Customize Consent Preferences

We use cookies to help you navigate efficiently and perform certain functions. You will find detailed information about all cookies under each consent category below.

The cookies that are categorized as "Necessary" are stored on your browser as they are essential for enabling the basic functionalities of the site. ... 

Always Active

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

No cookies to display.

Los hombres de Patriots: aclamacin anti ‘woke’


Vox rompi con el PP en las autonomas por varias razones: entendi que el entendimiento implicaba que se le identificara con mucho de lo que rechaza, lo cual le beneficiaba en el corto plazo pero le perjudicaba en el largo. Abascal escenific una ruptura con Feijo, al que pretende asociar con Snchez. En Italia, Meloni fue la nica lder del pas que no particip de ninguna alianza, enjuague o gran coalicin tecnocrtica. Romper con el PP supona adems estrechar el cerco sobre Feijo, al que resta municin: con qu argumentos podra exigir Feijo que Snchez disolviera las Cortes si careciese de Presupuestos cuando algunas comunidades gobernadas por el PP tampoco podran aprobarlos.

Por otro lado, Vox arriesg, se subi de lleno a la ola anti woke y apost todo a la victoria de Trump, que probablemente estaba ms clara de lo que la clarividente y distinguida lente europea se permiti ver. La ola anti woke incluye un acentuado euroesceptiscismo: Abascal sita a Bruselas en la diana por promover e imponer “ideologas suicidas”. Este Vox es decididamente antiestablishment.

En 2014, Podemos, Syriza, el Frente de Izquierda de Melenchon e incluso el Snchez pre-Snchez -el del Peugeot- arremetieron contra Merkel y sus “hombres de negro” y solicitaron la devolucin de soberana -no a las naciones sino a la gente-. Uno de los ms celebrados idelogos socialdemcratas del momento, Mounk, tiene escrito que Bruselas cometi un error al negarle a Grecia la posibilidad de convocar un referndum sobre el pago de la deuda. Total, que Abascal no hizo ayer nada nuevo mostrando un camino alternativo para Europa y apuntar contra Von der Leyen. Segn los hombres y la mujer de Patriots, Europa est secuestrada por burcratas y es vctima de polticas “autodestructivas”.

Por ltimo, la ruptura con el PP lleg pocos das despus del sospechoso volantazo dado por Abascal, que anunci a principios de julio de 2024 que ingresara en el grupo europeo ideado por Orban y al que se ha incorporado la flor y nata de la derecha populista europea -faltan los eslovacos de Fico, Ley y Justicia polaco, los separatistas catalanes de Puigdemont y los nacionalistas britnicos-.

Diversas informaciones y fuentes prximas a Vox aducen que para entender el giro de Abascal hay que seguir el rastro del dinero -no de la inmigracin- y que la proximidad a Orban facilitaba crditos blandos para financiar la batalla cultural y sus foros de ideas. El caso es que, subirse al tren de Orban supone algunas costosas e inexplicables renuncias.

Probablemente, si situamos a Orban como contraste o eje del comps, los parmetros que mejor definen el compromiso democrtico en Europa son la guerra en Ucrania, el respeto al Poder Judicial independiente y a la prensa libre, el rechazo de la cultura de la cancelacin y la concesin arbitraria de privilegios polticos o inmiscuirse en decisiones empresariales. Con estas variables, las pautas de interaccin de Vox con sus adversarios es muy diferente a las de Orban, Wilders, Kickl o la aclamada Le Pen. Ellos lideran a primeras fuerzas en sus respectivos pases.

La paradoja espaola es que Vox ejerce en la oposicin la resistencia a una supuesta mmesis -tambin la tiene Le Pen con Mlenchon, pero el insumiso tampoco gobierna-. En Espaa, Snchez y sus aliados erigen una suerte de neocaudillismo de raigambre plebiscitaria e inclinaciones autocrticas. Con el aadido de que sus socios, desde los ms leales a los ms revoltosos, Bildu, PNV y Junts, comparten con Patriots las polticas de cierre de fronteras y refuerzo de las identidades. Otegi y Puigdemont reivindican la “soberana” para regular las polticas migratorias y preservar la identidad de sus pueblos.

Todo es muy confuso y algunos editorialistas, articulistas y escritores completamente desconocidos no contribuyen a aclarar el panorama. En un artculo tabul de reciente aparicin, el periodista Ginzberg menciona a Hitler, Trump y proyecta algunas desordenadas analogas histricas. Sin embargo, lo verdaderamente caprichoso y no literario es que mezcla a Meloni con Orban. No es la primera vez que la izquierda gourmet establece la interesada y falsa semejanza. Adems, hacen un flaco favor a su propsito. Si son lo mismo por qu motivo habra que criticar a Abascal por abandonar a Meloni y sumarse a Patriots? [a veces da la incierta e inquietante sensacin de que la izquierda elevada y desorientada detesta ms a Meloni que a Orban].

No son lo mismo por muchas razones, pero fundamentalmente por Ucrania. Meloni est insobornablemente en el lado bueno de la Historia sin matices. La admisible dosis de tendenciosidad no debe derivar en la admisin de la absoluta falsedad. Orban -ex comunista y ex liberal- gan sus cuartas elecciones al poco de comenzar la segunda invasin de Ucrania. As que la oposicin -agrupada- plante los comicios como un plebiscito entre Rusia y Occidente. Gan Orban, declaradamente hostil con la UE a la que pertenece. Orban asumi ayer orgulloso las sanciones de Bruselas por su cierre de fronteras. La lucha contra la inmigracin ile-gal parece la bandera de Patriots, pero es algo ms, un seuelo y un pretexto, como lo fue para Vox contra el PP, en el contexto de “opor-tunidad que dan los tiempos presentes”.





Source link