Condenado el asesino de Juana Canal a 14 años de prisión por matarla en 2003 | Noticias de Madrid
El asesino de Juana Canal, la mujer que desapareció en febrero de 2003 de su casa de Madrid y cuyo cuerpo fue hallado por casualidad en Ávila en 2019, ha sido condenado a 14 años de prisión por el homicidio de la que en ese momento era su pareja. El tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid le aplica también la agravante de parentesco. Jesús Pradales deberá, además, indemnizar a su hijo Óscar con 118.000 euros y a cada uno de los hermanos de la finada con 22.000 euros. El fallo puede ser recurrido.
Este es un nuevo capítulo en la historia de una víctima de violencia machista, cuya desaparición no se investigó en su momento al no existir protocolos de búsqueda de desaparecidos ni sobre violencia de género. El rastro de Canal, que tenía 38 años cuando murió, se perdió en su casa de Madrid la noche del 23 de febrero de 2003, después de que una patrulla de policía fuera requerida en la vivienda por la actitud agresiva de Pradales hacia la mujer. Fue el hijo de la víctima, que entonces tenía 18 años y que esa noche no estaba en casa, el que interpuso la denuncia al día siguiente al no tener noticias de su madre.
La historia de este crimen entra en un gran limbo de 16 años durante los cuales su familia la buscó sin descanso. Pradales, por su parte, rehizo su vida cuatro meses después de la desaparición de su pareja, se casó y tuvo cuatro hijos.
El 17 de abril de 2019, dos excursionistas descubrieron por casualidad restos humanos en un paraje natural de Ávila y la comparación con la base de datos de ADN arrojó que se trataban de una mujer cuya desaparición se había denunciado en Madrid en 2003: Juana Canal. Por un problema burocrático, el juzgado no fue capaz de encontrar a familiares de la mujer para notificarle el hallazgo hasta 2022. En ese momento, se puso en marcha la investigación para encontrar a contrarreloj al culpable de la muerte de Canal.
Las pesquisas llevadas adelante por la policía judicial de Ávila y la Udev Central se desarrollaron con rapidez porque el tiempo de prescripción del delito apremiaba y porque las pruebas que en su momento no se tuvieron en cuenta apuntaban a la pareja de Juana en el momento de la desaparición. El lugar en el que fueron hallados los huesos de la víctima fue clave: era una zona cercana a una propiedad de la familia de Pradales con la que Juana no tenía ningún tipo de relación.
El hombre fue detenido en octubre de 2022 y acabó confesando. Según su versión, la noche de la muerte de su novia tuvieron una discusión y ella murió de forma accidental, tras lo que descuartizó su cuerpo y lo trasladó a su pueblo.
El jurado, sin embargo, no creyó la tesis de la muerte accidental y lo declaró culpable de haber causado el fallecimiento de la víctima y de haber ocultado la verdad durante casi dos décadas. Con esta sentencia, la familia, representada por Juan Manuel Medina, pone fin, a la espera de los posibles recursos, al capítulo más difícil de su vida. El único pesar de la acusación es el de no haber podido pedir una pena mayor porque fue imposible conocer con detalle el motivo de la muerte de Juana por el tiempo transcurrido. Un tiempo que borró pruebas, pero no el recuerdo de Juana Canal.