La falsa rehabilitacin de ‘La mataviejas’: tres permisos penitenciarios y aos de «buena conducta» antes de su cuarto crimen
Pepita Cervantes fue asesinada en junio de 2006 en el distrito barcelons de Nou Barris. Los Mossos d’Esquadra la encontraron boca abajo en el sof de su domicilio con varios politraumatismos y un tapete de ganchillo alrededor del cuello. Tena 83 aos y, aunque faltaban varias joyas y dinero en efectivo, los agentes se sorprendieron al constatar que la puerta no haba sido forzada. El clima de inseguridad se empez a extender por la capital catalana y se intensific cuando, en menos de tres semanas, otras dos mujeres de avanzada edad –Adelaida y Mara–, fueron asesinadas en el Eixample bajo el mismo ritual, y seis ms resultaron heridas en agresiones que tambin buscaban arrebatarles la vida. Barcelona, aquel verano de 2006, pas a convertirse en un tablero de miedo y sospecha por una supuesta asesina en serie apodada «la mataviejas«.
La investigacin pronto se complic debido a la presin meditica y al clima de alarma social que se haba instalado entre los vecinos. Los investigadores trabajaron a contrarreloj y, tras semanas de pesquisas infructuosas, finalmente el 4 de julio ms de 200 agentes peinaron las calles para detener a quien haban identificado como principal sospechosa. Se trataba de Remedios Snchez Snchez (Boimorto, 1957), camarera del bar Cebreiro y conocida entre sus vecinos y compaeros de trabajo como «La Reme». Segn apuntan los sumarios policiales de la poca, Remedios Snchez usaba la tcnica de los «hurtos y agresiones cariosas», ganndose la confianza de sus vctimas con un tono afable y prestndoles su ayuda hasta convencerlas de que la dejasen acceder a sus casas.
La Audiencia Provincial de Barcelona la conden a 144 aos y siete meses de crcel por la autora de los tres asesinatos, cinco intentos de homicidio y varios hurtos.
La crnica negra la archiv entre sus pginas ms trgicas bajo el apodo de «la mataviejas» y la olvid. Al menos, hasta ahora, cuando ha vuelto a ser detenida como presunta autora del asesinato de C. G. V., una mujer de 91 aos que viva sola en la avenida de Monelos, en La Corua. El crimen habra ocurrido durante un permiso penitenciario concedido por su «buena conducta» mientras cumpla su condena en la crcel de Teixeiro, donde ya llevaba un largo periodo de tiempo recluida.
El cuerpo de la anciana apareci el pasado 3 de octubre, tendido en el suelo del bao. Nada pareca fuera de lugar. El primer examen forense no hall seales de violencia, y la Polica Nacional dio por hecho que la mujer haba muerto de forma natural. Sin embargo, unas grabaciones lograron situar a Remedios Snchez entrando en la vivienda de C. G. V. el mismo da del fallecimiento. Aquella coincidencia cambi el rumbo de la investigacin y el Juzgado de Instruccin nmero 6 de La Corua, que llevaba el caso, orden detener el velatorio de C. G. V. cuando ya se preparaba el responso, para practicar nuevas diligencias y someter el cuerpo a un examen ms minucioso.
Las pesquisas posteriores permitieron a los agentes encontrar huellas dactilares de Snchez en el interior del domicilio de la fallecida. Los informes periciales confirmaron despus la existencia de lesiones compatibles con una muerte violenta por asfixia y varias fracturas costales. Por ello, Remedios Snchez fue detenida el 8 de octubre dentro de la propia prisin de Teixeiro.
Fuentes penitenciarias explican a EL MUNDO que se trata del cuarto permiso que disfrutaba Snchez desde que cumple condena en el centro corus y que «nunca antes haba mostrado indicios o seales» de comportamientos violentos durante sus salidas. Adems, sealan que es un suceso «sorprendente», teniendo en cuenta que haba mostrado «una buena conducta» y «ya haba cumplido 19 aos de los 25 que le correspondan por el lmite mximo» de cumplimiento efectivo establecido por el Cdigo Penal.
«Este tipo de permisos estn pensados para favorecer la adaptacin del recluso ante su posible puesta en libertad y se conceden miles cada ao. Afortunadamente, los casos como el de Remedios Snchez son excepcionales, aunque cuando ocurren provocan un gran impacto», detallan.
La junta de tratamiento de Teixeiro, encargada de evaluar si los internos son aptos para disfrutar de este tipo de salidas, aprob los permisos de Snchez. Ahora, tras el escndalo del nuevo asesinato, fuentes cercanas al caso aseguran que est en prisin preventiva y reconocen que ser «prcticamente imposible que vuelva a gozar de esas libertades».
El tribunal que la juzg en 2008 ya concluy que Remedios Snchez era una mujer que «se aprovech de la bondad e ingenuidad de las ancianas para acceder a sus domicilios». Aunque la defensa intent justificar sus actos alegando que padeca trastornos mentales severos y una fuerte adiccin al juego, los peritos desmontaron esa versin y certificaron que «asumi conscientemente que poda causar la muerte de las tres ancianas con los agresivos ataques que desarroll«.
Desde el sindicato CSIF Prisiones, sin querer entrar en valoraciones sobre el caso especfico de Remedios Snchez, aseguran que llevan tiempo luchando contra la Direccin General de Ejecucin Penal y Reinsercin Social, que establece los requisitos y las polticas para otorgar los beneficios penitenciarios. Segn el sindicato, «estos criterios son demasiado laxos y responden, en parte, a un falso buenismo«, ya que «existe un inters por maquillar las estadsticas, reduciendo el numero de reclusos con la concesin de permisos y segundos y terceros grados».
El caso ha despertado sorpresa entre los vecinos de la vctima, que aseguran que siempre se mostr prudente y reservada. El Juzgado de Instruccin nmero 6 de La Corua mantiene el secreto de sumario mientras la polica concluye las diligencias, y la sombra de Remedios Snchez Snchez –»la mataviejas»–, vuelve a reabrir, casi dos dcadas despus, una herida en la crnica negra.


