No hay precedentes de la muerte de dos bomberos en un mismo incendio en los últimos 10 años, como sucedió en Alcorcón | Noticias de Madrid
Dos bomberos muertos en acto de servicio es un hecho extraordinario y sin precedentes cercanos tanto en la Comunidad de Madrid como en el resto de España. En una lista elaborada por agrupaciones profesionales independientes de bomberos, y facilitada a este diario, se especifica uno a uno los incendios que resultaron mortales para alguno de sus profesionales en la última década a nivel nacional. Ninguno tuvo lugar en Madrid. En total -contabilizando a los de Alcorcón- desde el año 2014 han sido nueve los fallecidos en acto de servicio a causa del fuego. Estos últimos, Sergio y Jesús, de 37 y 34 años respectivamente, representan el 22,22%.
Uno de los responsables del equipo de bomberos del municipio madrileño recordaba en la mañana de este martes, delante del garaje donde se produjo el incendio, que la tragedia ha sido un “mazazo insólito” para un parque de unos 60 trabajadores que atiende a una población de 173.000 habitantes y que lleva funcionando desde los años 70. “En nuestro historial no existe algo parecido. Una vez, en el 84, dos compañeros murieron en unas maniobras, pero nada como esto”, afirmaba al término de una última visita al garaje junto a otros ocho compañeros para, según ellos, “revisar la actuación”, una práctica habitual ante intervenciones de este tipo. “No hay dos sucesos iguales”, ha recalcado. La intervención en garajes es de las más “peligrosas”, explican fuentes profesionales y si en ella están implicadas baterías de litio, el riesgo aumenta considerablemente. Muchas asociaciones profesionales llevan tiempo reclamando más formación a la hora de afrontar estos avisos.
En 2023, se alcanzó la cifra récord de fallecidos por incendios y explosiones, según un de la Fundación Mapfre. Fueron 293, ninguno de ellos era un bombero. Los ejemplos anteriores a lo sucedido en Alcorcón son tan escasos que ni asociaciones ni sindicatos manejan cifras históricas al respecto. El listado elaborado de forma independiente menciona solo nueve casos desde 2014. En 2022, un bombero murió en Santiago de Compostela por el desplazamiento de un autobús en llamas mientras que otro brigadista perdió la vida en las labores de extinción de los incendios en la sierra de la Culebra (Zamora). Un año antes fallecieron otro brigadista en Málaga y un bombero más en un taller de Vilanova la Geltrù (Barcelona). A causa de un infarto sucumbió en 2020 un bombero forestal en Villareal (Castellón), y en 2018, en Colmenar de Montemayor (Salamanca) se produjo otra muerte en el interior de una vivienda que quedó completamente calcinada. “El riesgo al que se exponen estos profesionales muchas veces es extremo, pero la cifra de bomberos fallecidos es casi residual. En los últimos 25 años no recuerdo ningún muerto en Madrid. Por eso el caso de Alcorcón es tan llamativo”, comenta David Gómez, delegado de CC OO de Bomberos de la Comunidad de Madrid.

Las especulaciones no han cesado desde la tarde del 2 de abril en la que un conductor perdió el control de su vehículo al entrar en su garaje de la calle Lilos de Alcorcón. Se trataba de un coche híbrido que el hombre manejaba con las conocidas como “levas”, unos controles montados detrás del volante que permiten cambiar de marcha de forma manual sin necesidad de utilizar el embrague. Al pulsar por error el botón equivocado, el vehículo colisionó a gran velocidad con otro de gasolina, según la hipótesis más probable. Así se produjo la primera explosión. Más tarde, una vez las llamas hicieron que la temperatura aumentase, se sucedieron varias detonaciones más en otros automóviles que había estacionados en el interior, de los que al menos uno era eléctrico. En estos momentos quedan todavía 15 coches en el garaje, que se encuentra precintado y clausurado. El vehículo que conducía el hombre que tuvo el accidente es un Porsche Panamera, y no uno Taycan, como se informó en un primer momento. El motivo de la equivocación es que esa familia cuenta con los dos modelos.
La Policía Científica trabaja en la investigación, para lo que ha hecho una inspección del garaje y también de los vehículos implicados. Según diversas fuentes, el subterráneo no contaba con una cámara interior, pero el peritaje de los vehículos implicados puede dar algunas respuestas. Muchos coches incorporan un sistema cuyas siglas son EDR, que se trata de una herramienta que registra datos antes, durante y después de un accidente. Este mecanismo aporta información sobre intervalos de velocidad, frenado y aceleración. Fuentes expertas en Tráfico advierten de que si este sistema quedó chamuscado será difícil que aporte mucha información.
Antes de que lleguen las conclusiones de la policía, David Gómez trata de arrojar algo de luz sobre los procedimientos habituales en este tipo de actuaciones. “Aquí en el Ayuntamiento de Madrid la dotación mínima que sale en estos incendios es de 11 personas. Ocho son bomberos que van en la llamada Bomba Urbana Pesada, y junto a ellos hay otros tres en un primer tren de ataque. Esos 11 primeros efectivos, a falta de refuerzos, serían suficientes para efectuar unos equipos de rescate que se denominan equipos SOS. Creemos que los bomberos de Alcorcón no tenían esa posibilidad. Entraron a extinguir sin un equipo fuera a la espera por si ocurría algo”, manifiesta. “De hecho, los compañeros que entraron a rescatar a los fallecidos y heridos eran bomberos de la Comunidad de Madrid, los del Ayuntamiento de Alcorcón parece que no tenían los medios para efectuar el rescate. Así, obviamente, no pudieron actuar con la diligencia necesaria”, añade.

Otro de los puntos controvertidos es la posible rotura del mangaje o de la conocida como línea de vida. El primero se refiere a la manguera llena del agua con la que los bomberos extinguen el incendio. “No es cierto que se rompiera. Este mangaje no se rompe, en el peor de los casos queda aplastado, pinzado, y te quedas sin agua. Por otro lado, el suministro de aire no pudo romperse como se ha dicho porque cada uno llevaba su propio equipo en la espalda. Su oxígeno no estaba conectado con el exterior”, ha apuntado brevemente el bombero a las puertas del garaje, que ha preferido no dar su nombre, para después remitirse a la investigación policial en curso antes de sacar conclusiones.
El otro punto sobre el que se tendrá que investigar es la línea de vida. Según David, los bomberos del Ayuntamiento de Madrid, que cuentan con “más medios” que los de Alcorcón, utilizan un sistema de seguridad redundante. Además del mangaje, emplean para guiarse y mantenerse unidos una cuerda ignífuga que los bomberos llevan “amarrada a su cuerpo” y que “a medida que avanzan por el incendio”, van atando a distintos puntos. “En un momento dado, si la primera línea de vida te falla, tienes esta segunda opción para poder dar marcha atrás hasta la salida. Desconocemos si esto lo tenían, porque no en todos los parques está operativo”, lamenta.