El Gobierno sitúa a la ultraderecha tras las protestas en Paiporta y pone el foco en la decisión de Casa Real: “No era el momento más oportuno”

Todo se guardó con secretismo. No se dieron ni horas ni lugares de la vista que los Reyes, acompañados por Pedro Sánchez y Carlos Mazón, iban a realizar a las zonas afectadas por la DANA. Los incidentes y altercados durante la visita no sólo sobrepasaron a los protagonistas, sino también al dispositivo de seguridad. En el Gobierno creen que lo sucedido en Paiporta no obedece únicamente al creciente malestar y enfado de los vecinos por la tardanza en llegar la ayuda y la falta de medios, que existe y es notorio y público. Creen que había también personas organizadas vinculadas a la ultraderecha, o esa percepción manifiestan las fuentes consultadas.

En el Ejecutivo llaman la atención sobre el hecho que hubiera alguna persona encapuchada durante la visita de las autoridades y sobre mensajes que en las horas anteriores circulaban para señalar que la única persona que no tenía culpa era el Rey. Durante la visita, de hecho, no pasó desapercibido para los miembros del Gobierno que uno de los jóvenes que se abrió paso para dirigirse brevemente a Felipe VI sería miembro de la organización Revuelta, poco conocida para el gran público y secundada por Vox y sus grupos afines, aunque se desvinculan de ella.

Revuelta lleva días haciendo un llamamiento para recoger enseres y material para los damnificados por la DANA. Se definen como «un movimiento juvenil que aúna diferentes asociaciones. Creemos que la juventud española, como todos los jóvenes que nos precedieron, tienen la tarea de renovar la Nación».

En esta percepción se enmarcan las palabras que Sánchez pronunció desde el Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), pasadas horas desde los incidentes y tras haber mantenido una reunión con los integrantes de este órgano, presidida por los Reyes. «No nos vamos a desviar, pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales», acotó el presidente del Gobierno.

El propósito era establecer que los graves altercados -llegaron incluso a romper la luna trasera del coche en el que iba Sánchez y apaleraron varios vehículos de la comitiva- estaban alentados por una minoría.

«No permitiremos que grupúsculos radicales se aprovechen del dolor de la gente y nos desvíen de lo prioritario», ahondó la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. «Incomprensible que haya grupos que se aprovechen de esta situación para ejercer violencia verbal y física. Y que alienten el odio, la confusión y la división. Lamentable que haya formaciones políticas que no hayan condenado los actos violentos de hoy», completó el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Hay malestar en el Ejecutivo porque el PP no condenara los ataques.

«Parece que hay ya personas identificadas pertenecientes a organizaciones de extrema derecha habituales causantes de desórdenes públicos y de utilización de la violencia», expuso ayer por la noche el ministro Óscar Puente.

«La mayor parte de la ciudadanía, la amplísima mayoría de la ciudadanía lo que quiere es la solución. Lo que hacen es rechazar y marginalizar cualquier tipo de violencia que se pueda perpetrar, como la que hemos visto, por desgracia, en el día de hoy», fue el mensaje que lanzó el jefe del Ejecutivo.

La visita celebrada este domingo se organizó desde Casa Real y el pasado jueves se comunicó oficialmente la intención de que se produjera este fin de semana. Fuentes consultadas por este diario exponían durante la tarde del domingo que la mejor opción planteada era haberse quedado en el centro de mando y no acceder a una zona delicada como el epicentro de la catástrofe. No se avisó oficialmente ni de la hora ni del lugar de la visita. La decisión fue desplazarse hasta Paipora.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, expuso ayer en La Sexta que «en este caso, posiblemente, no era el momento más oportuno. Hay mucha indignación, hay sensación de abandono. Hoy los ánimos estaban muy calientes. Y además se le suma la actividad organizada de algunas personas pertenecientes a grupos de extrema derecha».

Desde Interior se recuerda que los dispositivos de seguridad en los actos en los que participan los Reyes corresponde organizarlos y coordinarlos al departamento de seguridad de Casa Real, y que éste fue el caso de la visita a Paiporta. Y que son ellos los que determinan si precisan refuerzos.

El mensaje que lanzan fuentes gubernamentales tras lo sucedido ayer es que la política del Gobierno no la dictan unos violentos. Así trasladó de manera pública este mensaje Sánchez: «No nos vamos a desviar, pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales». Las prioridades, dice el Gobierno, son «salvar vidas, recuperar los cadáveres de las personas que hayan podido fallecer como consecuencia de esta tragedia natural y empeñarnos en la tarea de reconstruir la provincia de Valencia y todas las zonas que se hayan podido ver dañadas».

Eso sí, de momento, al menos hasta ayer, lo sucedido en Paiporta no cambió la visión del Gobierno. La responsabilidad de la gestión, trasladan desde el Ejecutivo, está en manos de la Comunidad Valenciana y que el Gobierno central dispondrá todos los recursos y medios que se pidan y precisen. Esto es, no se contemplaba subir a nivel 3 de alerta y que Interior asuma el mando único de la crisis. Este lunes, el Rey presidirá una nueva reunión del comité de crisis para el seguimiento de los efectos de la DANA, al que se incorpora desde hoy la ministra de Sanidad, Mónica García.

Por su parte, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, contactó en mañana de ayer con los portavoces de los grupos parlamentarios y fuerzas políticas con representación en el Congreso para convocar hoy a reuniones con cada uno de ellos e informarles de la situación y las actuaciones que se están llevando a cabo en la gestión de la tragedia provocada por la DANA.