El plan B de Snchez para no depender de Podemos: ampliar las ayudas contra los aranceles para atraer al PP


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Momento clave de la legislatura. Las crisis simultneas de la defensa y de los aranceles de Donald Trump se le han entrecruzado a Pedro Snchez en el momento exacto en el que Podemos ha dibujado en la izquierda el recuadro de una esquela a la medida de Yolanda Daz. El nombramiento digital de Irene Montero como candidata morada a las generales marca la fecha definitiva de caducidad de la coalicin gubernamental. Best before 2027. Este golpe de piolet s que ha sido un “crac”, y no el de las bolsas.

Ione Belarra y Pablo Iglesias ya ven elecciones en el horizonte, pero sobre todo han querido cortar de raz el debate de la unidad utilitarista de “la izquierda a la izquierda del PSOE”. Con Sumar, de entrada no. Bases dentro, lderes fuera. Esta operacin significa -salvo que aparezca un cisne negro del tamao de un elefante- que comienza la cuenta atrs de la mayora parlamentaria de Snchez. l lo sabe y su equipo lo sabe. La matemtica de la Ley D’Hondt dicta sentencia: si la izquierda se trifurca, la derecha gobernar. Punto. Slo le queda durar. Y durar, claro, pero para ello el PSOE necesita un plan B. Tiene que vacunarse contra la lgica disolvente de los morados.

Y eso es, precisamente, lo que se teme el PP, ser “el plan B de Podemos”, el segundo plato del Gobierno para servir de muleta de “los peajes a los independentistas”. Las negociaciones, radiadas en modo carrusel, minuto y resultado, estn siendo un subibaja de desencuentros y recelos en modo bucle. Los dos, el PSOE y el PP, estn de acuerdo en el fondo, pero Alberto Nez Feijo no se fa de un Gobierno que pacta con Junts mientras le arroja miguitas de pan a su partido. El lder de la oposicin se da por excluido, por ahora, del redil del decreto.

Y sin embargo, Carlos Cuerpo y Juan Bravo seguan negociando anoche mismo, a pesar de todos los cruces dialcticos de Moncloa y Gnova. Los dos mantienen un canal abierto y comparten impresiones “con frecuencia”. “Los dos negociadores se estn entendiendo en buena sintona”, apuntan fuentes gubernamentales. El ministro de Economa ha transmitido a Snchez que el dilogo con el vicesecretario general del PP est siendo “constructivo” y con “la voluntad de llegar a un acuerdo”.

De hecho, segn ha sabido EL MUNDO, el Gobierno est dispuesto a ampliar el alcance econmico de su plan de ayudas a los afectados por los aranceles del 20% que impone EEUU a las exportaciones europeas. “No hay cuotas territoriales. Se han habilitado partidas con unos mrgenes de demanda que a lo mejor ni se cubren. Y si se necesitan ms de 14.100 millones de euros porque se gasta todo, se ampliarn. Nadie se va a quedar sin recursos”, revelan en Moncloa, donde inciden en que el diseo de estas ayudas es similar al de las otorgadas en el Covid. Barra libre.

Con este compromiso quieren eliminar los recelos del PP hacia la medida pactada con el partido de Carles Puigdemont: territorializar el desembolso “sobre la base” del porcentaje de exportaciones a EEUU de cada comunidad. Eso, segn Junts, garantiza para Catalua el 25% de los fondos, ya que esta autonoma tiene aproximadamente esa cuota, dentro de lo que vende Espaa a los estadounidenses.

Puigdemont vuelve a cobrarse una libra de carne, pero en el Ejecutivo niegan categricamente que haya “cuotas” prefijadas para cada regin. “Es mentira. Eso del 25% opera sobre la lgica de repartir recursos insuficientes. Es decir: si no hay para todos, me garantizo una cuarta parte del total, pero es que s habr recursos para todos”, explican los negociadores implicados.

El PP, por ahora, recela: “Cmo nos vamos a fiar si hemos hablado con ellos en distintos momentos de estos das y han pactado con Junts a nuestras espaldas?”. Pero las conversaciones seguirn. De ruptura de negociaciones, nada. “No vamos a hacerle ghosting al ministro si nos llama”, explican en Gnova. No van a ignorarlo deliberadamente, o sea.

Habr pacto, finalmente? Debera. Los dos partidos quieren. Los dos comparten diagnstico. Los dos beben de las mismas fuentes: los afectados. Y los dos reconocen que sta es una cuestin de Estado. Pero a cada avance le sigue un conato de ruptura. Accin-reaccin. Snchez no quiere darle una victoria campanuda al PP y Feijo se huele la “trampa”. Y, sin embargo, los dos negociadores siguen negociando…

El lo es formidable. Bajo los tacticismos, resuena por el Congreso aquella frase de Estanislao Figueras esculpida en los mrmoles sagrados del parlamentarismo: “Seores, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros”.

FEIJO ENCARGA A SU EQUIPO UN INFORME CON UN PAQUETE DE MEDIDAS CONTRA LOS ARANCELES

El presidente del PP, Alberto Nez Feijo, cree que la guerra comercial que ha declarado EEUU al mundo entero slo se puede afrontar “desde la gestin” y con “seriedad”. As se lo transmiti ayer, segn ha sabido EL MUNDO, a su Comit de Direccin, al que pidi un “papel” exhaustivo con todas las medidas posibles en cada uno de los sectores afectados por los aranceles del 20% de impuestos por Donald Trump las exportaciones europeas. Al frente de su equipo en esto estn Juan Bravo y el diputado Francisco Conde.

LA ‘DOCTRINA CUERPO’ DESPEGA, PERO MONCLOA Y EL PP PIDEN “NO RADIAR MS” LOS DESENCUENTROS

El tono, el talante y la vocacin pacifista influyen en las negociaciones. Cada vez ms. “La forma es el sentido de las cosas”, suele decir Feijo. La ‘doctrina Cuerpo’ va en esa lnea, lo que favorece el acuerdo. Tanto el ministro como Juan Bravo tienen vocacin pactista y se han emplazado a hablar en los prximos das sobre nuevas medidas. “Vemos una evolucin de Mara Jess Montero a Cuerpo”, reconocen en Gnova, donde se quejan del pacto con Junts a su espalda. “Es mejor seguir negociando en silencio, sin radiarlo; est habiendo buena sintona”, coinciden en Moncloa.





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