Ruidos, ratas y accidentes con los camiones: 20 años de lucha en Aravaca contra un cantón de limpieza | Noticias de Madrid
Los vecinos a una de las aceras de la calle del Astrolabio, en Aravaca, se despiertan todas las mañanas con el sonido de los motores de más de una docena de camiones de basura que arrancan a ralentí para “cargar las baterías”. “Están debajo de tu cama”, dice Ángel Martínez, cuyo chalet adosado de tres pisos es el que está más cerca del cantón de limpieza que tiene el Ayuntamiento de Madrid entre la carretera de Húmera y su urbanización. La lucha de los 32 vecinos afectados está en pie desde hace más de 20 años. No solo protestan por el ruido, las ratas o las dos veces que los camiones han chocado contra el muro de unos dos metros de altura que separa los patios del cantón, derribándolo, sino también porque esta infraestructura ha ido creciendo con los años en un terreno que está declarado como zona verde básica en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) vigente desde 1997.
Los vecinos, habitantes de una zona censal que vota en su mayoría al Partido Popular (60%), aseguran que la existencia de este cantón es una ilegalidad, pero el consistorio que dirige José Luis Martínez Almeida responde que esta “no es una zona verde” aunque el PGOUM lo diga así. Señalan, en cambio, que siempre ha sido una parcela dedicada a albergar un cantón de limpieza, incluso antes de que se firmara el plan, y que cumple con toda la normativa ambiental. Tras dos décadas de enfrentamiento la situación no ha cambiado porque, dice Ana Quiralte, otra de las vecinas afectadas, “solo somos 32 vecinos y no llevamos pancartas”.
Cuando Ángel Martínez llegó a vivir a la urbanización en 2001 todavía había un pequeño bosque detrás de su patio. En un costado de esa parcela de casi 4.800 metros cuadrados solo había una caseta de 280 metros cuadrados para guardar equipamiento de barrido manual, señalada en el PGOUM como la única zona de servicio básico dentro de esa zona verde. Poco a poco, explica Martínez, el ayuntamiento fue talando los árboles y asfaltando el área para crear un cantón donde ahora aparcan decenas de camiones de basura y barredoras, además de que se construyó un foso para guardar materiales y varios anexos a la caseta original.

La primera denuncia de los vecinos ocurrió en diciembre de 2004 cuando uno de los camiones de la empresa concesionaria de aquel momento derribó el muro se separación con uno de los patios. “No ocurrió nada porque era la medianoche, pero ahí podrían estar mis hijos jugando”, dice Quiralte, vecina desde 2003, que puso la denuncia porque los daños ocurrieron en su patio específicamente. Algo similar ha ocurrido la tarde del 21 de marzo de este año, cuando un camión que hacía maniobras para aparcar ha vuelto a destruir la pared en el área común de la piscina. Según la vecina, otra vez jugó la suerte a su favor porque al no ser temporada de baño no había nadie en esa zona.
Con el paso de los años y de los disgustos los vecinos de la calle del Astrolabio llegaron a descubrir que ese cantón detrás del patio de sus viviendas no solo los molestaba con ruidos, sino que se encontraba ubicado en una zona verde. Sin embargo, una portavoz del área de Urbanismo del ayuntamiento niega esa clasificación. Señala que “la parcela donde se encuentra el cantón de limpieza de Aravaca está inscrita en el Registro de la Propiedad como cantón municipal de limpieza” y que siempre ha estado destinada a esos servicios, incluso antes de que se comenzaran a construir las primeras casas alrededor del cantón en 1978 o de que se aprobara el PGOUM de 1997.

