El Prncipe de Marbella, un ‘fake’ que no es delito segn la Justicia
En su tarjeta de visita, Antonio (de) Pleguezuelos -el ‘de’ lo aada l- se presentaba como Prncipe de Marbella. De profesin “filntropo”, en su pgina web y en sus redes sociales haca alarde de su vida social e, incluso, se detallaban los miembros de su Corte y los de las Orden del Real Honor de la que l aseguraba ser el gran maestre. En la alicada capital de la jet set, nostlgica de otros tiempos, se pase por saraos y galas benficas sin que nadie discutiera su abolengo… hasta que los nobles de verdad, la Diputacin Permanente y Consejo de la Grandez de Espaa y Ttulos del Reino, le denunci en 2018 y de aparecer en las revistas del corazn pas a la seccin de tribunales y sucesos como reo de fraude.
Pero Pleguezuelos, con o sin el ‘de’, no es un delincuente. Tampoco es prncipe, porque el Principado de Marbella es un invento, pero no un delito. Eso es lo que acaba de dictaminar el Tribunal Superior de Justicia de Andaluca (TSJA), que tras aos de pleitos le ha absuelto de cualquier responsabilidad penal. Los magistrados de la Seccin de Apelacin Penal han anulado la condena que la Audiencia Provincial de Mlaga le haba impuesto por un delito de falsedad documental. En concreto, como cooperador necesario del notario marbell que dio fe de su ttulo nobiliario inexistente.
Dicen los magistrados del Alto Tribunal andaluz que Pleguezuelos no puede ser considerado cooperador de la falsedad porque su papel en esta rocambolesca historia no era imprescindible para que la falsificacin que s cometi el notario, cuya condena, sa s, confirma el TSJA.
En todo caso, seala la sentencia difundida este viernes por el TSJA, el papel de Pleguezuelos podra haber encajado en el de inductor del delito, pero no hay evidencias que lo sustenten ni se prob en el juicio. En definitiva, que el Prncipe de Marbella no es ningn falsificador.
El notario Jos Luis G.O. estamp su firma en diciembre de 2016 en un acta oficial en la que certifica que Antonio Pleguezuelos “ostenta el ttulo principesco de Prncipe de Marbella, como una dignidad principesca del Reino de Espaa, con carcter vitalicio” y, aada, “ha cumplido con la obligacin fiscal sobre ese ttulo principesco”.
Ms an, el notario hizo que, con su aval, se publicase el particular reconocimiento del ttulo principesco nada ms y nada menos que en el Boletn Oficial del Estado, en su nmero del 30 de diciembre de 2016, y BOE en mano, Pleguezuelos disipaba cualquier duda sobre su tarjeta de presentacin como Prncipe de Marbella. Quin iba a dudar de un notario y, adems, del BOE?
Sealan los magistrados del TSJA que, efectivamente, no es delito auto proclamarse noble o prncipe, en este caso, de Marbella, como tampoco no lo es que Pleguezuelos lo usara en sus relaciones sociales y de manera pblica. Lo que s es delito, hace hincapi la sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Julio Ruiz-Rico, es que el notario accediese a sus pretensiones de que declarara (con la excusa de proteger dicha dignidad de terceras personas de dudosa reputacin que la estaran utilizando), “en su condicin de fedatario pblico“, que dicho ttulo era conforme con la Ley sobre Grandezas y Ttulos Nobiliarios, la Constitucin Espaola y el Real Decreto 1368/1987, sobre rgimen de ttulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, “algo que evidentemente no era cierto porque no ostenta ningn ttulo perteneciente a la aristocracia espaola”.
La defensa del notario marbell trat de convencer a los magistrados de que se limit a trasladar los estatutos de la Order of the Royal Honor -que atribuan a su presidente, Pleguezuelos, el tratamiento de Prncipe de Marbella-, pero el tribunal rechaz sus argumentos y pone nfasis en la fcilmente imaginable “trascendencia pblica e, incluso, jurdica” de su declaracin. Mxime, aade, cuando es evidente el “afn de notoriedad pblica” de Pleguezuelos, que en su pgina web llegaba a utilizar fotografas del saln del trono del Palacio Real.
Asimismo, reprochan al notario que se percatase del “plan” urdido por el falso prncipe, que comenz, explica la sentencia, con la constitucin de una asociacin en la que se atribua a su presidente -a Pleguezuelos- el ttulo vitalicio de un “principado inexistente”, llegando a acceder a la publicacin en el BOE del anuncio.
Antonio Pleguezuelos, que ha sido defendido por el letrado Pedro Yarza, podr seguir presentndose en su tarjeta de visita como Prncipe de Marbella, aunque el Principado de Marbella no sea ms que una ficcin que solo existe en sus redes sociales y en una web.