La marcha anti 8M de los ultras de Ferraz se concentra en Moncloa entre insultos contra el feminismo | Noticias de Madrid
Mientras miles de madrileños teñían de morado el corazón de Madrid por la celebración del 8M, un grupo de simpatizantes de la ultraderecha se dirigía al Palacio de la Moncloa para protestar contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El clamor feminista contra el retroceso de derechos que promueve la extrema derecha global no ha disuadido a los manifestantes de lanzar comentarios en contra de las mujeres, desconocer la desigualdad entre géneros y negar la violencia machista. Entre insultos, pitos y arengas han hecho del Día Internacional de la Mujer una fecha para reafirmar muchos de los postulados que los colectivos feministas luchan por erradicar.
La concentración ha sido convocada a la misma hora y a pocos kilómetros del evento organizado por la Comisión 8M. Los asistentes, principalmente hombres y mayores, comenzaron a llegar por goteo a la estación de Moncloa. Todos se han reconocido, pues integran un grupúsculo resultante de las manifestaciones antigubernamentales en la calle Ferraz, que fueron noticia en noviembre de 2023. Desde entonces se reúnen todos los días para rezar el rosario, antes de gritar insultos frente a la sede del PSOE.
A las 12.20 sonaron los silbatos para despertar del letargo a las 40 personas que se refugiaban de la lluvia. El recorrido comenzó. Uno de los integrantes se ha presentado como Tomás, de unos 60 años aproximadamente. Se ha definido como “simpatizante de Vox” y carlista —un movimiento español absolutista y tradicional del siglo XIX que relegaban la función social de la mujer a los quehaceres de la casa. Tomás niega la existencia de actitudes machistas en la sociedad. En cambio, sostiene que el feminismo es una “obra fatal del globalismo”, una postura similar a la que sostiene Loli, quien camina unos metros más adelante con la bandera de España amarrada como capa.
Loli no habla, grita. Y mientras lo hace, mantiene los ojos bien abiertos y enseña la dentadura al completo. Para esta mujer de 64 años “el feminismo es una ideología que se inventaron para enfrentar a la sociedad”.

El líder de la manifestación se ha identificado como Lucho, a secas. Ha asistido con un sombrero panameño con una cinta de España y otra rojigualda como brazalete sobre la cazadora militar. Lleva el megáfono enfundado en una bolsa de plástico para protegerlo de la lluvia. Bajo su coordinación, la concentración ha llegado a la residencia presidencial a las 13.00, escoltada por una Unidad de Intervención Policial (UIP). El grupo se ha apiñado bajo una tribuna techada a 50 metros de la fachada de La Moncloa, usada generalmente para las ruedas de prensa.
Lucho ha preguntado si alguno de los asistentes tenía “unas palabras patrióticas de ánimo”. Enseguida, un hombre que no ha dejado de transmitir ni un minuto la concentración por redes sociales le ha relevado en el megáfono. “Hoy muchas mujeres van a salir a pedir igualdad de derechos. Que alguien me diga qué ley en España dice que las mujeres tienen menos derechos que un hombre. En cambio, en España hay una cantidad de leyes contra las que hay que luchar porque nos han hecho diferentes a hombres y mujeres”, rugió el hombre con tono de caudillo, mientras le temblaban las piernas de tal forma que le hacían vibrar la cazadora. Vete a saber si del frío o de la rabia.
Los manifestantes permanecieron allí media hora. Las puntas de los paraguas retumbaban sobre el suelo metálico de la tribuna, al compás de las arengas. Los temas comenzaron a mezclarse en distintos coros, que invocaban naciones diversas: desde el “aquí no hay hueco, los MENAS a Marruecos” hasta el “Sánchez pelele aprende de Bukele”, en alusión al presidente Salvadoreño, que ha ejecutado una campaña de mano dura contra el crimen en el país centroamericano denunciada por diferentes oenegés por violación a los derechos humanos.
Al final, Lucho pidió un minuto de silencio por las víctimas de la dana en la Comunidad Valenciana. Entonces, llegó el bulo en forma de arenga: “No se han ahogado, los han asesinado // las presas han volado y en Valencia se han ahogado”. El coro viene a reproducir una mentira difundida por la ultraderecha que relaciona la tragedia en Valencia con una supuesta destrucción de embalses.
El evento ha culminado a las 13.35 con el himno nacional, como colofón de un encuentro en el que se han tratado de enterrar muchas realidades y se han inventado otras cuentas. Todo pareció transcurrir en un mundo paralelo, ajeno al sentimiento mayoritario de una ciudad que, no muy lejos de allí, clamaba entre fanfarrias y batucadas por una sociedad equitativa y libre de machismo, una que se parezca a esa en la que los manifestantes de Ferraz aseguran que vivimos.