delegacin espaola se mezclan con las camisetas y los pantalones cortos de los turistas. Pedro Snchez visita la Ciudadela de Amn, ruinas de gran valor histrico y cultural y un excelente mirador que permite descubrir la peculiar distribucin de la capital jordana. El presidente del Gobierno, tras disfrutar del conjunto y la vistas, toma el camino de piedras hacia su coche. Le espera el rey Abdal II de Jordania. Una pareja lo ve caminar y lo aplaude.
– De dnde sois?, pregunta Snchez.
– De Barcelona!, responden la chica y el chico.
– Muy bien, muy bien.
– Muchas gracias por lo que ests haciendo en Palestina, le dicen mientras ste prosigue ya su marcha. Ms adelante se encuentra con otro grupo de espaoles.
– De dnde sois?
– De Murcia, Burgos, Cdiz, Cantabria, Galicia..
– Esto va a salir en el telediario, dice el presidente, que se hace una foto de grupo con ellos.
– En cul? Un saludo a mi abuela ya. Risas.
Snchez est inmerso en una gira por Oriente Prximo, con parada en Jordania, Arabia Saud y Catar, en la que el foco est puesto en la situacin en Gaza, la guerra entre Israel y Hamas y en la que el presidente espaol presume y se exhibe como abanderado de la solucin palestina, liderando la va de los dos estados para poner fin al conflicto: el reconocimiento del estado palestino -que Espaa prev hacerlo durante este verano- y el del israel por parte de aquellos pases rabes que an no lo hacen, como Arabia Saud.
Precisamente con el prncipe heredero saud, Mohammed bin Salmn, mantuvo un encuentro ayer Snchez, en el que llev, de nuevo en su carpeta, su propuesta de que la solucin al conflicto pasa por el reconocimiento de los dos estados pese a las reticencias saudes. Una cita que se prolong durante ms de dos horas y con la que Bin Salmn rompi el ayuno, porque es poca de Ramadn. En la reunin ambos asumieron, segn fuentes gubernamentales, que el camino deber ser el reconocimiento del estado palestino y del israel -pese a las reticencias de Arabia- y en la que si bien hablaron de las empresas espaolas y sus oportunidades de negocio, y se aludi a los proyectos de Navantia (corbetas) o Airbus (aviones), no se abord la entrada de capital saud en Telefnica. Tampoco ninguna mencin a los Derechos Humanos, en un pas cuestionado por no cumplir los estndares. Para el Gobierno no eran los temas del viaje.
Horas antes, en Amn, Snchez y Abdal II haban abordado el contexto de extrema gravedad que vive la zona. El monarca jordano traslad a Snchez, segn fuentes gubernamentales, su preocupacin por el peligro real de que se produzca una escalada en el conflicto entre Israel y Hamas y por el aumento de tensin en Cisjordania. Ambos lderes abordaron la necesidad de que la ayuda humanitaria pueda entrar en Gaza por va terrestre, a travs de los camiones, y no slo por el mar o desde el aire.
Es urgente que Israel permita el acceso a la ayuda humanitaria en Gaza, tal como le exigen diversas instancias internacionales, incluida la Corte Internacional de Justicia. Se est viviendo una tremenda catstrofe humanitaria. La comunidad internacional no puede permanecer impasible, fue el mensaje que lanz Snchez, horas antes, desde el campo de refugiados Jabal el Hussein de Amn, donde viven unas 30.000 personas.
En este campo de refugiados, que alberga un colegio donde estudian 1.400 nias de 6 a 15 aos -700 en el turno de maana y 700 en el turno de tarde-, Snchez defendi la necesidad de seguir financiando la UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados y refugiadas de Palestina, en medio de las presiones de algunos pases, entre ellos Israel, para retirarles los fondos y de acusaciones de terrorismo a sus miembros. Es fundamental que la comunidad internacional mantenga una financiacin adecuada de UNRWA. Y Espaa est dispuesta a predicar con el ejemplo. Ya hemos anunciado un volumen de 23,5 M en contribuciones para 2024. Espaa har todo cuanto est en su para ayudar a mitigar las terribles consecuencias de este conflicto. Y trabajaremos conjuntamente con nuestros socios rabes.
Espero que siga siendo la voz de los que no tienen voz en Gaza, le dijo Natalie Boucly, comisionada general adjunta de la UNRWA.