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Pedro Meloni | Espaa


Actualizado

El Palacio de la Moncloa haba anunciado que Pedro Snchez acudira el mircoles al Congreso a presentar su plan de Defensa con un discurso de altura. Y el presidente, tal es su costumbre, se dedic a la pesca de bajura con un palangre plagado de cebos falsos. Quien sea el que ha sustituido Luisg Martn como amanuense del jefe del Ejecutivo ha heredado su principal arte: la reescritura de la historia para adaptarla a la agenda del Gobierno.

Snchez nos cont en su exposicin que la Unin Europea naci de la pobreza, la degradacin ambiental y las injusticias que generan los conflictos armados. Y aadi que, en su origen, la integracin militar era tan importante o ms que la econmica. De ah que Jeann Monnet y Robert Schuman -padres europestas- impulsasen una nonata Comunidad de la Defensa, que habra cado en desgracia cuando la derecha francesa se neg a firmar su tratado constitutivo. Pues ya tendramos el marco perfecto: cambio climtico con calzador y la ultraderecha como gran enemiga.

Es una lstima que el presidente se olvidara de mencionar al otro gran impulsor de aquel embrin de unin defensiva, el canciller democristiano Konrad Adenauer, y que su amnesia le impidiera explicar que el boicoteador fue el lder socialdemcrata germano, Kurt Schumacher, quien afirm: Nadie que pueda llamarse a s mismo alemn puede firmar eso. Schumacher, que significa Zapatero, -tremendo apellido- quera que Stalin diera antes el visto bueno.

La derecha de Francia no fue la que tumb en 1954 la integracin de una fuerza militar con Alemania que, al fin y al cabo, la haba tenido invadida hace una dcada. Lo hizo una parte de ella, la gaullista, que se ali con la izquierda. En todo caso, Schuman, un alsaciano catlico y anticomunista, haba obrado el milagro a travs de la Comunidad Econmica del Carbn y del Acero (CECA).

Los cien artculos de su tratado constitutivo abordan las condiciones de vida de los trabajadores, la productividad, los salarios, la competencia y los precios, no cmo combatir el cambio climtico, concepto que no exista. Supuso la liquidacin del Estatuto de Ocupacin para que Alemania pudiera regresar a su regin ms industrial, la del Rhur. Al articularse un mercado comn sobre materias primas se conducira a los contendientes hacia la fabricacin de la prosperidad y no de las armas. La guerra entre Francia y Alemania no slo se vuelve impensable, sino materialmente imposible, declar Schuman.

Pero la fortaleza de aquella iniciativa econmica impulsada fundamentalmente por la democracia cristiana es que estaba anclada en la moral. La poltica sin conciencia tiende a la criminalidad; en mi opinin, la poltica es la accin pragmtica en aras de unos fines morales, aadira el sucesor de Adenauder y, ste s, gran socialdemcrata, Helmut Schmitd.

La crisis abierta por el alineamiento del presidente Donald Trump con el dictador Vladimir Putin para estrangular el proyecto europeo est obligando a sus lderes a tomar posiciones. A la espera de Alemania, Keir Starmer, cada vez ms cerca de Bruselas y ms lejos de Washington, y Emmanuel Macron han hecho una apuesta por la autonoma estratgica, mientras que Pedro Snchez y Giorgia Meloni se autoinvisten de embajadores de quienes las amenazan. Ursula von der Leyen mina su credibilidad con vdeos absurdos alineando los riesgos de la guerra con los del cambio climtico, como si fueran problemas homologables. Las causas de las olas de calor o las inundaciones no son las mismas que las de un ataque nuclear. Ni las medidas de proteccin. Y, si se mezclan, se impide al ciudadano conocer la naturaleza del adversario y, por tanto, tomar conciencia de l.

Ah est cmodo Pedro Snchez, que se marcha a ver a Xi Jimping para atraer industrias verdes. La electricidad sobre la que China construye su economa se alimenta quemando carbn en un 60%. Sus emisiones de dixido de carbono son el 31% de las que hay en el mundo, ms que la UE y Estados Unidos juntos y, por tanto, son las que ms contribuyen a los desastres climticos de origen antropognico. Echarse en brazos del mayor contaminante mundial con la bandera ecologista en la mano para disimular que tus socios te impiden rearmarte junto a tus aliados es, como dira Roberto Benito, muy sanchista.

La cmplice de conveniencia de Snchez por el otro flanco es Meloni, que dedic su primera entrevista con un peridico no italiano, el Financial Times, a asestarle una pualada trapera a los elementos ms activos en hacer frente a Trump y a Putin, cuyos idearios son cada vez ms parecidos.

Para Meloni, albergaba parte de razn JD Vance cuando dijo que la responsable de la guerra de Ucrania era Europa, con sus democracias blandibl, y no el puo asesino de Mosc. Aadi que tener que elegir entre la UE y EEUU era infantil, porque Biden ya era proteccionista. Omita la primera ministra italiana que Trump est amenazando con invadir el territorio de un aliado de la OTAN (Dinamarca) y que la base de la discrepancia no es ser ms o menos protector con las industrias nacionales, sino adentrarse en un mundo sin normas. Al menos, Orban habla ms claro.

Quiz la coalicin Pedro Meloni sirva de ansioltico para sus afligidas parroquias. Hasta en los conflictos ms enconados tiene que haber quien mantenga los puentes tendidos con los antagonistas. Siempre que se explique bien quines son los adversarios reales. Y, si puede ser, sin falsear la historia.





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