Emilio y su perro gua, separados por la DANA: “Sus ojos son mis ojos, pero tema que se intoxicara”


Actualizado

Emilio Silvestre Rives vive desde hace 36 aos en Aldaia (Valencia), el mismo tiempo que lleva casado con su mujer Marisol. Su hija Helena reside en Torrent y su hijo Emilio en Sedav. Todos tienen sus casas dentro del rea afectada por la DANA.

Hace dos martes las calles de estos pueblos se inundaron varios metros de agua e incluso el coche de su hijo se lo llev la corriente unos minutos despus de aparcarlo.

Nunca se ha visto algo igual aqu. Hemos sufrido inundaciones, pero no como la de esta vez, destaca este empleado jubilado de la ONCE. Cuando Emilio tena dos aos los mdicos no saban que era alrgico a la penicilina, desde entonces sufre el sndrome de Stevens-Johnson. Esta enfermedad va restando visin poco a poco al enfermo y genera fuertes pinchazos oculares. Su caso es lo que se conoce como ciego sobrevenido. En 2012 perdi toda la visin.

La escuela de perros gua de Boadilla del Monte

Sus ojos son los mos, as habla Emilio de su perra Dilma, que hace siete aos lleg a su casa desde la academia la Fundacin ONCE del Perro Gua (FOPG) en Boadilla del Monte (Madrid).

Es una hembra labrador color negra azabache que est cruzada con un flat, un perro ingls de agua. Este cruce los hace todava ms listos, destaca Emilio. A m Dilma me ha dado una independencia total, si tengo que ir a por el pan o a la farmacia en Aldaia ella me gua sin problemas, comenta. Ahora, Emilio y Dilma se han tenido que separar de forma temporal. El riesgo a que el animal pueda contraer alguna enfermedad por el barro y la basura acumulada en las calles recomend en su caso un cambio de casa.

Echo mucho de menos que no duerma a nuestro lado. Tema que se intoxicara con algo en la calle. Todos los das llamo dos veces para preguntar por ella, aade su propietario. Dilma vive desde el pasado lunes en Valencia, en el domicilio de dos amigos suyos, tambin ciegos, y que tienen otro perro gua.

En la zona afectada por la DANA de la provincia de Valencia hay 33 propietarios con perros gua. Salvo dos casos, todos siguen por el momento en las casas de sus dueos. Sin embargo, el equipo de tutores del FOGP de Madrid mantiene una comunicacin estrecha con cada ciego por si tuvieran que evacuarlos.

La salud de ambos es primordial. Se les realiza un seguimiento constante y ms en estas situaciones extremas, destacan desde la ONCE. Antes de la entrega el perro gua realiza una formacin de dos aos desde que tiene tres meses. Posteriormente, su dueo acude 15 das a la academia antes de entrar los dos en casa, aaden desde este centro que cada ao forma 100 perros.

Aquella noche de martes fatdica

La noche de la tormenta, Emilio y Marisol iban a sacar a pasear a su perra antes de la cena. Haba sonado ya la alerta de Proteccin Civil. Fue un estruendo de ruido, pero creamos que era por la lluvia y casi no caa una gota, relata. Al salir al portal decidieron volver a casa porque la corriente de agua creca ya sin parar.

Desde el balcn Emilio comenz a grabar varios vdeos con una aplicacin para ciegos que tiene en su iPhone. Cuando camina por la calle le indica si puede chocar con otra persona y con algn objeto. Cero personas, perfil inclinado izquierda. Cero personas, perfil derecho, destaca una voz de la grabacin cuando enfoc a la corriente.

En ese momento empez una particular penumbra en la casa de Emilio, ms all de la ceguera. Nada funcionaba. Yo soy autnomo, leo el Facebook o el WhatsApp, pero no haba cobertura. Subamos al terrado de la finca para comunicarnos.

As pasaron tres das en los que sobrevivieron con alimentos del congelador y algunas latas. A Dilma tampoco le falt comida. Tenamos un paquete de pienso grande, pero la sensacin general era de abandono y soledad, relata.

Emilio estuvo encerrado seis das en su casa porque las calles eran intransitables. El pasado lunes pudo bajar a dar un paseo con la ayuda de su sobrino Pau.”Lo mejor de esta tragedia ha sido la solidaridad de toda la gente. Todos ayudando unos a otros. La colla (cuadrilla) de mi sobrino nos trajo cosas a casa, las llamadas de los amigos… Hasta un chico que vino de Madrid llam a nuestra puerta por si necesitbamos algo. Ha sido impresionante”, concluye.

Emilio y su perra negro azabache se encontrarn de nuevo en unas semanas, cuando la normalidad cotidiana, a veces tan aburrida y hoy tan necesitada, regrese de nuevo a la localidad de Aldaia





Source link