Snchez sali sin rasguos del circo; haba ruido, no fieras


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Antes de comenzar la funcin haba en el interior del Senado una brisa de frigorfico, pero dur poco. No eran an las 10.00 cuando Pedro Snchez confes la incomodidad de estar en el Senado un jueves de otoo compareciendo en la comisin que investiga la presunta rapia de Koldo Garca, las cuentas raras del PSOE en esos aos y a los dems imputados en la Operacin Delorme. Quiero decir: a balos y a Cerdn. La incomodidad de Snchez estaba dentro de una frase que esconde la llave maestra para ofender al oponente: «Esta no es una comisin de investigacin, sino de difamacin. Creo que es un circo«. Booommmm. El presidente tiene muchos motivos por los que responder, pero circo aquello lo era. Y fue a peor. Como a m me gusta la ficcin parlamentaria fui feliz por un rato. Las estupideces de algunas preguntas, los escaqueos de tantas respuestas, las ofensas familiares en todas direcciones, el asunto de la prostitucin en su ex ministro y secretario de organizacin, la financiacin del PSOE (que s podra ser cosa seria). Snchez resisti, pero en ocasiones abus de la risa con dientes. La risa con dientes en una balacera le da condicin de nervioso al tranquilo. La senadora Mara Mar Caballero (UPN) le pregunt cunta gente caba en el Peugeot. Lstima que no dejen comer pipas en la sala de prensa.

El encono poltico, a cara de perro, lo calde uno de Vox que anda por ah, ngel Pelayo Gordillo, uno de esos profesionales que bajan muchsimo el rasante nivel de la poltica y genera un cierto pudor: «Ha venido a burlarse de los espaoles. Slo da explicaciones ante periodistas amaestrados«. Esto deca. Mir a mis compaeros de un medio y de otro, pero ninguno pareca sentirse aludido y entend que nadie lo escuchaba. Gordillo se puso como una moto y fue el primero en ondear al suegro del presidente, el empresario de saunas. Ah la mandbula de Snchez cruji levemente. Tambin articul algo cierto el tal Gordillo de Vox: «Que un miembro del Gobierno escoja mujeres prostituidas por catlogo es…». Y para rematar lanz un suspiro lrico: «Esto invita a la melancola». Es muy gracioso escuchar frases de este pelaje a un representante de la extrema derecha. Melancola. Snchez se defenda a veces mal a veces bien, pero se lo ponan fcil.

Habl Uxe Barkos (Geroa Bai) con una sensatez natural y algo extica para una maana as: «La democracia no debe caer en la tentacin de convertir la Justicia en un arma poltica». Despus tom la palabra la tuna del PSOE en el Senado, encabezada por Alfonso Gil (parece buen tipo). Interpretaron Las cintas de mi capa para enfriar la caldera ambiental. Quiero decir: ejercieron su turno con la entrega de los espontneos que extienden el brazo ofreciendo una barrita energtica a los ciclistas cuando suben un puerto. Snchez tom nota. Seris recompensados. Tambin estaba Eduard Pujol, de Junts, con una sola misin: escenificar la ruptura de su partido con el Gobierno asestando al compareciente la palabra «trilero». Es graciossimo escuchar a Junts acusando a quien sea de manejar con trampa los cubiletes. Ms o menos como si Puigdemont saliese a los gritos por Waterloo llamando «prfugo» a un prfugo. Si no fuese por estos raticos tan Monty Python.

Por ah se hablaba de pagos en efectivo, de comisiones, de sobres, de las ciertsimas «chistorras» y las «lechugas (realidades socialistas viscosas de esta legislatura), al descuido alguien deca Delcy Rodrguez (vicepresidenta de Venezuela) y despus Nicols Maduro… Snchez se defenda ondeando el caso del novio de Isabel Daz Ayuso; extrayendo de la chistera a Rato; haciendo memoria de Rajoy por los imputados de su Gobierno; y ms atrs de Aznar por los altos cargos imputados del suyo. Cada vez que le rozaban a la familia sonaba el gong de Grtel u otras tramas. La sensacin es que a esta hora de la legislatura pisamos un suelo muy blando. No haba manera de enganchar un hilo argumental de cierta lgica. Entonces sali el PP a cerrar plaza y el circo fue ya mximo.

De algn bal extrajeron al senador Alejo Joaqun Miranda de Larra Arnaiz (en los carteles se anuncia ms modesto: Alejo Miranda). Casi nadie lo conoca, pero pronto qued claro que que acumula ciertos obstculos. Es de esos hombres que caen regular a la primera por un malentendido en las maneras parlamentarias. Pareca traer por esfago una metralleta con el seguro suelto. Qu manera de incordiar para nada. Qu caricatura del interrogatorio. Qu ideas lisrgicas, como esa del careo entre Snchez, balos y Aldama en el mismo Senado. Qu don para histerizar y dejar atrs lo que importa. Qu desastre de intervencin. Qu manera de favorecer al acusado. Qu bombn de licor para el enemigo.

En la sala Europa, donde los periodistas echamos el rato, hubo un trfico fuerte de diazepanes a los dos minutos de su puesta en escena. Alguien as dispara la tensin de puro chiste. El PP cuenta con algunos senadores slidos, como Francisco Bernab, y vienen a soltar en un da estupendo para remontar cosas tipo Mazn a este hombre/sonajero emocionadsimo con su turno de acoso sin un punto de sagacidad oratoria. Otro gallifante para Feijo. Snchez escap sin magullar. Con lo sencillo que es rodearlo de tantos frentes como acumula. No le revent ni una de las minas del campo. Hasta rer de sobrao, que tanto lo aleja de la verdad, pareca ayer una ducha en el infierno. El Gobierno con bajos niveles de oxgeno en sangre y la oposicin turulata. Esto es lo que hay. Al final de la funcin las serpientes volvieron al cofre.





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