El “parip” trans del PSOE no convence a las feministas ‘clsicas’ y revoluciona a las contrarias: “Es una concesin a la extrema derecha”


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La aprobacin de la Ley Trans con el s del PSOE provoc una ola de indignacin en el feminismo clsico, tradicionalmente afn a los socialistas. De eso han pasado casi dos aos. En el primero, con Irene Montero an al frente de la cartera de Igualdad, el PSOE mantuvo un perfil bajo en esta materia, pues todava estaba muy reciente la brecha originada en parte de su electorado. Sin embargo, desde que Ana Redondo tom el mando del Ministerio, el partido est decidido a reconducir la situacin abanderando iniciativas diseadas para recuperar la confianza de las denominadas clsicas. Aunque ello implique ahondar en la divisin del feminismo, incluso del propio Gobierno frente a Sumar.

El ideario renovado con el que el PSOE sale de la cita en Sevilla insiste en ese camino. Sobre el texto que define la hoja de ruta del partido para los prximos cuatro aos, las feministas clsicas -que sus contrarias acusan de transfobia- lograron introducir varias enmiendas que representan la esencia de su doctrina. En primer lugar, la expulsin de los militantes que recurran a la prostitucin, en un partido que tiene reciente el caso Tito Berni, con fotos en burdeles, y en la memoria las black de la Faffe en el Don Angelo sevillano. Lo que fue motivo de investigacin penal ahora podra serlo de acusaciones internas.

Otro frente es la eliminacin de la Q y el + en las referencias al colectivo LGBTIQ+ y la prohibicin a las mujeres trans de competir en categoras deportivas femeninas. El PSOE confirma con esto su abrazo al feminismo clsico, que lo recibe como una “rectificacin” tras el desencuentro suscitado por el s a la Ley Trans.

“El feminismo ha vuelto a tomar su puesto en el PSOE. Hemos ganado. Esa es la valoracin”, escriba en X Amelia Valcrcel, filsofa de referencia de las clsicas. El Movimiento Feminista de Madrid (MFM), adherido a esta corriente, reconoca a este peridico la “declaracin de intenciones” que suponen las enmiendas aprobadas, y la asociacin Contra El Borrado -muy crtica con la Ley Trans– celebraba que el PSOE “haga suya” la defensa de sus principios. En lo que era la oportunidad ms clara que tena el partido para esclarecer cul es su ideologa feminista, los socialistas reafirmaron su intencin de reconciliarse con las clsicas. Al menos, sobre el papel.

Aunque las asociaciones adheridas a esta corriente celebran el giro en Sevilla -“mejor eso que nada”, anotan en el MFM-, son conscientes de son ms un “guio” que otra cosa. Ni la abolicin de la prostitucin -Snchez lo prometi en su discurso final- ni las restricciones a los derechos de las mujeres trans generan consenso entre los partidos que sostienen al Gobierno, con lo que cualquier propuesta en este sentido carece de recorrido dada la aritmtica parlamentaria actual, salvo acercamiento al PP. “Es un parip: proponen cosas que no van a salir para contentar a quienes enfadaron con la Ley Trans“, explican representantes del MFM.

Desde Contra El Borrado exigen al PSOE que inicie los trmites legislativos que materialicen la hoja de ruta apalabrada, algo que la ministra Redondo ya hizo hace unos meses llevando al Congreso su norma contra el proxenetismo -sin xito-. La socialista se ve ahora apartada de la cpula del partido, pues Ferraz nombr el sbado a Pilar Bernab -actual delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana- como su sustituta al frente de la Secretara de Igualdad.

“Pueden prometer la luna porque saben que no tienen la mayora suficiente, y por tanto la culpa de no aprobarlo no ser suya”. As sintetizan en el MFM los gestos que el PSOE viene realizando en el ltimo ao a favor del feminismo clsico. “Igual no se atreveran a ir tan lejos si tuvieran opciones de aprobarlo”, aaden, an desconfiadas con las intenciones de los socialistas en esta materia. “Creemos que se guan por marketing“.

Adems, estas organizaciones avisan de que medidas como la prohibicin de que las mujeres trans participen en competiciones deportivas femeninas son contrarias a la Ley Trans, y por tanto su puesta en marcha pasara por una modificacin integral de la norma, algo a lo que el PSOE no parece abierto ahora mismo. “Es un brindis al sol, una medida cosmtica para demostrar que van volver al feminismo clsico“, critica Paula Fraga, abogada penalista y otro de los perfiles de referencia de esta corriente.

Si de ese lado se deslizan ciertas reticencias hacia lo aprobado en Sevilla -por no confiar en que pueda llevarse a trmino-, en el envs del feminismo la denuncia es feroz. Preguntada por este peridico, la Comisin 8M de Madrid, organizadora de la marcha anual, califica la exclusin de las mujeres trans en el deporte como “una concesin a los argumentos de la extrema derecha y una agresin directa a las personas trans y no binarias”. La Plataforma Trans denuncia que el PSOE pretenda “sealar a las trans como el eje del mal de las mujeres” y desde Podemos acusan al partido de “transfobia”.

El movimiento de los socialistas provoc tambin una brecha en la coalicin de Gobierno, pues las enmiendas aprobadas en Sevilla chocan con el ideario que defiende Sumar. La portavoz de Igualdad de la formacin, Elizabeth Duval, critic que el PSOE vea a las mujeres trans como “un estorbo” y carg tambin contra la decisin de excluir la “Q” y el “+” del concepto LGBTIQ+, una iniciativa que es contraria a la doctrina que fijan organismos internacionales como la ONU.

Lo que las clsicas ven solo como un “guio” o un “parip”, en el otro lado del feminismo se percibe como un “retroceso” que evidencia que al PSOE “le cuesta aceptar la realidad”. Y, as, la hoja de ruta firmada en Sevilla, que no basta a unas y enfada a otras, sigue ahondando en la brecha del movimiento.





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