Madrid actúa de urgencia en un convento del siglo XIX recién reformado por 2,6 millones ante el “riesgo inasumible” de que caiga su techo | Noticias de Madrid
La alerta llega a través de un informe pericial, en julio de 2024. El tejado del convento de la Sagrada Familia de Pinto, un edificio del siglo XIX cuya reforma ha dado por acabada tan solo ocho meses antes la Comunidad de Madrid, tras pagar 2,6 millones de euros, tiene “la seguridad comprometida”. La consecuencias son “potencialmente desastrosas” y pueden afectar a “la seguridad de las personas”. El riesgo, se alerta, “es inasumible”. Lo mismo pasa “con el riesgo de desprendimiento de tejas”. “Es inexcusable que se proceda tan pronto como sea posible al desmontaje de toda la cubierta para eliminar el riesgo de caída”, se añade sobre un complejo con más de 160 años de existencia, formado por una iglesia y un convento con raíces en una casa señorial del siglo XVIII, protegido por el Plan General de Ordenación Urbana de la localidad, y reconvertido ahora en parroquia y centro cultural.
Así comienza un pulso entre la Administración y la constructora encargada de la reforma (Cabbsa) que culmina este enero, cuando el gobierno de Isabel Díaz Ayuso decide ejecutar la garantía de 109.465,34 euros consignada cuando arrancaron los trabajos y asumir el control de daños… con un coste extra de 605.650,30 euros para reparar la cubierta. Los trabajos han comenzado esta semana.
“La recepción de esta obra se firmó con 1.000 y pico reparos, lo mejor hubiera sido no firmarla”, opina una fuente conocedora de lo ocurrido bajo la condición de que se respete su anonimato. “Había mucha presión para que se cerrara la obra, tanto por la constructora como por la promotora”, añade. “Ahora hay un lío impresionante porque no se han hecho las cosas bien desde el principio, lo que derivó en una obra superdificultosa”, sigue. “Es un problemón”, resume este interlocutor sobre el conflicto abierto en torno a la pertinencia de los tornillos utilizados para fijar la cubierta, la ejecución de la colocación de las tejas, y la influencia que haya jugado (o dejado de jugar) la estructura que todo lo sustenta en su desplazamiento.
“La Comunidad de Madrid ha actuado en todo momento de manera responsable para dar solución a los desperfectos constructivos aparecidos tras la entrega de las obras y que afectan a una zona del tejado, que da al patio interior del antiguo convento de la Sagrada Familia de Pinto”, describe un portavoz gubernamental. “La zona se ha mantenido perimetrada en todo momento para garantizar la seguridad”, subraya. “Inicialmente, se reclamó a la empresa contratista la subsanación de los desperfectos, pero al no responder en tiempo y forma de manera satisfactoria se decidió rescindir el contrato y se le incautó la garantía”, añade. “El coste de las obras se reclamará por daños y perjuicios, por lo que se prevé que no suponga un sobrecoste para la Administración”.
Este periódico se puso en contacto con Cabbsa, la constructora, tanto por escrito como a través de una llamada, sin obtener respuesta en el momento de publicación de este artículo.
Octubre de 2023. Tras 14 años de cierre, Pinto se viste de gala para el acto de recepción del conjunto histórico por parte del Ayuntamiento tras su reforma. El consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, se presenta con una cajita de madera cerrada con un lazo. “Esto es como el Un, dos, tres”, bromea sobre su contenido mientras llega hasta las manos del alcalde de Pinto, Salomón Aguado Manzanares. Dentro están las llaves del complejo, cuya entrega simboliza la culminación de una rehabilitación tortuosa. “Compleja y difícil”, dice el regidor de Pinto (PP) sobre el proyecto para la consolidación, recuperación, acondicionamiento y conservación de 2.524 metros cuadrados. Porque entre que se adjudican los trabajos con un presupuesto total de 3.598.778,92 euros (2018) y que estos se terminan (2024) pasan seis años de larga espera para que Pinto recupere el uso normal del edificio. O eso se suponía.
“Hay una deficiencia en la cubierta del convento”. El escueto mensaje enviado en el arranque de 2024 por el Ayuntamiento de Pinto a la Comunidad de Madrid es la punta del iceberg. Tras felicitarse públicamente porque se haya reforzado la cubierta de teja árabe, aprovechando las piezas existentes que estaban en buen estado, resulta que hay que actuar “de manera urgente”. Cuanto antes. No cabe esperar para desmontar una parte de la cubierta desplazada y evitar la caída de tejas y posibles daños en la marquesina del patio. Y comienzan los problemas.
Un problema que se agrava
Primer problema. Un informe pericial de julio de 2024 señala “una probabilidad alta de que se encuentren más zonas con la seguridad comprometida (…) con consecuencias potencialmente desastrosas que pueden llegar al deslizamiento y desplome de algún faldón comprometiendo la seguridad de las personas, lo que supone un riesgo inasumible que exige una intervención que elimine el riesgo de raíz, con la sustitución y/o refuerzo de todas las fijaciones”. Peor. “La probabilidad de que ocurran mayor número de deslizamientos y despegues de tejas es muy alta, con consecuencias para la seguridad de las personas, por lo que el riesgo es igualmente inasumible”, se advierte. “A nuestro juicio, es inexcusable que se proceda tan pronto como sea posible al desmontaje de toda la cubierta para eliminar el riesgo de caída”.
Segundo problema. Tres meses después, en octubre de 2024, la dirección facultativa de la obra desata todas las alarmas en la Comunidad de Madrid. “La obra está técnicamente parada”, se lee sobre la falta de actividad de la empresa adjudicataria. “Se ha montado el andamio solamente, y no nos consta que se haya contratado ninguno de los trabajos a ejecutar”, sigue la nota informativa.
Tercer problema. Como la situación no se soluciona, e incluso “se agrava”, según un nuevo informe oficial fechado en el arranque de 2025, el 13 de enero, la Comunidad de Madrid decide ejecutar la garantía que depositó la constructora, y requerirle que deje libre la obra. Como consecuencia, el 4 de febrero aparece un contrato adjudicado sin publicidad en el Portal de contratación regional, que detalla que las obras de reparación de la cubierta del convento costarán más de 600.000 euros, y se prolongarán durante cinco meses.
Son las obras interminables de Pinto, que lleva ya más de un decenio esperando a que los técnicos del siglo XXI enderecen una estructura que alcanzó su esplendor en el XIX.