El colegio de Boadilla en el que se grabó a niñas desnudas deberá pagar 120.000 euros por “daño moral” a una profesora y madre de una afectada | Madrid | España
El caso de las grabaciones pedófilas en un colegio privado de Boadilla del Monte (Madrid) sigue siendo investigado en la vía penal, pero el centro ya está sufriendo repercusiones judiciales. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado a la escuela a una cuantiosa indemnización de 120.000 euros a una profesora que también es madre de una niña que fue grabada desnuda, según la sentencia a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La afectada, que sufrió un fuerte shock emocional cuando conoció los hechos en 2022, ha visto reconocido su derecho a una compensación por el fin de la relación laboral y por el daño moral sufrido. El colegio, Virgen de Europa, aún puede presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, aunque las posibilidades de éxito de esa opción son muy reducidas, según fuentes judiciales.
La trabajadora se dio de baja en el centro tras conocer lo sucedido, en junio de 2022. Está diagnosticada de trastorno adaptativo con síntomas ansioso depresivos. No tenía antecedentes previos. Había sido alumna del colegio y era trabajadora desde 2005. Tres de sus hijos eran estudiantes de esta escuela, entre ellos una niña de 11 años que fue grabada sin ropa por un profesor y copropietario del centro, Antonio Maestu.
La hija de la empleada participó el sábado 18 de junio de 2022 con otras seis alumnas en una actividad extraescolar organizada por Maestu, profesor de artes. El docente las hizo desvestirse en varias ocasiones mientras una cámara escondida grababa a las menores. Los padres recogieron ese día a sus hijas sin sospechar nada, pero al día siguiente una mujer encontró la cámara en la calle y la entregó a la Guardia Civil. Los agentes reconocieron el centro al que pertenecían las menores gracias al escudo en sus uniformes y posteriormente identificaron a las niñas. Diez días después del hallazgo, arrestaron a Maestu en su domicilio, donde descubrieron que guardaba más grabaciones del colegio, aunque también encontraron una decena de discos duros que habían sido taladrados y no pudieron ser recuperados.
En el material reproducible, los agentes han descubierto a otras tres posibles víctimas de Maestu, según ha sabido EL PAÍS. El caso más antiguo data de hace 17 años.
Daño indirecto
En el caso de la maestra indemnizada, los jueces han considerado que la compensación era procedente porque los hechos no solo menoscaban la dignidad de la menor, sino también la de la madre, que no debe soportar el tener que mantener la relación laboral con el causante que era además administrador del colegio y superior jerárquico.
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Tras acceder a la sentencia, este periódico ha recabado la valoración del abogado de la trabajadora, David Aceves, que destaca que se trata de un litigio poco usual porque el daño no lo recibe la trabajadora, sino un familiar. “Pedimos la extinción del contrato por vulneración del derecho a la integridad física y moral de la trabajadora, con la peculiaridad de que en este caso se había producido una vulneración indirecta, al ser su hija la afectada”, dice Aceves, que es socio fundador del despacho Labor10.
El colegio ha sido condenado a la indemnización legal por la extinción del contrato por 59.243 euros, equivalente a la propia del despido improcedente, además de una indemnización adicional de daños morales de 50.000 euros. Antonio Maestu deberá abonar 10.000 euros por ese perjuicio.
Los jueces de la jurisdicción laboral no han entrado a valorar si el comportamiento de Maestu era delictivo y han considerado suficiente prueba que los hechos, la grabación de las niñas, ha sido acreditada.
El Colegio Virgen de Europa no ha contestado a una solicitud para conocer su versión.
Escribe al autor a fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com
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