Operacin 2027: Snchez se trocea a s mismo en directo para impulsar un PSOE ms “competitivo”


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sta tampoco la vimos venir: todo un presidente del Gobierno anunciando en el atril de La Moncloa el zurcido de un decreto como quien anuncia que va a mandar a un espaol a la Luna. En vivo, en directo y en el prime time de los carruseles polticos. Despus de postergar el Consejo de Ministros hasta que Puigdemont pusiera el huevo desde Waterloo y despus de una semana agitando una pancarta que deca Trocear el decreto, de entrada no. Pues vaya que s. Menuda charcutera legislativa hemos montado para acabar pactando unas medidas que se aprobaban solas. Literalmente.

Para no querer filetear su decreto, Snchez ha acabado triturando toda su estrategia poltica reciente y la hemeroteca de sus ministros –scar Lpez neg categricamente lo que luego han hecho- y trocendose hasta a s mismo, si haca falta para descongelar las negociaciones con Junts. Y haca. El escudo humano no eran los pensionistas, era l, pero toda esta gimnasia del bandazo no desgasta tanto al Gobierno por el decreto en s -acierta al rectificar- como por la sensacin de que no es capaz de contener la espiral subastera de sus socios.

Qu ms queda por ceder? Da igual, el Gobierno durar porque no hay alternativa, pero la legislatura tambin se ha troceado definitivamente [una idea de ttulo por si estn preparando otro documental: Moncloa, cuatro estaciones, ocho porciones]. Por un lado lo que acepte Junts, por otro, el choque de cuernas constante con el PP. Que es un fin en s mismo. Por eso el nuevo decreto vuelve a reafirmarse, de manera simblica, en el traspaso del palacete parisino para el PNV. Para quitarse de encima la oferta de pacto de Feijo. Para forzar que vote en contra, aunque ahora, tras el troceo, s habra estado de acuerdo.

Hay un plan. El PSOE necesita mantener la tensin altsima y confrontar modelos. No le hace falta legislar mucho, puede dejarse llevar por la corriente econmica -los datos de empleo son elocuentes-, pero insiste en el encontronazo constante porque sabe que aglutinar mejor a los suyos desde el contraste con el rival que desde la persuasin poltica. Por eso esta operacin decreto es de largo plazo, porque la cosa no va de convalidar o no una norma. Todo esto va de llegar a 2027 y mantener al PSOE en franjas demoscpicas competitivas por la va de un antagonismo de vocacin irredenta contra Feijo y Ayuso.

Van por aqu los nmeros que sustentan esta estrategia: si te lanzas con todo contra el rival, un tercio de los ciudadanos te defiende a muerte, otro tercio te desprecia y otro tercio pasa olmpicamente de ti. Con tu tercera parte de fieles puedes quedarte tranquilo: les dejars a tus sucesores un partido ms o menos presentable. ste s, sin trocear. Pero si quieres gobernar de nuevo, el que importa es ese 33% de electores indiferentes. se vale doble.

En todo caso, mientras Podemos y Sumar sigan divorciados, Snchez no puede ni soar con reeditar la mayora. Lo sabe l y lo sabe Yolanda Daz. Por eso ahora es ms caro el cambalache de Miriam Nogueras y sus siete votos, porque Snchez cada vez tiene ms difcil reeditar su mayora. Si tapa una va de agua de Junts, le salta otra de Podemos, que ahora puede apretar ms. Y as sucesivamente.

Salvando las obvias distancias, podra repetir lo que dijo un procurador cuando una delegacin del Parlamento britnico visit las Cortes franquistas y le preguntaron:

— Y aqu dnde se sienta la oposicin?

— Est un poco dispersa por todo el saln de sesiones.

Todo el mundo saba que las pensiones se iban a revalorizar, todo el mundo saba que haba y hay una mayora aplastante a favor de hacerlo y todo el mundo sabe que el Gobierno lo podra haber aprobado el mismo mircoles por la tarde, cuando el Congreso tumb el decreto. Pero no quiso. La amenaza de dejar las pensiones sin actualizar no col porque desprenda el olor indisimulable de los ventajismos.

Si miras con ojos de entomlogo, hay algo como cautivador en toda esta coreografa del disenso por el disenso. Cuando va el PP y acepta al fin una iniciativa del PSOE, se revuelve Snchez a lo Bartleby. No cede ante Junts para seguir dependiendo de Waterloo, sino para no depender nunca de Gnova. No vaya a verse obligado a pactar con su enemigo una medida propia. Es el mundo al revs. Y es un error. El primer mandato de un buen poltico es seducir. A los tuyos y a cuantos puedas. Liderazgo es convencer a tus amigos de que te pinten la valla de blanco y encima te paguen por ello, como Tom Sawyer.

Tampoco ha sabido el PP aprovechar esta crisis a su favor. Tiene delante de sus ojos la llave para horadar los caladeros templados de la socialdemocracia, pero no termina de atreverse. Cul es esa llave? Asfixiar al PSOE a base de ofrecerle pactos asumibles en temas de Estado como las pensiones, la vivienda, la conciliacin, la dana, los aranceles de Trump… Eureka! Los pactos son la criptonita de Snchez!, le exclamaran a Feijo sus spin doctors en la sombra, si los tuviera.

Las dirigentes de Podemos Irene Montero e Ione Belarra.

Las dirigentes de Podemos Irene Montero e Ione Belarra.EUROPA PRESS

…PERO NO TE OLVIDES DE PODEMOS.

Que Junts haya descongelado la relacin le da aire a Snchez, pero ni mucho menos le garantiza la mayora para todas sus medidas. En Ferraz a quien ms temen, despus de Puigdemont, es a Irene Montero y a Ione Belarra – en la imagen, acompaando a Serigne Mbay, citado a declarar por acusar de racismo a la Polica en Lavapis-, porque el voto de Podemos ahora cotiza ms caro en la lonja del Congreso.

Feijo y las “certezas demoscpicas” del PP

La crisis del decreto mnibus no inquieta al PP. El diagnstico de Gnova es claro: sus encuestas internas le dan la certeza demoscpica de que los ciudadanos culpan mayoritariamente al PSOE de que no se hayan revalorizado an las pensiones. Comoquiera que los populares haban tendido la mano para aprobarlo, califican de xito su estrategia, aunque haya sido Junts el que ha desbloqueado la convalidacin de la norma. Los rabes dicen que si te sientas en la puerta de tu casa, tarde o temprano pasa por delante el cadver de tu enemigo. Pues eso.

Yolanda Daz tambin hace de la necesidad virtud

Aparejar la revalorizacin de las pensiones a la aprobacin de otras medidas ya lo intent Rajoy en 2018, haciendo depender la actualizacin con el IPC de la aprobacin de los Presupuestos. A Snchez le pareca un chantaje en toda regla, pero en 2025 tambin ha unido las pensiones a otras medidas. Hace slo unos das en Sumar haba voces crticas que no entendan por qu el presidente haca lo que critic. Pero Yolanda Daz cambi el lunes de opinin y, casualmente, ese da Carlos Cuerpo cedi ante ella en la reduccin de la jornada laboral. Ah, y luego ella rectific otra vez.





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