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Los virus siguen agazapados en las residencias de Madrid cinco años después de la pandemia | Noticias de Madrid



Cinco años después de la pandemia, los virus siguen agazapados en las residencias de Madrid. Desde septiembre de 2023, ha habido 215 brotes de coronavirus en estos centros de la región, con 4.923 contagiados, entre residentes y trabajadores. De media, tardaron nueve días en ser controlados. Hubo 21 brotes de 20 o más días. Y uno llegó a los 50. El recuerdo de la pesadilla de la pandemia, cuando miles de residentes fallecieron sin ser trasladados a hospitales en las peores semanas de la crisis sanitaria, vuelve ahora acompañado de contagios más conocidos y habituales. Ha habido 167 brotes de gastroenteritis provocados por norovirus o rotavirus, con 6.958 afectados; 37 de gripe, con 866 enfermos; y cuatro de VRS (virus respiratorio sincital), de los cuales uno duró un mes. Un lustro después de la pandemia que paralizó al mundo, esas cifras obtenidas en aplicación de la ley de transparencia fotografían que en las residencias se sigue batallando día a día para proteger de los contagios a una población especialmente vulnerable.

“Los virus siguen campando a sus anchas en las residencias madrileñas”, lamenta Lorena Morales, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid. “Hay brotes de más de 200 usuarios en una misma residencia que duran semanas y semanas”, añade esta política especializada en políticas sociales, que obtuvo los datos gracias a una solicitud reglada por la ley de Transparencia, y después de que le fueran negados como representante socialista.

“Ayuso no aprendió nada de lo ocurrido hace cinco años”, diagnostica Morales. “Las residencias siguen igual, o peor, llenas de carencias humanas y materiales. Residencias que son granjas de ancianos de 500 plazas, donde cuatro personas comparten el mismo baño. Y la Comunidad paga miseria a las de gestión indirectas y concertadas. Y cuando pagas miseria, atención de miseria recibes”.

Los datos obtenidos por Morales reflejan las notificaciones recibidas por el departamento de Salud Pública de la Comunidad de Madrid entre el 1 de septiembre de 2023 y el 15 de enero de este año. En Madrid operaban 515 residencias a finales de 2023, según datos del Imserso, la agencia estatal para los mayores. En ese momento vivían en ellas 56.486 personas mayores, y el tamaño medio de cada centro era de 113 plazas.

Esas frías tablas de Excel reflejan momentos de desconcierto. Ya con las vacunas como escudo, surgen múltiples brotes de covid con más de 20 personas enfermas en una sola residencia. La hoja de cálculo no incluye el número de fallecidos. Tampoco aparece el nombre de las residencias afectadas.

Consultada sobre los datos, la Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap) pide evitar el alarmismo. Su presidenta, Pilar Serrano, responde que las cifras obtenidas por el grupo parlamentario socialista no permiten un análisis riguroso sobre si la incidencia de estos virus está creciendo porque haría falta disponer de una serie temporal más amplia. Serrano dice que de acuerdo a los últimos boletines epidemiológicos de la Comunidad, publicados semanalmente, no hay señales preocupantes respecto a la covid, la gripe y otros virus.

No obstante, Serrano añade que los epidemiólogos conocen bien la situación de las residencias de Madrid y están de acuerdo en que desde la pandemia no han mejorado las condiciones de vida. Serrano lo advierte de manera ilustrativa: “Son un polvorín”.

Explica que las residencias de mayores siguen contando con plantillas insuficientes en número y en cualificación. “Una plantilla mejor dotada contribuiría a reducir los brotes”, subraya. “El equipo sanitario es muy reducido en muchísimas residencias, y esto es algo que pasó factura en la pandemia y puede volver a pasar. Si no tienes profesionales cualificados para atender a personas con problemas de salud, esas carencias sin duda se van a notar”. Fuentes del sector coinciden en que poco ha cambiado en las residencias de España cinco años después, en buena parte porque las mejoras de calidad suponen un coste elevado.

Como prueba más clara de ese déficit, Serrano destaca que en el último boletín epidemiológico, del 11 de marzo, se informaba de que ya había habido cuatro brotes de sarna (escabiosis) en lo que llevamos de año. “Estos brotes son inadmisibles porque reflejan una falta de limpieza”, valora. Y concluye opinando que el modelo de externalización y mercantilismo que domina en la Comunidad no contribuye a esa mejora de la calidad.

Una epidemióloga especializada en el envejecimiento, Victoria Zunzunegui, dice que los datos obtenidos por el PSOE le suscitan preguntas sobre el trabajo de la Dirección General de Salud Pública, encabezada por Elena Andradas. Esta experta, profesora jubilada de la Universidad de Montreal, cree que la larga duración de algunos brotes le hace pensar que estos epidemiólogos no están haciendo visitas para identificar el origen y controlar su expansión.

Por ejemplo, a Zunzunegui le llaman la atención la duración de los brotes. Además de los largos episodios de coronavirus, se registraron un par de brotes de norovirus, que produce diarrea y deshidratación. Uno tuvo más de 4.162 personas resultaron afectadas, en marzo de 2024 se produjo uno con 221 afectados en un centro, y duró 28 días. Otro, en mayo de 2024, afectó a 211 personas y duró 35 días.

“¿Sabes lo que es tener a 200 personas mayores con diarreas y vómitos a la vez durante tanto tiempo? Nunca he visto algo así”, dice.

Por su parte, el gobierno regional, mantiene una defensa numantina de su supervisión y gestión en estos centros, que se han convertido en la principal grieta de la mayoría absoluta de Ayuso.

“Establecer una relación de causa-efecto en el origen de los brotes de gastroenteritis o covid por los distintos modelos de residencia y en concreto por los modelos de gestión indirecta, no tiene ningún rigor técnico”, afirma un portavoz de la consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales. “En concreto, los brotes de gastroenteritis víricos son muy frecuentes, cursan con sintomatología leve y no suelen requerir ingreso hospitalario”, añade. “Cuando se produce más de un caso de este tipo, los profesionales de las residencias y los de la Consejería de Sanidad monitorizan, evalúan y dan las pautas para recomendar las medidas para controlar la transmisión de estos virus, con un sistema de información del que no disponen muchas Comunidades”, sigue. “En toda la red pública financiada por la Comunidad de Madrid, con independencia del modelo de gestión, las ratios de personal son de las más altas de España, superando ya lo que el Estado prevé para dentro de tres años”, defiende.

Han pasado cinco años de la pandemia. Sin embargo, la polémica por las muertes en las residencias permanece. Y los virus, según las estadísticas, también.



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