La carta ntegra de Rita Maestre sobre Errejn: “Estoy descubriendo ahora que episodios de violencia sucedieron cuando era mi pareja”


Actualizado

Tras varios das en silencio, Rita Maestre ha publicado este domingo una carta en sus redes sociales donde abiertamente sobre las denuncias que se han publicado contra igo Errejn.

Ambos mantuvieron una relacin sentimental durante varios aos. Se conocieron en 2008 y su relacin se hizo visible en 2011. Hasta que rompieron en el ao 2015 hubo varias idas y venidas.

En la carta, la portavoz de Ms Madrid en el Ayuntamiento de la capital reconoce que se siente “profundamente engaada”. “Un ‘buen novio’ era a la vez un misgino que volva a casa con normalidad tras agredir a una mujer de 20 aos en un hotel”, ha sealado en un duro comunicado.

La carta ntegra de Rita Maestre:

Resulta complicado encontrar palabras despus de das tan intensos y difciles. Una vez he podido leer con detenimiento (y apenas empezar a digerir) los testimonios de varias mujeres que han dado el paso de contar distintos episodios de agresiones y vejaciones, lo primero es hacerles llegar mi respeto y todo mi apoyo. Y es extrao hablar en pblico de mi vida personal, pero desde hace das una parte de mi vida est ah expuesta, as que tengo la necesidad de contarme yo.

Como todo el mundo sabe, igo Errejn y yo fuimos pareja durante varios aos y, aunque llevbamos mucho tiempo distanciados, todo lo que ha ido trascendiendo esta semana me abruma y conmociona especialmente. Porque estoy descubriendo ahora que algunos de los episodios de comportamientos y violencia misgina denunciados por las vctimas sucedieron cuando el agresor era an mi pareja. Una persona de apariencia normal, un “buen novio”, era a la vez un misgino que volva a casa con normalidad despus de agredir a una mujer de 20 aos en un hotel. Y no es una novedad, porque el feminismo nos ha enseado hace mucho tiempo que los agresores que se suelen presentar como seres monstruosos excepcionales son un padre, un hermano, un compaero de trabajo o tu expareja. Pero es sobrecogedor, porque ahora no es una teora ni un lema; es mi vida, y me resulta imposible no hablar desde ah.

Tambin desde ah necesito contestar a quienes hoy especulan alegremente con el grado de conocimiento de sus acciones o complicidad en los espacios de convivencia personal o poltica de los que formaba parte. Evidentemente, es imposible que cada una de las personas que hemos compartido con l parcelas de nuestra vida (en el mbito que sea) no pensemos cmo no pudimos ver que estbamos ante alguien con esas mltiples caras, cmo pudimos cegarnos ante ese nivel de manipulacin. Porque eso es lo que es quien sostiene en su da a da una red de agresiones y vejaciones de esta magnitud: un manipulador. Ahora puede resultar muy fcil y tentador poner las diferentes informaciones que han trascendido bajo un foco de obviedad que, sencillamente, no es tal. Ni he sido parte ni tengo constancia de ningn encubrimiento de ninguna agresin ni accin violenta, porque no lo ha habido. Ms bien me siento profundamente engaada, y ese engao resulta devastador.

Ahora lo importante es el dolor de las vctimas, que tienen que sentirse respetadas y acompaadas. Lo importante es erradicar las conductas y agresiones machistas de la poltica y la sociedad. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Sea quien sea el agresor, y sea quien sea la vctima. Lo importante es terminar con cada espacio de impunidad, con cada pequeo detalle que minimiza los comentarios, las actitudes y las agresiones que no deben tener cabida.

Las mujeres estamos hartas de eufemismos, de evasivas, de que el foco se ponga sobre nosotras, de que la conversacin pblica gire en torno a la excepcin de lo escabroso y no a la normalidad que sostiene tantas violencias cotidianas. Estamos hartas de sentirnos juzgadas cuando hemos formado parte del entorno personal del agresor. Estamos hartas de que no se nos crea y se nos cuestione cuando somos agredidas. De no saber adnde acudir cuando nos ocurre algo como cualquiera de las cosas que estn ocupando portadas y titulares, en toda su escala de gravedad.

Quiero agradecer especialmente a todas las redes de mujeres, que ponen las herramientas, pero sobre todo el apoyo, la escucha y el cuidado para hacer que juntas tengamos la fuerza y la dignidad que intentan arrebatarnos.

Animo tambin a cualquier mujer que haya sufrido una situacin de agresin o acoso a que se valga de las redes de apoyo feminista para seguir adelante, y reflexiono con sinceridad: puede que no haya tarea poltica feminista ms importante que ponerse a disposicin de ello. Nada va a poder amordazar esta ola de dignidad. Es otra de las lecciones de la fuerza del feminismo. Yo, desde luego, me voy a dejar la piel en que as sea.

Mucho nimo, compaeras, y un abrazo enorme. Sin todas no hay nosotras.





Source link