El acuerdo de Snchez con Rutte para que Espaa tenga una senda propia de gasto militar amenaza la unidad de la OTAN: “Es injusto para el resto de pases”


El acuerdo entre Pedro Snchez y Mark Rutte para que Espaa tenga su propia va de gasto en Defensa, y que segn el presidente del Gobierno har que el pas no tenga que llegar ni mucho menos al 5% del PIB inversin militar, amenaza la unidad de la OTAN. Porque, segn explican fuentes diplomticas, se trata de un pacto “injusto para el resto de pases” y, adems, abre la va para que otras naciones pidan igualmente un trato especial.

Blgica, Italia, Canad o Eslovenia pueden exigir ahora algo similar“, aaden estas mismas fuentes, que citan a los pases que ms reticencias han mostrado en el pasado para aceptar el modelo 3,5+1,5 propuesto por el secretario general de la OTAN. Y, subrayan tambin que tanto el acuerdo como la forma de presentarlo es algo totalmente “poltico” que permite a Snchez utilizarlo para reforzarse internamente.

Desde la propia Organizacin del Tratado del Atlntico Norte sostienen que, en realidad, el objetivo sigue siendo el 5% del PIB. Que Espaa, efectivamente, tendr que elevar el gasto hasta ese nivel para hacer frente a todas las capacidades que se le exigen, mientras que el Gobierno mantiene que con el 2,1% ser suficiente. El Ejecutivo, adems, ha conseguido que en 2029 se revisen de nuevo los objetivos de gasto. En ese momento se deber valorar si lo que se acuerde esta semana en La Haya sigue siendo necesario. Y tambin el plazo para desarrollar todas las capacidades ser de 10 aos, esto es, hasta el 2035, en lugar del 2032 que en principio planteaba Rutte.

Ahora todo ello deber quedar ratificado en la cumbre que comienza maana, ya que en el mbito diplomtico subrayan que el pacto es entre el presidente del Gobierno de Espaa y el secretario general de la OTAN. No con todos los miembros de la Alianza. Y ah habr que ver qu dicen el canciller alemn, Friedrich Merz, los pases blticos, los nrdicos y, por supuesto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ya dijo la semana pasada que el 5% era innegociable para todos los miembros de la Alianza. “Espaa ha sido un pas que siempre ha pagado muy poco. O eran buenos negociadores o simplemente no estaban haciendo lo correcto. Espaa debe pagar lo mismo que todos los dems”, afirm el viernes.

La negociacin de Snchez

La llegada este punto se produce, en cualquier caso, tras un proceso que cuando comenz era incierto para el Gobierno. Cuando Snchez se plant negndose a gastar el 5% del PIB en Defensa no saban qu escenario se habra. Habran contemplados todos, pero no qu camino emprendera la OTAN. Rutte eligi negociar, como adelant este diario, y eso ya fue un mensaje para La Moncloa. Durante todo el fin de semana, el propio presidente del Gobierno se ha implicado, conversando con distintos lderes, mientras su jefe de gabinete, Diego Rubio, trataba con el gabinete del secretario general de la OTAN.

El acuerdo se consuma con la carta de Rutte a Snchez ayer. La OTAN “dar a Espaa la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana para alcanzar los Objetivos en Capacidades y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB, y para presentar sus propios planes anuales”, se recoge en la misiva, a la que ha tenido acceso EL MUNDO. La cifra en la que se planta Snchez es el 2,1% del PIB, “ni ms ni menos“, porque considera que es la que necesitamos para cumplir con las Capacidades que nos exige la Alianza, segn trasladan los tcnicos de las Fuerzas Armadas. En La Moncloa consideraban “arbitraria” la cifra del 5% -“Por qu no un 7%, un 9%?”, se preguntaban con irona en el seno del Ejecutivo- y que “no estaba argumentada”.

Desde el Gobierno, durante el fin de semana trasladaban que su intencin no era “bloquear” la cumbre de la OTAN, pero s que iban a ser “firmes” en su rechazo a llegar al 5% del PIB en gasto militar. En una posicin de extrema debilidad tras destaparse una presunta trama corrupta en el PSOE y el Gobierno, el jefe del Ejecutivo decidi esta confrontacin para, primero, apartar el foco de esa crisis, y, segundo, para evitar que sus socios, muy molestos por el ‘informe Cerdn’, tuvieran un nuevo motivo para liquidar ya la legislatura.

Esta presin, sumada a que la palabra de Snchez poda volver a estar en entredicho, hizo que el Gobierno pusiera en marcha toda la maquinaria diplomtica. Cuando se anunci un plan de inversin en seguridad y defensa de 10.471 millones, Snchez prometi que se haca sin tocar “un cntimo del gasto social”. Tener que gastar 80.000 millones al ao, supona como ha reconocido, “incumplir nuestra palabra“, adems de tener que recortar ayudas sociales y subir impuestos.





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