El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a Espaa a pagar 26.000 euros a una testigo de Jehov que recibi transfusiones de sangre a pesar de que se haba negado


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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a Espaa a pagar 26.000 euros en concepto de dao moral y costas a una testigo de Jehov que demand a la Administracin tras haber recibido varias transfusiones de sangre en el marco de una operacin de urgencia, a pesar de que se haba negado a ello.

Los magistrados de la corte de Estrasburgo han adoptado esta decisin al ver vulnerado el derecho de la demandante a su respeto a la vida privada y familiar y su derecho a la libertad religiosa.

La sentencia, fallada por 17 jueces, cuenta con dos votos particulares concurrentes firmados por tres magistrados, una de ellas la espaola Mara Elsegui. Figura tambin un voto concurrente, pero parcialmente contrario suscrito por ocho jueces.

El tribunal ha constatado la violacin del Convenio Europeo de Derechos Humanos tras evaluar que “el proceso de toma de decisiones” seguido en este caso “no respet suficientemente” la autonoma de la demandante, segn recoge la resolucin.

Sobre este extremo, los magistrados han insistido en que “es necesario que existan garantas procesales en el proceso que conduce a una decisin que afecta al derecho de una persona al respeto de su vida privada”.

EL CASO

La demandante, que reclamaba una indemnizacin de 45.000 euros por daos morales, es una testigo de Jehov residente en Soria que alega que fue “ignorada” por las autoridades espaolas pese a dejar por escrito su negativa a recibir transfusiones de sangre.

El caso se remonta a julio de 2017, cuando la mujer se realiz una serie de pruebas mdicas que revelaron que deba someterse a una intervencin quirrgica. Con este horizonte, escribi hasta dos documentos en los que dejaba claro que no quera recibir dicho tratamiento mdico bajo ninguna circunstancia, incluso si su vida estaba en peligro.

Casi un ao despus, en junio de 2018, fue ingresada en el Hospital de Soria por una hemorragia interna que le haba provocado una anemia grave. Ese mismo da, los mdicos le recomendaron una transfusin de sangre, pero se neg y lo dej nuevamente por escrito en un documento para el consentimiento informado que tanto ella como su doctor firmaron y que se incorpor a su historial.

Al da siguiente, dada la gravedad de su estado, fue trasladada en ambulancia a un hospital de Madrid conocido por prestar tratamientos alternativos a las transfusiones de sangre, acompaada por un mdico con su historial. Durante el viaje, ste avis a sus colegas madrileos de que se trataba de un caso grave y, tras ello, los anestesistas contactaron con un juez de guardia solicitando instrucciones.

Indicaron al magistrado que la paciente era una testigo de Jehov que haba manifestado su negativa a recibir todo tipo de tratamientos a pesar de su gravedad. En consecuencia, el juez autoriz practicarla todos los procedimientos mdicos que fueran necesarios para salvar su vida.

NO FUE INFORMADA DE LA ORDEN JUDICIAL

La ciruga se llev a cabo ese da y se le realizaron tres transfusiones de clulas rojas, algo de lo que se enter al despertar porque no fue informada de la orden judicial, a pesar de que lleg cuando ella an estaba de camino desde Soria y se encontraba “consciente, orientada y colaboradora”.

La mujer, que crea que sera operada sin que le transfundieran sangre, litig en los tribunales espaoles sin xito y el caso escal hasta el Constitucional, que inadmiti su recurso de amparo.

Una vez agotado el recorrido judicial en Espaa, se dirigi al TEDH, que celebr una vista pblica el pasado enero y ha dado a conocer este martes su fallo, en el que le da la razn.

VOTOS PARTICULARES

En uno de los votos particulares que tiene la sentencia, la magistrada espaola Mara Elsegui aclara que apoya “completamente” la conclusin unnime alcanzada por el TEDH pero que emite voto particular para “destacar algunos elementos derivados del fallo” que considera “importantes para evitar que tales violaciones vuelvan a producirse, al menos en Espaa”.

En concreto, dice que “sera deseable una mejor coordinacin entre los hospitales de las distintas comunidades autnomas”. “Las autoridades nacionales, y los mdicos y jueces implicados, no pueden esconderse detrs de los errores de otros, mucho menos acusar a la demandante de no haber cumplido sus obligaciones. Se deben aprender lecciones de cara al futuro”, afirma.





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