Los afectados interpusieron una denuncia en 2023 frente a la Fiscalía de Medio Ambiente de Madrid, que archivó la causa tras realizar una investigación y no encontrar ningún indicio de delitos contra el medio ambiente, contra la ordenación del territorio o de prevaricación urbanística, al menos en el plazo de no prescripción de dichos delitos. Según Quiralte, el ayuntamiento tiene registrado ese terreno “con un refrito de propiedades” para saltarse la normativa del PGOUM, ya que, según se ve en un documento que solicitaron los vecinos en 2022, este terreno no constaba aún como de titularidad municipal en el Inventario del Patrimonio Municipal del Suelo. Sin embargo, en el informe que emitió la fiscalía de Medio Ambiente al archivar la causa al año siguiente, se aclara que está inscrita como “bien inmueble de dominio público destinada al servicio público como cantón de limpieza”, aunque registrada con una superficie mayor a los 4.800 metros que cita el PGOUM.
Sobre la discrepancia entre los datos del plan y la titularidad municipal que ostenta actualmente el Ayuntamiento, desde el área de Urbanismo insisten en que la fiscalía ya les ha dado la razón. “La parcela donde se ubica el cantón de Aravaca no es una zona verde básica”, zanja la portavoz.
“No pasa nada porque somos David contra Goliat”, asegura Martínez. Su próxima estrategia será que Mas Madrid lleve una propuesta al próximo pleno del distrito en la que pedirán que la parcela vuelva a su estado original con arbolado y que se respete su condición de zona verde. La concejala de Más Madrid del distrito, Sara Ladra, dice que “es urgente que el Gobierno de Almeida revise la legalidad de la ampliación del cantón”. “El problema tiene dos vertientes y ambas son responsabilidad de Almeida: por un lado, la denuncia vecinal de que la empresa concesionaria amplió el cantón ocupando ilegalmente una zona verde, que no puede dedicarse de ninguna manera a albergar una instalación de este tipo. Y, por otro, los residentes en la zona se quejan del intensivo uso del cantón y del elevado número de vehículos que operan dentro y que podría implicar un incumplimiento de las normas de seguridad y generar riesgos innecesarios para la seguridad del vecindario”, argumenta.

Los vecinos de Aravaca recuerdan especialmente una frase con la que el alcalde José Luis Martínez Almeida negó la viabilidad de una propuesta de los vecinos de Montecarmelo, en la que señalaban un terreno alternativo para que se ubicara el cantón previsto para este barrio, porque ejemplifica lo irónico de su situación: “No es posible que pueda instalarse ese cantón de limpieza, porque es una zona verde y en una zona verde no se puede colocar un cantón”. El malestar de estos vecinos de Aravaca se suma al de otros que también se han opuesto a los cantones de limpieza, como es el caso de los del propio Montecarmelo, Hortaleza o Vallecas, aunque el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, ha señalado que ningún otro vecino además de los de este último barrio han protestado por el tema de los cantones.
Si los vecinos de Montecarmelo se quejan de que su cantón de basura estará a poco más de 60 metros de distancia de colegios y a 140 de las viviendas más cercanas, el de la calle del Astrolabio no tiene separación alguna: de un lado están los camiones y del otro, la mesa para hacer picnic. “¿Qué separación hay si lo que falta es que nos dejen la matrícula del camión sobre la almohada?”, se pregunta Martínez, quien trabaja desde casa y asegura sentir el ruido incesante durante unas 15 horas al día, desde temprano en la mañana hasta bien entrada la noche.
Los vecinos contrataron en 2022 los servicios de una empresa privada para que realizara mediciones acústicas en el entorno de las viviendas que concluyó, según un informe al que ha tenido acceso este diario, que el ruido generado por la actividad del cantón superaba los límites establecidos para las áreas residenciales tanto en el horario diurno como en el nocturno. La cercanía también ha propiciado la aparición de roedores en los patios de los vecinos, por lo que en noviembre de 2024 tuvieron que contratar a una empresa de control de plagas, que terminó confirmando que el grado de infestación de ratas era “muy alto” en el área de la piscina que linda con el cantón. Quiralte dice que no pone en duda la necesidad de esta infraestructura, pero no la quiere detrás de su patio. “Te compras una casa carísima en una zona residencial y la vista es horrible y el ruido también”, se queja.