El equipo de Ayuso admite que ha llamado “hijo de puta” a Sánchez: “Es lo mínimo que se merece” | Madrid | España

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene durante la sesión del pleno de la Asamblea de Madrid, este jueves.SERGIO PÉREZ (EFE)

El equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha admitido este miércoles que la líder conservadora ha insultado, llamando “hijo de puta”, al presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante el debate para su investidura. La baronesa conservadora ha acudido al Congreso como espectadora. Durante un momento de la sesión, Sánchez se ha referido a la polémica que rodeó a Tomás Díaz Ayuso, hermano de la líder conservadora, al conocerse que cobró una comisión de una empresa que a su vez había firmado un contrato con el Gobierno madrileño para traer mascarillas desde China a Madrid en lo peor de la pandemia. “Un posible caso de corrupción relacionado con la presidenta de la Comunidad de Madrid”, ha dicho el también secretario general de los socialistas sobre un asunto desestimado sin imputaciones en el terreno judicial. “Hijo de puta”, ha parecido reaccionar Díaz Ayuso en la tribuna, palabras que luego ha confirmado su equipo, rectificando su primera versión, en la que sostenían que Díaz Ayuso “ha dicho: ‘Me gusta la fruta”.

“La acusación de corrupción del señor Sánchez a la presidenta Díaz Ayuso es una ignominia y una cobardía”, ha afirmado una fuente gubernamental que cuenta con la confianza de la presidenta de la Comunidad de Madrid. “La respuesta de la presidenta a una acusación de corrupción sin pruebas (dicho [sic] para sí misma) es lo mínimo que se merece”, ha seguido, admitiendo implícitamente el insulto. “Mañana [por este jueves], en la Asamblea de Madrid, tendrá respuesta ese señor que pone en la calle a violadores, a corruptos socialistas andaluces y a golpistas catalanistas”.

La empresa de ropa de moda Priviet Sportive SL envió una carta escueta a la Comunidad de Madrid con su oferta de mascarillas el 28 de marzo de 2020, tres días antes de que le fuera adjudicado un contrato de 1,5 millones de euros que acabó beneficiando al hermano de la presidenta madrileña. Este, que trabajaba desde hace años como intermediario en el mundo sanitario, habría movilizado a sus contactos para traer el material desde China.

En septiembre de 2021, el entonces líder del PP, Pablo Casado, convocó a Díaz Ayuso a una reunión en la sede nacional del partido. La líder conservadora acudió creyendo que iban a hablar de las fechas del congreso del PP de Madrid, pero se encontró con otra cosa: Casado le enseñó un dossier que apuntaba a que el hermano de la presidenta había cobrado 283.000 euros en comisiones por intermediar para conseguir productos sanitarios para la empresa Priviet Sportive. Para Casado, esos datos eran más que preocupantes. Como poco, dijo, no eran “ejemplares”. Vio un claro conflicto de intereses. Y se lo transmitió a Ayuso con toda contundencia.

La situación estalló en febrero de 2022, cuando se hizo público el enfrentamiento de las dos partes: mientras los partidos de izquierdas llevaban el polémico contrato a la Fiscalía (que archivó la investigación sin apreciar ilegalidad alguna), el PP se desangraba. Así, el casadismo murió en unas pocas jornadas frenéticas que vieron cómo Núñez Feijóo concentraba el poder interno entre finales de febrero, marzo y abril, y cómo Ayuso se hacía en mayo con el de la organización de Madrid.

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Más de un año después, estas palabras de Sánchez han reavivado un fuego nunca apagado.

“Su antecesor”, le ha dicho Sánchez a Núñez Feijóo sobre Casado; “alertó sobre un probable caso de corrupción por parte de la señora Ayuso, y su respuesta fue fulminante: evacuar al señor Casado con un golpe de mano y echar por tierra ese caso de corrupción de la señora Ayuso”.

Ayuso, presente en el Congreso para escuchar esa frase, vivió aquella polémica como la mayor afrenta de su carrera política. Tras situar al Gobierno regional como punta de lanza de la oposición a Sánchez, escuchar las palabras del presidente en funciones solo echa leña al fuego del choque personal e institucional que marca su relación desde 2019, cuando la líder conservadora accedió al poder. Un desencuentro permanente que este miércoles se ha reavivado en la red social X (antes conocida como Twitter), donde el PP ha apostado por convertir en tendencia la frase “me gusta la fruta”, y que este jueves, en la Asamblea regional, vivirá un nuevo capítulo.

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