Cuerpo a tierra, que vienen los tuyos
El lder del mundo libre presume de que todos le besan el culo, instalando a la democracia estadounidense en una fase definitivamente anal cuyas deposiciones se amontonan sobre las balanzas comerciales. Elon Musk se apea del burro proteccionista que le est arruinando llamando retrasado al asesor arancelario de Trump, al que considera ms tonto que un saco de ladrillos. Mnica Garca se declara harta de las lecciones de la true left residenciada en Galapagar, a la que acusa de haber reducido a cenizas a la izquierda mientras se divierte en una piscina de bolas. Ione Belarra arremete contra los jueces por proteger a los machistas que les tocan las tetas y les joden la vida. Y mientras este estallido de coprolalia (he recogido expresiones literales) empapa las ltimas 24 horas de nuestras vidas, dos espaoles de partidos opuestos se resisten todava a revolcarse en la gran cinaga epocal.
Responden a los nombres de Carlos Cuerpo y Juan Bravo. Dos tipos educados, con estudios, jvenes an pero exponentes ya de una poltica extinta que ellos se afanan temerariamente en desextinguir como esa empresa que acaba de resucitar al lobo gigante rescatando el material gentico de sus crneos. No en vano el crneo es el cofre de la inteligencia, y el ministro de Economa del Gobierno y el cerebro econmico del PP parecen haberse conjurado para que sus negociaciones no descarrilen. Los mueve quiz una pasin tan anacrnica como el inters general: la cabina telefnica de nuestras democracias en declive.
Aprovechando el viaje de Pedro a Vietnam -donde ha doblado el espinazo en sentida ofrenda floral a su dolo Ho Chi Minh, que algo saba de trincheras-, estos dos disidentes prefieren entregarse a las buenas maneras y al respeto mutuo. En tiempos de odio la responsabilidad se convierte en terrorismo: Cuerpo y Bravo adquieren as la condicin de agentes subversivos dedicados al sabotaje clandestino del muro sanchista. Por la tarde o por la noche, mediante discretas conversaciones telefnicas van retirando sillares hasta abrir un pequeo portillo por donde circula el oxgeno del dilogo.
Ante el peligro de que la estancia nacional se ventile un poco, contemplando con terror que las dos Espaas podran volver a reconciliarse, el patrn de Waterloo ordena revelar un nuevo trato de favor: el 25% de las ayudas que planea movilizar el escudo antiaranceles del Gobierno sern para Catalua. Como no es la primera ni la segunda ni la tercera vez que Snchez cede al chantaje separatista, la revelacin gana verosimilitud de inmediato y obstruye el canal de comunicacin entre Bravo y Cuerpo. Pero ellos vuelven a escarbar, retiran los escombros y siguen hablando, inasequibles al desaliento. Jugndose el tipo a base de tratarse con deferencia.
Yo no s cmo acabar esta tensa pelcula de espionaje fronterizo. Sobre el agente Juan pesa el pnico de su partido a quedar de tontos tiles de Pedro, que engaando a tantos tantas veces ha logrado traspasar a sus vctimas la responsabilidad de cada nueva estafa. Sobre el agente Carlos (Cuerpo a tierra, que vienen los tuyos) se ciernen el sectarismo incurable de su jefe y la verborrea letal de Mara Jess Montero, que en la sesin de control dispar contra el PP y a continuacin tild de mentiroso al portavoz de Junts: como no sabe qu opinin rondar esa maana la chola de su jefe vietnamita, opta por hacer el molinillo y lanzar sopapos en todas las direcciones a la vez. Alguna dar en el blanco.
Los precedentes no invitan al optimismo. Lo lgico es que Pedro siga siendo Pedro y que el escorpin pique a la rana. Pero si eso sucede una vez ms, yo prometo llevar una corona de flores al puente de Juan Bravo que atraviesa el paseo de la Castellana: “Al ltimo pontfice espaol, cado en la guerra arancelaria. Los liberales no te olvidan”.