De aquella ilusin de regeneracin a esta degeneracin sin horizonte


La fundacin de EL MUNDO me pill en el ABC, al que me haba mudado dos aos antes, como dao colateral del referndum de la OTAN. Pero fui y me recuerdo con gatha Ruiz de la Prada, Javier Gmez de Liao y otros amigos en la fiesta de inauguracin del nuevo peridico, al que me una casi todo y al que volv hace ya casi 30 aos. Pedro Jota me haba convencido en 1981 para dejar mi cmodo puesto de profesor de literatura y convertirme en el primer jefe de opinin de Diario 16, aventura de Juan Toms de Salas, que ahora actualizaba su hermano Alfonso, con Balbino Fraga, Juan Gonzlez y, naturalmente, Pedro Jota, su demiurgo, deus ex machina y mandams.

Recuerdo de aquella fiesta que haba mucha luz, y que se viva la ilusin de todas las fundaciones -la refundacin de Diario 16 con PJ era igual, pero sin medios-, y se viva el cambio: las ideas de la libertad estaban en alza, baste decir que, a las dos semanas de nacer EL MUNDO, cay el Muro de Berln. Pero el PSOE felipista, occidental en apariencia, era ferozmente liberticida. Y mientras Berln Este migraba a Berln Oeste, Espaa iniciaba la tercera legislatura felipista arrastrndonos a un rgimen como el mexicano del PRI, con un Gobierno todopoderoso y corrupto, una oposicin que no consegua ser alternativa y unos medios de comunicacin alicortos o alicortados.

Y, sin embargo, se respiraba ilusin. Los medios, sobre todo la prensa y la radio, hacan la guerra al Gobierno que se soaba rgimen. Aznar lleg ese ao a la presidencia del PP, aunque su bautizo fue el 1 de abril de 1990. Y era una poca en que se publicaron muchos libros de reflexin poltica, que rearmaron ideolgicamente a la derecha y a la izquierda antifelipista. Su editora fue Imelda Navajo, que en 1992 me pidi para Temas de Hoy un libro sobre lo que pasaba en Espaa y Europa tras caer el Muro. Yo hice La dictadura silenciosa. Mecanismos dictatoriales en nuestra democracia, crtica del historicismo del Fin de la Historia de Fukuyama, y de los tres factores que destruan las libertades en Espaa: el separatismo cataln, el vasco y Gonzlez, con el imperio PRISA como terminator.

La presentacin del libro fue una exhibicin de fuerza de los medios de Oposicin, con Antonio Herrero y los supervivientes del antenicidio, la Cope, ABC y EL MUNDO, entre otros. El xito, 27 ediciones y casi cien mil ejemplares fue, aparte de lo que valiera el libro, fruto de un frente meditico unido contra el PRISOE. Tras la muerte de Antonio, con Luis Herrero y yo al frente de la Cope, la alianza con EL MUNDO se mantuvo, y la hemeroteca es testigo de todas las batallas que dimos juntos. Cuando sal o me sacaron de la Cope, y fund esRadio, esa relacin se mantuvo, con Pedro Jota y luego, con apenas altibajos, con los directores sucesivos, hasta hoy. En tantos aos, slo me han censurado una columna, y no sabra decir por qu, seal de que no fue nada serio, acaso algn adjetivo arrojadizo. Tal y como estn los medios, un milagro.

El gran cambio desde 1989 es de horizonte. Cay el Muro e implosion la URSS, pero hoy, Rusia, dirigida por un agente que custodiaba el Muro, masacra Ucrania al modo sovitico. El nuevo Eje del Mal Mosc-Pekn-Tehern tiene franquicias cubanas, venezolanas y mejicanas. El comunismo se ha rehecho como discurso dominante, azuzando el afn suicida de Occidente. El wokismo, el antisemitismo, la religin climtica, el odio a la tradicin cultural grecolatina y judeocristiana imperan y cancelan. Y aunque en las nuevas generaciones hay voluntad de lucha, ha desaparecido la ilusin de victoria. La libertad es, sin embargo, un propsito que hay que renovar a diario. Alcanzarla era tan difcil ayer como hoy, maana y siempre. Pero es lo nico que vale la pena.





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