Snchez asume que no tiene asegurada su reforma fiscal tras la ‘guerra’ entre sus socios
La catica sesin vivida en el Congreso este lunes ha puesto en solfa la reforma fiscal que avala el Gobierno. Una negociacin surrealista por momentos, nocturna y con pactos y negociaciones en varios frentes y con los socios de gobernabilidad de Pedro Snchez en una ‘guerra’. El Ejecutivo hizo cesiones a uno y otro lado y, sin embargo, no tiene asegurado que este paquete de impuestos sea aprobado el jueves en el Pleno del Congreso. Podemos, por ejemplo, ya amenaza con tumbarlo si no se hace permanente el impuesto a las energticas. El presidente del Gobierno se muestra confiado en sacar adelante la propuesta, pero admite que, en estos momentos, no tiene certezas sobre ello. Que no tiene garantas para que salga adelante. Porque el Ejecutivo necesita los votos de todos sus socios.
La votacin se produce este jueves en el Congreso y no slo es importante por los nuevos gravmenes que contiene, sino que de fracasar estaran en peligro la llegada de 6.500 millones en fondos europeos. De ah el empeo del Ejecutivo de tener todos los respaldos, porque la fragilidad parlamentaria de la coalicin hace que necesite todos los votos en todas las votaciones. “Hasta el jueves tenemos muchas horas por delante para llegar a acuerdos con las formaciones parlamentarias y sacar adelante una reforma fiscal necesaria para fortalecer el Estado del bienestar”, ha asumido Snchez en una comparecencia ante la prensa tras su participacin en la cumbre del G20.
No es slo que Podemos haya plantado, al menos por ahora, como lnea roja el que se haga permanente el impuesto a las energticas, es que Junts tambin avisa de que ellos llegaron a un acuerdo con el Gobierno y que debe cumplirse en su totalidad, que ellos votarn lo que han pactado y no otra cosa. Un rechazo de cualquiera de los socios hara descarrilar la votacin.
La negociacin, liderada la vicepresidenta Mara Jess Montero, provoc el descontento en todos los socios y sumi al Ejecutivo en un laberinto. Se pact con Junts y el PNV mantener el impuesto a la banca y que el 31 de diciembre decayera el de las energticas. Pero, luego, pact con ERC, Bildu y BNG prorrogar mediante un decreto el impuesto a las enegticas. Posiciones aparentemente contrarias, pero a las que Snchez les busca acomodo as, mientras sus socios no encuentran encaje: “Por supuesto que se puede casar. Son dos cosas coherentes y compatibles: que las energticas tengan un gravamen especfico y, dos, que se pueda descarbonizar el tejido productivo. Eso es lo que el Gobierno est defiendo con los acuerdos que hemos alcanzado con unos y con otros”.
Lo que para la gran mayora fue una sesin que muchos calificaron de “esperpntica” en la Comisin de Hacienda del Congreso, para Snchez es algo normal. “Bienvenidos a gobiernos de minora parlamentaria”, ha ironizado. “Llevamos seis aos as. Considero que la debilidad es no poder articular mayoras parlamentarias y este gobierno las articula. Llevamos hacindolo seis aos con votaciones que se ganan y otras que se pierden”.
La negociacin de estas ltimas semanas, el malestar en los socios por cmo se ha planteado y ejecutado el dilogo y las dudas sobre que la reforma fiscal pueda salir adelante ha llevado a pensar a los socios de Snchez que se trata de un “mal augurio” de cara a los Presupuestos. Que es un mal precedente. Snchez tampoco lo ve as. Saca, de nuevo, su lado optimista. “El Gobierno va a cumplir con su deber de presentar los Presupuestos del Estado”.