Familiares de enfermos ingresados en el 12 de Octubre denuncian que tienen que llevar su propia ropa de cama: “Es una vergüenza” | Noticias de Madrid
Alfonso no ha dudado en denunciar en un vídeo, difundido este jueves en X (antes Twitter) por el sindicato MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad), la situación que está viviendo durante el ingreso de su madre en el hospital 12 de Octubre de Madrid por una operación de cadera. No tiene queja ninguna del personal, al que alaba, pero sí del servicio de lavandería, que es un desastre hasta el punto de haber tenido que llevar ropa de cama de su casa. Además de parientes, trabajadores y pacientes se quejan de que en este hospital, en el Gregorio Marañón y en el Clínico San Carlos, en las últimas dos semanas se ha agudizado la recurrente carestía de sábanas, almohadas y toallas que llevan años sufriendo. La Consejería de Sanidad admite los problemas de suministro, pero los reduce a un hecho “puntual en vías de solución”.
“El aseo de la ropa de cama ha sido nefasto. Mi madre tuvo un problema de orina y estuvo un día con las sábanas mojadas porque no había sábanas para reponer. Hoy [por el miércoles] le he tenido que traer sábanas de mi casa para que se las colocasen”, asegura Alfonso sobre la estancia en el hospital de su madre, que ingresó el 28 de marzo para una operación tras sufrir un accidente en la calle.
“Es indignante que, pagando impuestos, no aparezcan [reflejados] en el servicio. Y más, con una persona ya mayor que no se puede mover y está en cama”, critica el familiar de la enferma, para añadir que no es culpa del personal sanitario, que “se desvive por los pacientes”: “Nos dicen que no tienen suministros, que hacen lo que pueden y que incluso se han llevado ropa de cama para limpiarla en su propia casa”. Para Alfonso, llegar a estos extremos es “una vergüenza”. “No es solo mi madre, en toda la planta se escucha lo mismo, supongo que será un servicio externo”, concluye.
Un problema “cíclico y recurrente”, agudizado desde Semana Santa
La Comunidad de Madrid privatizó en 2013 el servicio de lavandería en 19 hospitales públicos, que hasta entonces tenían un servicio propio, entre ellos el 12 de Octubre, el Clínico y el Marañón. El contrato recayó en Fundosa Lavanderías Industriales y Lavandería Industrial Laundry Center, ambas del grupo empresarial Ilunion, de la Fundación ONCE.
A lo largo de estos años, las quejas por la deficiencia del servicio, siempre en manos de la ONCE, han sido constantes. En 2015, este diario publicó una autoría interna que revelaba que el 17% de la ropa regresaba sucia, ese mismo año, que las batas de los médicos tienen hasta 80 tipos de bacterias cuando el límite son tres y, en 2019, otra auditoría interna que apuntaba que este negocio privatizado de 70 millones de euros dejaba un 33% de la ropa inutilizable. A pesar de haber sido sancionada con cientos de miles de euros, la Comunidad renovó el contrato con Ilunion. En 2023, la Comunidad le entregó el sello de calidad Madrid Excelente.
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Luis López, miembro de MATS y sanitario del 12 octubre, así lo atestigua: “El desabastecimiento de ropa hospitalaria y de uniformes, así como el de prendas que llegan a los centros sanitarios con manchas, pelos, rotas y descosidas, es un problema cíclico y recurrente, pero desde Semana Santa se ha agudizado no solo en este hospital, sino también en el Clínico San Carlos y en el Gregorio Marañón”. “Y eso que sepamos, porque en estos centros es donde tenemos representación”, añade López, que teme que la mayor carestía que notan desde hace dos semanas sea generalizada en todos los hospitales de Madrid.
Cuando la ropa llega de la lavandería externa, que está en Mejorada del Campo ―la antigua Lavandería Central Hospitalaria, que era pública hasta que el Gobierno regional decidió cederla al ganador del concurso―, se recibe en el servicio de lencería de los hospitales. El problema ahora es que “básicamente no hay ropa en la lencería, falta de continuo, unas veces más y otras menos, pero ahora mismo no hay sábanas y, a veces, ni almohadas, ni toallas”. “Hemos preguntado qué ocurre para que haya empeorado el servicio y lo que nos dicen es que, al problema de siempre con la lavandería, se suma que el sistema de compras cambió en enero. Antes el Sermas [Servicio Madrileño de Salud] centralizaba y compraba la ropa para todos los hospitales y ahora se encarga cada hospital”, explica el representante de los trabajadores, que exige que “la Lavandería Central Hospitalaria vuelva a ser pública”.
En otro vídeo, facilitado por MATS a este diario y que fue grabado el miércoles por el sindicato en el mismo hospital, una paciente mayor, que lleva ingresada dos meses y medio, asegura desde su cama: “En la última semana, hay problemas de falta de sábanas, de falta de toallas, de falta de todo”. Los trabajadores hacen lo imposible por mantener las medidas de higiene. “Tenemos casos de enfermeras que han lavado camisones en la planta y en sus casas”, asegura López.
En un tercer vídeo, también remitido por el sindicato, una mujer cuenta, mientras muestra las sabanas sucias y con restos de sangre, que su marido está ingresado en el 12 de Octubre y que el jueves “no les han cambiado las sábanas ni a él ni al compañero” de habitación. “Dicen que no hay. Ellos están con heridas abiertas y corren riesgo de infección. En los tiempos que vivimos hay mucha gente sin trabajar, que metan gente en la lavandería”, ruega la mujer.
Borja Gutiérrez, enfermero del Clínico y del mismo sindicato, ratifica que la situación en su hospital “es la misma”, que “el problema viene de largo” y que es “general y constante”. “Intentamos hacer nuestro trabajo, pero sin material no se puede y esto repercute en el paciente y en el propio hospital, que no puede desatascar las urgencias y llevar a los pacientes a planta”, señala Gutiérrez, que trabaja en cardiología, donde hay mucha rotación, muchas pruebas que requieren una breve hospitalización y cirugías rápidas, por lo que se producen de ocho a diez altas diarias.
“Nos dan un paquete de 10 sábanas porque no ha llegado el camión o porque no les quedan y, como no hay bastantes, tenemos que reutilizarlas, usar una nueva de encimera y poner esta de bajera, que es la que más se mancha”, explica Gutiérrez. Incluso ocurre que se quedan “camas sin hacer” tras un alta hasta el día siguiente o pacientes “que no se pueden duchar” por falta de toallas, que priorizan para los enfermos que van a cirugía.
La Consejería de Sanidad admite la falta de suministro, pero asegura que se trata de “un problema puntual por rotura de stock”, que afecta solo al 12 de octubre y que está “en vías de solución”. “Se han iniciado procedimientos para nuevas adquisiciones de material, que será acopiado por el propio centro hospitalario. En lo que llevamos de semana y hasta el miércoles se han recibido más de 13.000 juegos de sábanas”, señala un portavoz.
En su respuesta, la consejería admite implícitamente que afecta a más hospitales de la red, al explicar que “está articulando dos vías de actuación para paliar estos problemas”. Por un lado, se está preparando “un gran contrato centralizado” para la compra de material y, mientras este llega, se han inyectado “2,1 millones de euros a los principales hospitales del Sermas que pudieran tener problemas de este tipo para garantizar el correcto suministro”.
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