El Gobierno rescata el precedente del rabe en la ONU para defender el cataln en Europa


El debate sobre la posibilidad de que el cataln, el euskera y el gallego sean reconocidas como lenguas oficiales de la Unin Europea no est muerto, pero s en coma inducido. Lo puso sobre la mesa en septiembre de 2023 el Gobierno, en una reunin del Consejo de Asuntos Generales (CAG), y lo mantuvo en la agenda hasta diciembre aprovechndose de que en ese momento Espaa tena la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Lo hizo a pesar de las quejas de varios socios, de algunos reproches pblicos de ministros, de que saba que no haba ni habr por lo menos en mucho tiempo un mnimo consenso para abrir ese meln. Lo hizo sin tener los informes jurdicos y las estimaciones de costes que le pedan sus colegas. Y lo hizo, enfadando a amigos y aliados, porque no tena ms remedio para lograr el apoyo de Junts y ERC.

En enero, la presidencia pas a manos de Blgica, un pas que sin ser precisamente crtico con esta materia, y que incluso simpatiza con la idea, lo quit automticamente de los puntos del da en la siguiente cita del CAG, que rene normalmente a los secretarios de Estado de Asuntos Europeos, pero al que el propio Jos Manuel Albares acudi en persona varias veces consecutivas para escenificar, ms hacia los partidos catalanes que hacia los gobiernos comunitarios, el compromiso inquebrantable del Gobierno con una idea que est claro que no tiene recorrido ahora mismo. Blgica entendi que no haba ninguna razn para seguir aadiendo la cuestin en la agenda, pero esta vez, para la cita de este martes, har una excepcin.

La cuestin de las lenguas estar formalmente como un punto de informacin. No se espera ningn tipo de debate, y no lo habr, ni mucho menos una posible votacin. Los gobiernos pidieron que haya informes jurdicos y estimaciones de costes, y por ahora no los hay. La Comisin Europea envi una estimacin preliminar, que deca que la inclusin de golpe de las tres lenguas podra suponer un gasto de al menos 132 millones de euros al ao. No es una cifra final ni mucho menos, sino un ejercicio teniendo en cuenta el ejemplo del galico, el ltimo de una nueva lengua oficial. Y avis de que un clculo ms riguroso requera bastante tiempo.

Por qu se aborda entonces de nuevo? Porque Espaa ha hecho una maniobra forzando una vez ms la mquina y pidiendo esa cortesa. El principio es que si un pas quiere tratar un tema que es importante, lo normal es que se incluya. Es cierto, pero como no es la primera vez, el Gobierno ha tenido que buscar un envoltorio ms bonito. Que llega en forma de una carta del ministro a sus colegas y de un pequeo anexo con una especie de argumentacin legal para intentar contrarrestar los argumentos jurdicos de las instituciones comunitarias. Ms que insuficiente para que cambie el estatus, suficiente para seguir irritando a los que piensan que hay temas mucho ms serios de lo que hablar. Pero al menos vlido para lo que busca ahora el ministro, que es algo as como precedentes para poder sostener que es una discusin viva en la UE y no ha entrado en un agujero negro definitivo. Si consta, es que existe.

Resumido y simplificado, los pases creen que meter una o tres lenguas regionales, aunque sean cooficiales en sus respectivas comunidades autnomas, es un problema serio. No tanto econmico, pues Espaa ha dicho desde el primer da que lo asumira. Sino poltico y organizativo. Si se aceptan esas tres, podran llegar decenas de peticiones parecidas. Espaa sostiene que no, que nuestro caso es nico, que no hay equivalentes, que no podran utilizarlo otros. “La reforma que propone Espaa no busca crear nuevos derechos, ni ahora ni en el futuro. Al revs, quiere poner fin a una situacin extraordinariamente anmala en el contexto lingstico de la UE”, dice el punto 10 del documento.

Los servicios jurdicos del Consejo consideran adems, que para la oficialidad del cataln, al euskera y al gallego podra tener que ser necesario reformar los tratados, y no bastara con una modificacin del Reglamento 1/1958, al que Espaa se refiere una y otra vez. Y mientras esto sera razonablemente sencillo, lo otro tiene implicaciones inimaginables.

Identidad nacional

De ah el argumentario espaol. En su carta, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, Albares dice que “la cuestin es una prioridad para Espaa al ser una parte de su identidad nacional, inherente a nuestras estructuras fundamentales, polticas y constitucionales”. Dice tambin que “la diversidad que esas lenguas representan est en el corazn de la riqueza cultural y la herencia lingstica” del continente. Y buena parte de los 16 puntos que desglosa en las siguientes tres pginas del memorndum inciden de hecho en explicar por qu la diversidad lingstica es tan importante para y en nuestro pas. “Tienen profundas races histricas, un alto nmero de hablantes y un lugar en la Constitucin”, que cita extensamente.

A lo largo de una decena de puntos, el Gobierno explica a sus socios la estructura de lenguas, su papel en los estatutos de autonoma o qu supone la cooficialidad (irnicamente, el martes la Comisin de Peticiones de la Eurocmara votar sobre un informe sobre la discriminacin del castellano en Catalua mientras los ministros se renen). Casi suplicando el favor porque para uno de los 27 es algo decisivo, justo ahora que necesita el apoyo independentista para todo, pero no el ao pasado cuando no era el caso. Pero la parte importante legalmente llega al final.

La UE distingue entre lenguas de trabajo, lenguas oficiales y lenguas autnticas, a las que se traducen los Tratados cuando un pas entra en la Unin. El artculo 55 del Tratado de la UE, en su punto 2, estipula que el documento podr “traducirse a cualquier otra lengua que determinen los Estados miembros entre aquellas que, de conformidad con sus ordenamientos constitucionales, tengan estatuto de lengua oficial en la totalidad o en parte de su territorio. El Estado miembro de que se trate facilitar una copia certificada de estas traducciones, que se depositar en los archivos del Consejo”. Pero eso no las convierte en “lenguas autnticas”. Y por eso los abogados de las instituciones creen que podra ser necesario una modificacin.

Espaa usa a menudo el caso del galico, que fue adoptada en todos los niveles muy recientemente. Pero Irlanda s la incluy desde el principio, aunque luego no la desarrollara. Es decir, que era “autntica” antes de ser oficial. Y ahora se buscara al revs. Ante esas dudas, el Gobierno dice que en nuestro pas se adopta legislacin en otros idiomas aunque no estn recogidos como oficiales para todo el territorio en la Constitucin. Y usa adems el ejemplo del rabe en Naciones Unidas, afirmando que la distincin es “prctica comn en el derecho internacional pblico” y que la ONU lo adopt como lenguaje oficial y del Consejo de Seguridad, a pesar de que no est reconocido como “lengua autntica en la Carta”.





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