El adis “forzoso” de Garca-Castelln, el juez que no dejaba dormir a los polticos
La trama Pnica, la Kitchen, el caso Dina y el Tsunami: las causas judiciales ms sonadas de los ltimos aos llevan su firma. Polticos de uno y otro lado -de Esperanza Aguirre a Pablo Iglesias, y Carles Puigdemont– han atendido a sus veredictos. El comisario Villarejo, el ex presidente de Banesto, el del BBVA, y tambin ETA, se han sentado en un banquillo presidido por l. Con la “jubilacin forzosa” de Manuel Garca-Castelln, publicada ayer en el BOE, se cierra la carrera judicial de uno de los magistrados con mayor repercusin poltica, meditica y social del pas.
Vallisoletano, padre de dos hijos, cumple 72 aos el prximo 16 de octubre -fecha lmite para hacer efectiva su jubilacin tras haber solicitado prorrogarla al mximo legal- y acumula ms de 30 desde que accediera por primera vez a la Audiencia Nacional. Lo hizo en 1993, con una comisin de servicios para ocupar la plaza del ex juez Baltasar Garzn, que decidi saltar a la poltica como diputado del PSOE. Al ao siguiente, Garca-Castelln acapar todas las portadas tras enviar a prisin preventiva al ex presidente de Banesto, Mario Conde. Vendran muchas ms.
Las ltimas, en julio de este ao, cuando orden el archivo del caso Tsunami por un error de plazos que oblig a anular los ltimos tres aos de la investigacin por terrorismo en la que estaba involucrado Carles Puigdemont. El independentismo celebr la decisin, pues consideraba la prrroga de la instruccin como “una de las irregularidades cometidas por Garca-Castelln en este caso, con clara intencionalidad poltica”. ERC y Junts no han sido los nicos en la clase poltica que han cuestionado los fallos del magistrado: en enero de este ao, la vicepresidenta Teresa Ribera critic la “querencia” de Garca-Castelln a pronunciarse en “momentos polticos sensibles” despus de que el juez insistiera en acusar a Puigdemont de terrorismo mientras discurra la negociacin de la Ley de Amnista.
Podemos fue un paso ms all: present una querella por prevaricacin contra el magistrado despus de que, en el marco de la pieza Dina -surgida del casoTndem-, Garca-Castelln quisiera imputar a Pablo Iglesias en la causa. La formacin morada habl entonces de un caso “paradigmtico” y “palmario” de lawfare y lo acus de “ser del PP”. Ione Belarra se pronunci en esta lnea ayer: “Este y otros jueces corruptos, que han prevaricado contra quienes defendemos otra idea de Espaa, se van a ir de rositas sin sancin alguna gracias al PSOE”.
Afiliado a la Asociacin Profesional de la Magistratura -de tendencia conservadora-, en los ltimos aos se le ha acusado de proteger a la derecha poltica, aunque Garca-Castelln ha sentado en el banquillo a dirigentes de todas las siglas. Instructor de las tramas que cercaron al Partido Popular por corrupcin –Pnica, Lezo y Kitchen-, juzg el caso del comisario Villarejo, imput a Esperanza Aguirre y su entorno y, ms recientemente, al ex ministro del Interior Jorge Fernndez Daz. Termin archivando la causa contra las ex presidentas madrileas Aguirre y Cristina Cifuentes.
Ms all de la corrupcin, la lucha contra ETA ha acaparado gran parte de su carrera. Precisamente, el inicio de su andadura en la Audiencia vino marcado por el asesinato del concejal popular Miguel ngel Blanco en 1997: fue l quien certific su muerte. Tras 17 aos desplazado en Pars y Roma -del ao 2000 a 2017-, el juez regres a la Audiencia Nacional donde mantuvo el cerco a las cpulas de ETA que ordenaron asesinatos -y no slo a quienes los ejecutaron-.
Este verano, a sabiendas de que a su tiempo no le quedaba ms prrroga, dict su ltima sentencia: pedir su jubilacin para un da como ayer.