Snchez y la derecha ‘putitrump’ utilizan a Ucrania como coartada
En la derecha putitrump que orbita en torno a Vox y a organizaciones paleoconservadoras como HazteOr, se empieza a detectar un patrn de comportamiento calcado al del independentismo durante el procs: una negacin nihilista de los hechos que contradicen su credo y una constante elucubracin de todo tipo de estrafalarios argumentos y teoras conspiranoicas –Soros, el globalismo, USAID…- para justificar su posicin poltica y su oposicin al sentido comn y la decencia.
El ltimo invento de algunos de los voceros ms conspicuos de la derecha putitrump es que no conviene seguir criticando pblicamente al presidente de EE. UU., aunque el hombre peque de cierta vehemencia panocha, porque lo nico que se va a conseguir con ello es apuntalar a Snchez en La Moncloa. Una tesis que ahonda en esa concepcin binaria de la realidad que tambin considera que atacar a Trump supone avalar el infecto wokismo, como si no fuera posible rechazar por igual al cretino de la Casa Blanca y a la ideologa de la izquierda boba.
Este intento de vincular la suerte de Trump con el final del sanchismo es muy oportuno tras el inane cnclave de lderes europeos en Pars, ya que corrobora la que es una de las principales debilidades europeas respecto a Putin: desde el inicio de la invasin rusa, la mayora de lderes y partidos han abordado el conflicto priorizando sus respectivas realidades domsticas, haciendo un balance de los costes y los beneficios electorales que comportaban cada uno de sus movimientos respecto a Ucrania.
Este tacticismo se explica por la creencia europea de que podra eternamente subcontratar la guerra -que EE. UU. y otros combatieran por ella bien lejos de su frontera- y explica por qu el apoyo militar de la UE a Kiev result ms efectista que efectivo: nunca se le dieron a Ucrania las armas necesarias para ganar a Rusia, solo para evitar que acabara del todo conquistada, para no soliviantar a Putin y no ponerse en contra a una opinin pblica que en Europa siempre vio lejana la trinchera ucraniana.
En paralelo a este dubitativo egosmo, las emergentes derecha e izquierda ultras aprovecharon las consecuencias de la guerra en Europa, como el aumento de la inflacin y el precio de la energa, para desprestigiar a la UE, su comn objetivo, culpndola incluso de lo que no hizo: alimentar el belicismo y perpetuar la guerra.
De igual manera, Snchez ha utilizado la crisis ucraniana para construirse un portfolio internacional de “hombre de Estado” que contrarrestara el desprestigio de su figura en Espaa por los casos de corrupcin y su alianza con el nacionalismo. No tuvo reparos en presentarse como el gran aliado de Zelenski, al tiempo que racaneaba la ayuda militar que le prometi, incumpla el compromiso con sus socios de la OTAN de inversin en Defensa y permita que Espaa fuera el pas europeo que ms gas lquido ruso comprara, financiando as la ofensiva militar putinista.
Sin embargo, el abrupto cambio en el tablero geopoltico provocado por Trump ha desnudado la hipocresa de Snchez y, como le pas a Zapatero cuando en 2011 tuvo que asumir la realidad de la crisis financiera y cambiar con urgencia la Constitucin para pagar la deuda pblica, le puede acabar obligando a explicar a los espaoles la desagradable realidad: nuestro ejrcito es, hoy por hoy, una broma, sin material ni recursos, ni suficiente tropa (116 mil efectivos), y si no destinamos una inversin en Defensa muy superior a ese mnimo 2% del PIB previsto para el 2029, lo que exigir recortes muy drsticos en otros sectores y un aumento fiscal, las Fuerzas Armadas no van a poder garantizar la integridad de Espaa y su seguridad.
