Las denuncias por violencia de gnero dividen a Espaa en dos


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El lugar comn de las dos Espaas, tambin aqu, pero sin el reduccionismo de la ideologa, sino multicausal, como es la violencia de gnero, que este lunes conmemora el Da Internacional de la Eliminacin de la Violencia Contra las Mujeres. Y si tomamos las denuncias como la mayor defensa contra la lacra, el ltimo trienio muestra una Espaa partida en dos. De las 26 provincias que quedan en la mitad alta en 2023, 23 lo estuvieron en los dos aos anteriores tambin. Si tomamos las 20 provincias que quedaron el pasado ao por encima de la media nacional, se ver como 18 tambin ocuparon un lugar en la parte superior de la tabla los dos ltimos aos. Por qu? Por provincias, las Islas Baleares registr el nmero ms alto de denuncias en 2023, con 1.310 por cada 100.000 mujeres, seguidas por Castelln (1.273) y por Granada (1.228). En 2022, el tope se dio en Castelln (1.309) y un curso antes, en Guadalajara (1.093 por cada 100.000).

Desde el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer comienzan por subrayar que no existe una nica explicacin para interpretar el posicionamiento. Motivos culturales, sociales o institucionales pueden explicarlo. “La densidad de poblacin de cada regin es destacable, pero tambin la concentracin de personas que pasan por esas ellas. Por ejemplo, las islas suelen tener un ndice de denuncias elevado y en parte podra ser por el turismo. El Observatorio crea sus estadsticas y datos a partir de los expedientes judiciales y si se interpone una denuncia por violencia de gnero a un turista tambin queda registrado”, sealan. Esto ayudara a entender la presencia de los dos archipilagos, siempre en la mitad alta, o provincias como las tres valencias.

Adems, tambin hay que tener en cuenta las zonas rurales donde las mujeres son especialmente vulnerables, sobre todo “en localidades muy pequeas, donde todo el mundo te conoce, y a la mujer que sufre violencia le resulta ms complicado denunciar”, explican las mismas fuentes. “Es ms fcil si t te acercas a un juzgado, por ejemplo, en Madrid a Plaza Castilla y al salir del edificio nadie te conoce que si lo tienes que hacer en un pueblo aislado o con pocos habitantes. Ellas sienten miedo y vergenza a enfrentarse no slo a l, sino tambin a los amigos, familiares o vecinos”, continan. Un argumento reflejado en la estadstica, que coloca a territorios como Teruel, Huesca, Zamora, Soria, Cuenca o Len con porcentajes menores de denuncias, como si fuese un efecto de la despoblacin-dispersin poblacional.

En esta misma lnea, explican que tambin son lugares donde la concienciacin y la informacin es ms difcil de hacer llegar. Al contrario, en autonomas con una red amplia, como Andaluca, siete de las ocho provincias son de la mitad alta, con Crdoba este ao justo en el primer puesto bajo el ecuador, aunque qued por encima los precedentes. Al contrario, en la mayora de territorios de la Espaa interior, las cifras son inferiores, con las nicas excepciones de Ciudad Real y Segovia, adems de la capital del pas. Como razona la Federacin Espaola de Asociaciones de Mujeres Rurales, “la percepcin de la violencia de gnero se entiende habitualmente ms como una cuestin del mbito familiar y privado que como un problema social estructural”.

A este factor se le complementa que la distribucin judicial en Espaa se divide en partidos, no en provincias. En 2005 nacen los juzgados especficos de Violencia sobre la Mujer, que en la actualidad cuenta con 121 rganos exclusivos en 81 partidos judiciales. Desde el Observatorio explican que la vctima muchas veces no se atreve a denunciar porque no tiene cerca una institucin especializada donde se sienta con confianza a la que acudir: “Hay zonas donde tendran que desplazarse hasta dos horas para poder interponer una denuncia”. Como solucin, desde los tribunales establecieron la comarcalizacin de estos juzgados para que estos no slo tengan competencia sobre la localidad en la que se ubican, sino tambin sobre los municipios cercanos dentro de una regin determinada: “Como mnimo siempre hay un juzgado por provincia, pero ahora una mujer tendra que desplazarse como mucho 50 km, lo que equivale a una media hora”.

Los expertos coinciden en las denuncias como herramientas “clave” de concienciacin para erradicar esta lacra: “Pero el peso de la denuncia no puede recaer solo en la vctima, tambin en todo su entorno familiar, laboral, vecinal…”, sealan las mismas fuentes. Espaa registra un nmero creciente de denuncias: en 2023 inscribieron 199.166, algo ms que en 2022 (182.078) y 2021 (162.848). Si se valora por nmero de habitantes, de media en 2023 se interpusieron 812 por cada 100.000 mujeres censadas, cifra que ha visto un aumento respeto a 2022 (752) y 2021 (674).

La falta de denuncias es un aspecto que se aprecia de forma notoria en las vctimas mortales: en el 77% (31) de los 40 homicidios de 2024 no exista denuncia previa. Los datos del ao anterior reflejan una realidad similar: el 75% (44) de las 58 asesinadas tampoco la presentaban. A veces, el freno previo a estas situaciones es lo estructural, tal vez la primera violencia que hay que anotar en un 25-N.





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