El comité de garantías de Más Madrid anula la destitución de Arenillas como miembro de la Mesa Regional del partido | Noticias de Madrid
El comité de garantías de Más Madrid ha decidido anular la decisión de la dirección del partido de destituir a Loreto Arenillas como miembro de la Mesa Regional de la formación a raíz del caso Iñigo Errejón. Tras conocerse que el fundador de la formación había dejado la política por una denuncia anónima por acoso colgada en redes, a la que siguió luego otra registrada ante la policía por la actriz y presentadora Elisa Mouliaá, Mónica García, Manuela Bergerot y Rita Maestre acusaron a la exjefa de gabinete del político de “minimizar” el primer caso. Arenillas lo negó, y reclamó ante el órgano interno al entender que su destitución como parte de la Mesa Regional de la organización, y de la ejecutiva, además de como responsable de la cartera de coordinación, no se ajustaba a los estatutos. El comité de garantías le ha dado ahora la razón parcialmente, según una resolución del 10 de diciembre a la que ha tenido acceso EL PAÍS, pues establece que sigue formando parte de la Mesa Regional. Una decisión que la dirección acepta, pues entiende que, en realidad, nunca había sido destituida de ese cónclave. Arenillas, en todo caso, sigue fuera de la ejecutiva, y sigue sin la cartera de coordinación.
“El Equipo Coordinador en ningún caso puede expulsar a un miembro de la Mesa Regional, que cuenta con una legitimidad democrática directa”, se lee en ese documento. “Aceptar esto sería vulnerar el principio democrático e institucionalizar una flagrante desviación de poder”, alerta. “Así, los miembros de la Mesa Regional solo pueden ser cesados por finalización de su mandato ordinario o como consecuencia de una sanción muy grave (art. 54.4 c de los Estatutos), tras la apertura del oportuno expediente disciplinario regulado en el Capítulo VI de los Estatutos, que en este caso, hasta el día de hoy, no se ha producido”, añade. “Por esta razón, debe afirmarse que el cese de la recurrente como miembro de la Mesa Regional vulnera los Estatutos, debiendo estimarse el recurso en este punto”.
Consultado por este diario, un miembro de la dirección del partido comparte el sentido del dictamen, aunque entiende que se basa en una confusión.
“Garantías hace una interpretación ortodoxa, muy ajustada a la literalidad del comunicado [de destitución], en el que pusimos que se la cesaba de todos sus cargos”, explica. “Lo que ahora aclara es que sigue siendo miembro de la Mesa Regional. Y estamos plenamente de acuerdo. No va en una dirección contradictoria a las decisiones tomadas, porque de ahí no se la ha echado, ni se la podía echar. Es miembro electo y es imposible”.
Pero no es la única llamada de atención que hace el organismo interno en contra de la actuación de García, Bergerot y Maestre, las coordinadoras del partido. El comité de garantías tampoco avala que no dieran audiencia a Arenillas para defender su actuación.
“Este Comité de Garantías debe reprochar la decisión de publicar el acuerdo del cese inmediatamente después de su adopción (a sabiendas de la singular relevancia mediática que el mismo tenía y del irreversible daño personal que podía causar)”, recoge la resolución del organismo. “La decisión de hacer pública el acuerdo del cese sin haber facilitado antes un espacio adecuado y suficiente en que se pudieran explicar las razones de la misma a la afectada, y en que esta pudiera alegar lo que considerara oportuno, no puede ser aceptada por parte de este Comité”, recalca. “Si bien este Comité de Garantías es consciente de las dificultades que existen en la actualidad para manejar los disensos en política de una manera contraria a la determinada por la “agenda mediática”, creemos que nuestro partido no puede renunciar a ello”.
Arenillas se comprometió a dejar su acta de diputada en la Asamblea de Madrid el mismo día que se decidió destituirla de sus cargos internos (25 de octubre). Sin embargo, pasados ya casi dos meses, se mantiene en el escaño, y también en el grupo parlamentario de Más Madrid, pese a que no ha vuelto a pisar el Parlamento regional al encontrarse de baja médica.
En el entretanto, su todavía partido la ha destituido como portavoz de la comisión de mujer, y ha cambiado su ubicación en los plenos, a un escaño recóndito, para que se note menos el hueco que ha dejado su ausencia en la bancada del partido.
Desde su punto de vista, Arenillas ha sido convertida en un cortafuegos para evitar que la crisis desatada por el caso Errejón escale hasta los despachos nobles de su formación. Así, la diputada ya aseguró en sendos comunicados publicados el 25 y el 28 de octubre en sus redes sociales que en junio de 2023, cuando conoció una primera denuncia por acoso contra Errejón, la transmitió a la responsable de feminismos del partido y a la secretaria de organización. La primera era Cristina Castillo. La segunda, Manuela Bergerot, que desde la marcha de Mónica García al Ministerio de Sanidad es el rostro visible de Más Madrid en la Asamblea, donde ejerce como portavoz y líder de la oposición al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
“Quizás no hice lo suficiente, pero lejos de ocultar u encubrir información, informé”, afirmó en uno de sus comunicados Arenillas. “La dirección del partido no consideró relevantes los hechos para elevarlos a los órganos superiores, ni hacerlos públicos, ni activar los procedimientos de nuestros estatutos y normas internas y, más tarde, la denuncia en redes desapareció y nadie consideró que aquel episodio no [sic] requería mayor acción”, añadió. “Conocidos los hechos que han llevado a la dimisión de Íñigo Errejón, aquella decisión fue un error. Mis disculpas más sinceras a aquella mujer. Quiero reiterar que desconocía por completo los testimonios y agresiones a mujeres que estos días están apareciendo”, siguió. “Estoy en schock (…)”.
Desde el primer momento, la exjefa de gabinete de Errejón aseguró ser víctima de “un abuso de autoridad”; argumentó que estatutariamente las líderes de la formación (Bergerot, Maestre y García) no tenían autoridad para quitarle sus cargos ni reclamarle el acta; y negó la acusación que pesa sobre ella: que medió con la denunciante del primer caso para evitar que este trascendiera más públicamente. Ahora el comité de garantías de Más Madrid le da parcialmente la razón.