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Los socialistas alemanes retratan doblemente a Snchez: el SPD s permite el cordn sanitario y que gobierne el ganador


Actualizado

Una Europa fuerte requiere que trabajemos unidos para afrontar retos comunes. Con estas palabras el presidente del Gobierno, Pedro Snchez, felicit ayer al lder de la CDU, el centro derecha alemn, Friedrich Merz, por su triunfo en las elecciones. Una felicitacin que brill por su ausencia tras los comicios del 23-J en Espaa en los que result ganador el Partido Popular con Alberto Nez Feijo al frente.

En el caso espaol, el gesto sorprendi muy poco: las relaciones entre el PSOE y el PP, desde que Snchez accedi al poder tras una mocin de censura a Mariano Rajoy, nunca fueron buenas. Ahora, el salto es cualitativo: ni siquiera existen.

Sin embargo, el escenario poltico al que se enfrenta Alemania tratando de poner lmites a una ultraderecha (AfD) pujante -las urnas la han situado en segunda posicin-, es similar al que puede llegar a confrontar Espaa, pero la solucin del problema ser, a juzgar por las actitudes precedentes, muy distinta: en Alemania, tanto los democristianos como los socialdemcratas estn dispuestos a darse la mano por la estabilidad y el futuro de la nacin, arrinconando as a las formaciones ultras; en Espaa, el socialismo rechaza de plano esta posibilidad al tiempo que exige al PP aplicar un cordn sanitario a Vox. Un cordn que para ser efectivo requerira de un gran pacto PSOE-PP del que Snchez siempre ha abominado. Y la cuadratura del crculo es un imposible.

El sanchismo naci del no es no y en l se mantiene, aun a costa de someter al pas a los vaivenes de un Ejecutivo, menguante y mal avenido, apoyado en un manojo de partidos minoritarios, algunos de los cuales no creen en el Estado hasta el punto de haberle echado un peligroso pulso secesionista que todava colea. Al nuevo socialismo espaol, para ocupar el poder, incluso sin ser la fuerza ms votada, le sirve cualquier combinacin -incluida la que supone negociar y pactar con un prfugo-, menos la que Alemania est dispuesta, como ha hecho en otras ocasiones -ah estn los gobiernos de Adenauer, Kohl o Merkel-, a poner en prctica.

Snchez ha descartado siempre la posibilidad de pactar con los populares, lanzada primero por Rajoy en 2016 y, despus, replicada por Feijo con su propuesta de comprometerse antes de las elecciones del 23-J a dejar gobernar a la lista ms votada.

Tras las elecciones generales de diciembre de 2015, Rajoy ofreci a Snchez apoyar a los socialistas en las comunidades autnomas y ayuntamientos a cambio de que el PSOE facilitara su investidura. Snchez se neg presentndose l como candidato ante el Congreso de los Diputados. Su apuesta fue rechazada por la Cmara.

Las elecciones se repitieron el 26 de junio de 2016. Gan el PP sin mayora y el PSOE cay a su mnimo histrico. Rajoy recuper entonces su oferta de pacto: Mi mano ha estado tendida todo este tiempo. Hoy, tras unas elecciones que yo no he buscado, pero en las que hemos obtenido ms votos populares y ms escaos, mi mano sigue tendida para formar ese Gobierno que garantice la estabilidad que Espaa necesita. Estas fueron sus palabras un da despus de los comicios. Snchez rechaz de nuevo la propuesta enrocado en el no, hasta el punto de que su propio partido le forz a dimitir como secretario general en octubre.

Antes de la ltima cita electoral, la del 23 de julio de 2023, Feijo, claro favorito, propuso de nuevo el pacto. La respuesta fue negativa. Pedro Snchez prefiri el acuerdo Frankenstein. La estabilidad del pas y el consenso entra las principales fuerzas, las que aglutinan el voto de la mayora de los espaoles, se ha situado desde el abanderamiento de aquel no es no en un nivel de prioridad inferior al de las aspiraciones polticas partidistas y personales. En Alemania estn dispuestos a demostrar que para ellos es justamente al contrario.

Ahora, con los resultados de las urnas, ante la CDU se abren dos opciones: pactar con la ultraderecha y sumar una mayora de 358 escaos (el Bundestag tiene 630 asientos) o bien, acordar con el SPD y aglutinar 329. Merz ya ha despejado la incgnita: la puerta est abierta a los socialdemcratas. El SPD podra rechazarla y aprovechar para tratar de torpedearlo empujndolo incluso hacia los brazos de los ultras, pero no lo har. El socialismo alemn, posibilista y responsable, no cree en el no es no.





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