El PSOE de Lobato abandona la Asamblea en protesta por una iniciativa de Vox sobre menores no acompañados “cargada de odio” | Noticias de Madrid
Los 27 diputados que forman el grupo parlamentario del PSOE en la Asamblea de Madrid han abandonado este jueves el pleno para protestar contra una iniciativa patrocinada por Vox para instar al ejecutivo regional a realizar pruebas de edad a todos los menores migrantes que tutela. El gesto ha evitado que los diputados socialistas escucharan cómo la nueva portavoz del partido de extrema derecha, Isabel Pérez Moñino, que acaba de sustituir a la dimitida Rocío Monasterio, tildaba de “gobierno criminal” al ejecutivo central (formado por PSOE y Sumar) en relación con su reacción frente a la tragedia causada por la dana en la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha. También, que oyeran cómo afirmaba que “el fraude” en la edad de los acogidos está protegiendo a criminales mayores de edad: “¿A cuántos se les ha aplicado la ley del menor, que les ha permitido reincidir?”. O que dijera que esas personas “no deberían estar aquí”, en una intervención diseñada para vincular emigración y delincuencia, “populista”, según el PP, y construida para “normalizar el odio”, según ha denunciado Más Madrid.
“Con el debido respeto a esta Cámara (…) le anuncio que el grupo socialista se va a ausentar de este debate, de esta iniciativa, por considerarla cargada de odio, porque vulnera los derechos humanos, y porque pisotea la Constitución y los estatutos de esta autonomía”, ha dicho el diputado socialista Jesús Celada. “Nos incorporaremos [a la sesión] una vez terminada”.
La escenificación del rechazo a las propuestas de Vox no ha frenado al partido de extrema derecha. De hecho, su portavoz, Pérez Moñino, ha aprovechado que es originaria de Fuenlabrada para poner como ejemplo el centro de La Cantueña, que el gobierno de Isabel Díaz Ayuso acaba de abrir para acoger a menores migrantes.
“Comprobemos cuántas niñas hay”, ha lanzado la portavoz de Vox. “Exigimos al gobierno de la Comunidad de Madrid que se ponga fin a este fraude”, ha insistido, en un discurso en el que ha vinculado emigración y delincuencia constantemente. “Es hora de que el gobierno de Ayuso elija a quién defiende: a aquellos que abusan de nuestro sistema, o a los madrileños que contribuyen”, ha añadido, recordando que el PP en la Comunidad Valenciana votó a favor de una iniciativa similar. “Los gobiernos deben parar de financiar con dinero público la disolución de nuestra propia nación”.
Lo que quiere Vox es que haya un protocolo para realizar a los migrantes que se declaran menores “pruebas periciales y médicas más exhaustivas” para determinar su edad, “como la radiografía de la cresta ilíaca de la cadera (técnica risser) o el examen radiológico o TAC de la epífisis proximal de la clavícula”.
El PP, sin embargo, se ha escudado en que eso lo debe hacer el gobierno de España. “Pruebas sí, pero respetando los derechos de los menores, y realizándose en el ámbito competente”, ha defendido Mónica García Molina, con un discurso hipercrítico con el gobierno de España, crítico con el PSOE por ausentarse del debate, y mimético al de Vox en muchos aspectos, pese a que lo ha calificado de “populista” o “hipócrita”. Pese a ello, el PP ha intentado enmendar el texto de la extrema derecha para poder apoyarlo.
“Su propuesta es ilegal (…) Pretenden normalizar el odio (…) Me repugnan sus planteamientos”, ha espetado el representante de Más Madrid, Emilio Delgado, que se ha referido a los diputados de Vox como “nazis”, lo que ha provocado que el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio (PP), le llame al orden. “Toda la legislación internacional a partir de la Segunda Guerra Mundial les sobra, quieren volver a la Edad Media”, ha añadido. “¡Déjennos tranquilos!”, ha cerrado, sin agotar su tiempo.
Al acudir a uno de sus principales reclamos electorales, Vox ha reflejado el momento agridulce que vive. De un lado, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos da alas a algunos de sus planteamientos más radicales. Del otro, el tirón electoral de Isabel Díaz Ayuso limita su espacio en Madrid, donde la líder del PP atrae a grandes cantidades de sus potenciales votantes. Y por eso Pérez-Moñino, en sus primeros días como portavoz, está recurriendo a algunos de los grandes mantras de la extrema derecha.