El electorado del PSOE se parte en dos ante el pacto con Junts por la inmigracin
Hace tiempo que no queda rastro de aquel Pedro Snchez que, nada ms llegar a La Moncloa en 2018, tom como primera decisin acoger a los ms de 600 sin papeles del Aquarius para dar un enfoque completamente distinto a la inmigracin. El Gobierno no tard mucho en cambiar de criterio y pronto rechaz hacerse cargo de otros buques de salvamento, incluso prohibi a la ONG Open Arms salir a realizar ms rescates. Desde entonces hasta ahora ha devuelto en caliente a Marruecos a adultos y menores, ha recuperado los vuelos de deportacin y ha blindado la valla de Melilla como si fuera un fortn despus de su polmica gestin de una avalancha en la que murieron 23 personas.
De defender una poltica migratoria humanitaria, el jefe del Ejecutivo ha terminado pidiendo una inmigracin legal, ordenada y segura, como el PP. Sus votantes estn acostumbrados a los bandazos, pero nunca se habran esperado que el PSOE llegara a asumir los modos antimigratorios de Junts con la firma de una proposicin de ley que vincula la llegada de ciudadanos de otros pases con la inseguridad y afirma que pueden representar un riesgo para la convivencia y la cohesin social. Si Rubalcaba levantara la cabeza…
El acuerdo por el que el Gobierno delega a la Generalitat de Catalua las competencias migratorias -que son exclusivas del Estado- a cambio del apoyo del partido independentista de derechas a los Presupuestos ha fracturado en dos al electorado del PSOE. Segn la encuesta realizada por Sigma Dos para EL MUNDO, slo un 46% de quienes apostaron por los socialistas en las pasadas elecciones generales est de acuerdo con este pacto, mientras que hay un 44,8% que se muestra en contra.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Garca-Page, admiti el jueves que senta bochorno como socialista por la firma de un acuerdo racista y en contra de los valores de su partido. Tambin Sumar pone muchos reparos a la nueva ley. Su secretaria de Comunicacin, Elizabeth Duval, acus el mircoles al PSOE de comprar el marco nativista de Aliana Catalana, que coloca la inmigracin como una amenaza. Los votantes de Yolanda Daz estn an ms en contra que los del PSOE: el 47% rechaza esta nueva cesin a Junts que slo un 40% respalda.
En el mismo sentido se pronuncian, sorprendentemente, los simpatizantes de los partidos de derechas, que suelen coincidir con Junts en muchos de sus postulados migratorios. Pero nicamente un 7,5% de los votantes del PP defiende el acuerdo, que es censurado por la inmensa mayora, casi el 90%, quiz porque, entre otras cosas, introduce desigualdad y diferencias entre las CCAA y porque exigir el conocimiento de cataln a los extranjeros que quieran conseguir el permiso de residencia. Los fieles a Vox, a pesar de que piden como Junts expulsar a los inmigrantes que cometan delitos graves o sean reincidentes, tampoco apoyan el acuerdo. El electorado de Santiago Abascal lo apoya ms que los seguidores de Alberto Nez Feijo, pero aun son minora -un 10%– los que se muestran totalmente o bastante de acuerdo, frente a un abrumador 88% en contra.
65% de rechazo entre todos los encuestados
En realidad, es la misma sensibilidad que muestra el conjunto de la poblacin, donde el sondeo de Sigma Dos slo halla un 26,8% de adhesiones y, a cambio, recaba un 65,6% de rechazos.
Incluso en un contexto de rcord histrico de llegadas de sin papeles a Canarias y de pelea entre las CCAA por la acogida de menores, es imposible encontrar algn colectivo sociolgicos que respalde el manifiesto antimigratorio firmado por PSOE y Junts. A todas las edades y en todos los niveles socioeconmicos, entrevistados con distinta formacin y con distintas creencias evidencian una clara condena a esta iniciativa, que an tiene que lograr suficientes apoyos parlamentarios.
Los hombres son algo ms crticos (el 67%) que las mujeres (64%), aunque el respaldo que suscita es menor entre las mujeres (25%) que en los hombres (28%) porque entre ellas el porcentaje de las que no saben o no contestan es mayor.
El rechazo ms grande -siete de cada 10- se extiende entre los entrevistados con ms estudios, los catlicos y los que tienen entre 45 y 65 aos, mientras que entre los ms jvenes, los menos formados, los no creyentes y los de nivel socioeconmico ms bajo, aun oponindose, existe uno de cada tres a favor. Espaa es uno de los pases menos recelosos con la inmigracin y, a juzgar por los datos de esta encuesta, no parece haber calado el mensaje de que los extranjeros son un problema, que le ha servido a Junts para competir electoralmente con Aliana Catalana y que ahora usa el PSOE para mantenerse ms tiempo en el poder.
La encuesta tambin ha preguntado por la gestin de los Mossos en puertos, aeropuertos y zonas crticas de Catalua y son menos numerosos los partidarios de que este cuerpo autonmico se encargue de la gestin de las fronteras (43%) que los que opinan que debera seguir siendo una competencia exclusiva de la Guardia Civil y la Polica Nacional (52%).
Esta cesin es considerada positiva por el 65% de votantes del PSOE (uno de cada tres la desaprueba) y el 71% de los de Sumar (el suspenso alcanza a uno de cada cuatro). A cambio, estn en contra el 81,2% del electorado del PP y el 81,8% del de Vox. Cuanto ms jvenes son los sondeados ms a favor estn de descentralizar la seguridad (el 54% de los veinteaeros. Mientras que los que tienen estudios universitarios (54,8%), los catlicos que van a misa (64,8%) y los que disfrutan de ms nivel socioeconmico (60,8%) preferiran que esta competencia siguiera siendo nicamente estatal.