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El mvil es un problema familiar: “Muchos padres han renunciado a su labor de dar la tabarra”


Actualizado

Todo lo que es valioso para los adultos es inmediatamente percibido como valioso por el nio. Ahora observemos qu relacin mantenemos los adultos con nuestros telfonos mviles. No es inusual ver a un padre o una madre dndole una mano a un hijo y sosteniendo el mvil con la otra. El mvil no es un problema infantil. Es un problema familiar.

La relacin pedaggica fundamental e insustituible es la relacin cara a cara, pero siempre ha necesitado complementos: la tableta de arcilla o de cera, la pizarra, el libro de texto… Durante un tiempo se nos dijo que las TIC eran este complemento. Como todo el conocimiento -se nos aseguraba- est en internet, el papel de la escuela era ensear a servirse del mismo. Hoy sabemos que en internet est todo… excepto el criterio para discriminar el grano de la paja. Como deca Ortega, las tecnologas son prtesis antropolgicas que amplifican lo que ya somos. Y lo que somos es con frecuencia de una desoladora vulgaridad.

Hoy las TIC han perdido su aura de teologa de la salvacin. Estamos en la contrarreforma. En el 2023, 60 sistemas educativos prohibieron el uso de smartphones en las escuelas. En el 2024, fueron 79. La cifra sigue creciendo.

En el ltimo estudio PISA se observaba que los adolescentes cuyos resultados escolares se resentan ms por el uso de las pantallas eran los que se llevan el mvil a su dormitorio. Es fcil concluir que muchos padres han renunciado a una de sus labores fundamentales, la de dar la tabarra.

Lo que me llama la atencin es que estemos eludiendo la pregunta fundamental: A qu necesidad han venido a dar respuesta los mviles? Mi respuesta es: a un excesivo tiempo de ocio negligente. Este ocio estaba aqu cuando llegaron los mviles. No me canso de repetir que el sntoma ms preocupante de los nios actuales no es el smartphone, sino sus rodillas impolutas, como bolas de billar. Eso significa que se han quedado sin oportunidades de vivir sus aventuras (y, por supuesto, sus travesuras) en espacios abiertos. Saben que el lugar ms peligroso para los huesos de un nio ya no es el rbol al que se suban sus padres para robar cerezas, sino el coche familiar? Las polticas sobre los smartphones, por necesarias que sean, son solo una pieza de un rompecabezas multifactorial.

Se dice que el uso de los smartphones est reduciendo la capacidad atencional y la memoria de trabajo de los alumnos, pero esta doble reduccin comenz a notarse antes de que llegaran. Se da por cierto que los mviles son una de las causas de la evidente crisis de salud mental entre los escolares, pero la relacin parece ir de la salud mental al mvil, no al revs: son los que padecen tasas ms altas de depresin los ms asiduos a las redes sociales. Estamos discutiendo acaloradamente sin que, a mi parecer, dispongamos de estudios suficientemente extensos (en el tiempo y en las muestras). Sea lo que sea lo que usted quiera demostrar sobre el uso de los smartphones, ah un estudio que le dar la razn.

Estonia es el pas ms digitalizado de la OCDE y con mejores resultados en PISA. No parece mayoritariamente decidido a la prohibicin. Se muestra ms partidario de la regulacin de acuerdo con la autonoma de cada centro. Algunos usan los dispositivos mviles desde primer grado. Si queremos una sociedad digitalmente competente, no podemos hablar de prohibiciones generalizadas, me dijo recientemente un pedagogo estonio. Pero aadi que tan importante como fomentar las competencias digitales, es ensear a comportarse responsablemente en el mbito digital. En Estonia, la mayora de los nios reciben su primer telfono a los siete aos.

* Gregorio Luri es filsofo, pedagogo y ensayista. Su ltimo libro es Prohibido repetir (ed. Rosamern).





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