Dentro de una columna ‘armada’ con palas y fregonas que no detuvieron ni las autoridades: “Vamos a hacer lo que sea necesario”
Valencia est desde ayer ms cerca de los ms de 1.000 kilmetros que le separan de Muxa (A Corua), aquella localidad gallega cuyas playas ti de negro el crudo del buque Prestige. Ambas ciudades comparten un valor que no tiene precio: la solidaridad infinita de su pueblo.
Como sucedi en Muxa hace 22 aos, ni la amenaza de lluvia, ni caminar kilmetros cargados de ropa, comida o palas fren ayer una la riada de personas, millares, que sali de sus casas para ayudar a los afectados por la DANA. Tampoco las posteriores peticiones de las autoridades de que regresaran a sus domicilios para no entorpecer los accesos.
Algunas convocatorias en las redes sociales en la tarde del jueves, sin firmar por ninguna entidad, marcaban como punto de encuentro la Cruz Cubierta en el distrito de Jess, un pequeo monolito que antiguamente defina el tramo final de la ciudad en direccin sur.
Salan los primeros rayos de sol cuando las paradas de los autobuses municipales de Valencia se llenaban, especialmente de jvenes cargados con todo tipo de objetos. “Los padres de un amigo lo han perdido todo, queremos ayudarles a limpiar y tambin llevamos agua y ropa”, destacaba una estudiante antes de subir al bus de la lnea 10.
Este viernes nadie se quejaba por madrugar en festivo, a pesar de ser 1 de noviembre, ni de otros problemas de la vida diaria; todos pensaban en la mejor manera de paliar el dao de los pueblos de La Torre, Paiporta, Horno de Alcedo, Picanya o Alfafar. La zona cero de la riada, pegada a la capital.
Minutos despus de las nueve, una de las avenidas ms amplias de la capital valenciana, conocida como el Bulevar Sur, entre la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el Hospital La Fe, era un maratn de gente. Muchos andando, otros en autobs. Junto a ellos, los primeros coches de Sagunto, de Villarreal y de otros puntos de la ciudad buscaban aparcamiento en el barrio de San Marcelino, el ltimo paso antes la zona afectada.
“Venimos desde Castelln, somos de una ONG, el objetivo es ayudar a vaciar casas, limpiar las zonas de barro, lo que sea necesario”, destacaba una joven desde dentro de un vehculo 4×4. Se notaba que no era la primera vez que participa en una situacin de emergencia.
Para entrar al barrio de La Torre hay que cruzar un puente en forma de serpentn. Estaba tan repleto de gente que no dejaba contemplar a distancia el desastre de barro y de coches volcados en las esquinas.
Al pisar este trgico kilmetro cero el gento enmudeca, aunque pocas eran las voces que se oan de camino. Entre la fatalidad reina la lucha por revertir la situacin, los abrazos de consuelo y tambin los lloros. Todo el mundo en La Torre ha llorado estos das en algn momento de impotencia y de dolor por las vctimas, pero ahora toca barrer el fango.
Los vecinos vacan sus casas, sacan a la calle sofs destrozados, televisores y hornos rotos, enseres personales… Nada se podr salvar dentro. Los edificios de esta pedana valenciana son como mximo de cinco pisos, los menos, y de dos alturas, los ms habituales, con varias dcadas a sus espaldas. Todos los bajos estn arrasados sin excepcin.
“He perdido todo en casa, no vale un mueble ni la televisin, pero estamos contentos porque hemos salvado la vida. Tenemos que superar esto”, comenta un vecino de origen africano, residente en el pueblo.
A los pies de la Iglesia de Nuestra Seora de Gracia est el punto de encuentro de Proteccin Civil de Valencia con los voluntarios, a los que se les asignan tareas sin cesar. “En qu puedo ayudar?” era la frase ms oda ayer en La Torre. A la mayora de los voluntarios se les pide que ayuden a despejar el lodo, que barran las calles y achiquen la porquera acumulada. Por eso, algunos de los tiles ms necesitados en el lugar ms devastado por la tormenta son las botas de agua, las palas, las escobas y las bolsas de basura. No se da a basto ante tanto destrozo.
En la puerta de la iglesia de La Torre hay tres mesas. En una pone alimentos, en la otra, agua y en la tercera, donaciones
En uno de los puestos en los que se reparte comida aparece un nio que a duras penas se hace entender en espaol. Qu comida podis hacer en casa? Cuntos sois? Estis bien? le preguntan los responsables del puesto de Proteccin Civil. El nio no sabe qu responder. Sale corriendo a sealar las barras de pan y productos de higiene.
El centro de ayuda seguir abiertas todos los das, no hay fecha de cierre en La Torre.