Moncloa no altera su hoja de ruta pese a la crcel de Cerdn: “Hay que ver hasta dnde llega la mancha. Va a ser un Comit Federal difcil”
Se ha convertido en una situacin ya cotidiana. Los miembros del Gobierno asisten a un acto y mientras escuchan o atiende a lo que sucede tienen un ojo en el mvil para saber de actuaciones judiciales. ltimamente en las alertas que les llegan de los medios. Pas ayer en Sevilla. La decisin del juez del Supremo Leopoldo Puente de decretar prisin incondicional para Santos Cerdn por corrupcin pill a Pedro Snchez dando una rueda de prensa junto al secretario general de Naciones Unidas, Antnio Guterres. En el turno de preguntas, los mviles empezaron a sonar y vibrar. En el seno del Ejecutivo manifiestan su sorpresa por el hecho de que Cerdn ingrese en prisin ya mismo. Prevean esta situacin, pero no tan pronto.
Aunque el esfuerzo pasa ahora por poner distancia con el que fuera lugarteniente de Snchez en el partido -Es un asunto de una persona que no tiene nada que ver con el PSOE, dijo ayer Mara Jess Montero-, en el seno del Gobierno hay preocupacin, primero porque la decisin del juez confirma que estaba en el vrtice de todo. Y, en segundo lugar, porque la inquietud, la preocupacin ahora es ver hasta dnde llega el permetro, hasta dnde se extiende la mancha de aceite. No se descarta que pueda haber ms novedades o nuevos implicados.
Esa distancia no impide que tanto en el Gobierno como en el partido admitan que la imagen de Cerdn ingresando en prisin es dura y tiene un componente de vergenza. Sabemos que no hemos hecho nada, pero ver esa imagen es duro, es jodido, admiten las fuentes consultadas. Detrs de la tranquilidad obligada de La Moncloa y Ferraz en las ltimas semanas se admite que lo vivido avergenza. Es grave lo que est pasando, admiten fuentes gubernamentales.
De momento, la estrategia pasa por tratar de encapsular esta presunta trama corrupta al tringulo balos/Koldo/Cerdn y que ni el partido ni el Gobierno tienen nada que ver. Lo llegan a definir como un tringulo amoroso porque algunas de las grabaciones destapan rencillas entre ellos, hasta celos. Ese propsito de levantar sacos de arena frente al agua lleva a los miembros del equipo de Snchez a descartar una crisis de Gobierno, porque eso sera reconocer que hay implicaciones o que la red estaba extendida por el Ejecutivo. Tampoco ven como salida una dimisin de Snchez, una de las opciones que l baraj durante el fin de semana posterior a conocer el informe Cerdn, porque, explican eso slo sera admisible si Snchez hubiera robado, participado del robo o tenido conocimiento. Hiptesis que niegan.
La entrada en prisin de Cerdn no altera, al menos por ahora, la hoja de ruta de Snchez, no nos hace recalibrar la situacin.
En La Moncloa explican que estamos en una crisis del PSOE, que el propsito ahora es hacer una renovacin del partido, no slo de nombres, adems de mejorar los controles internos. Saben que el Comit Federal que se celebra este sbado va a ser difcil, pero tambin necesario y que hay momentos en los que el lder de un partido necesita saber por dnde ir. Snchez lleva semanas hablando con cargos y miembros del partido para tratar de dar forma a una plan basado en cambios e iniciativas que permita al PSOE recuperar sus constantes vitales y salir del shock.
No s si Pedro va a volver a confiar en un secretario/a de Organizacin, expone una fuente socialista al ms alto nivel. Y es que Snchez crey en la palabra de Cerdn hasta el ltimo momento, hasta que tuvo ante s el contundente informe de la UCO. Ha engaado a mucha gente, para nuestra desgracia a nosotros tambin. Que era de su mxima confianza lo demuestra que a l le encarg abrir una va de comunicacin con Junts, fue el artfice del blanqueamiento de Bildu, negociador con el PNV y quien traspas la lnea roja para hacerse la foto con el prfugo Carles Puigdemont para rubricar el pacto de investidura que implicaba una amnista para sus nuevos socios.
El presidente del Gobierno defendi ayer que el PSOE actu de manera contundente desde el primer momento. Hemos asumido responsabilidades. Apartamos a Cerdn y ahora es el momento de la Justicia, que es quien tiene que dirimir responsabilidades. Un argumento que ha repetido en varias ocasiones. Trata de poner el foco en la reaccin y no en lo que obliga a reaccionar.
Snchez sita aqu la asuncin de responsabilidades respecto a que su mano derecha fue clave en una presunta trama corrupta: en exigir su dimisin y que entregara el acta. Pedimos perdn ocho veces, exigido su dimisin y que entregue el acta al tiempo que anuncibamos medidas. Mucho ms no podemos hacer, lo tiene que hacer la Justicia.
Esos cortafuegos que creen haber puesto en el Gobierno la esperanza de que el rechazo de la sociedad no supondr una hecatombe. Creen que el discurso de que no saban nada y que fueron engaados por Cerdn goza de crdito entre los suyos. La encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO publicada este lunes seala que en slo un mes el PSOE ha perdido 1,6 puntos quedndose en el 26,8% de los votos.