Ayuso intenta regatear la crisis por el fraude de su pareja mientras la izquierda reclama su dimisión: “Es como Aguirre, González, Cifuentes…” | Noticias de Madrid


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid, este jueves.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid, este jueves.chema Moya (EFE)

Solo han pasado 24 horas, pero la Asamblea de Madrid descubre este jueves a una Isabel Díaz Ayuso desprovista de la contundencia con la que defendió el miércoles la inocencia de su pareja, el comisionista Alberto González Amador, acusado de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental. El escenario de la metamorfosis es el pleno del Parlamento, donde la presidenta apenas levanta el escudo (”todas sus acusaciones son falsas”) mientras intenta capear el temporal de las peticiones de dimisión lanzadas por la izquierda con menciones al caso Koldo y la ley de amnistía. Entre un episodio y el otro ocurre un hecho clave: se conoce que González Amador reconoció ante la Fiscalía los delitos que se le imputan. Más madera para el fuego de la oposición, que arde este jueves mientras compara los problemas que se le acumulan a Díaz Ayuso con los que acabaron con la carrera de sus predecesores en el PP y el Gobierno.

“Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Granados [quería decir Ignacio González, explicó luego]… Usted está igual, en otras cosas, por eso tiene que dimitir”, le espeta Juan Lobato, el líder del PSOE.

Si la cara es el espejo del alma, y los aplausos el medidor del convencimiento, el PP llega acechado por el abatimiento hasta la sesión de control. Pasa lo contrario entre la oposición. Con Vox en fuera de juego, ni chicha ni limoná, tan deseoso de criticar a Ayuso como temeroso de que se le identifique con la izquierda, el PSOE y Más Madrid ven en la polémica un reactivador frente a la anestesia de la mayoría absoluta de Díaz Ayuso.

Porque la empresa de su pareja multiplicó por seis los beneficios durante lo peor de la pandemia, gracias a las comisiones cobradas por poner en contacto a importadores de mascarillas y guantes con compradores. Porque para justificar esos ingresos, y pagar menos impuestos, el novio de la presidenta usó facturas falsas, según los investigadores. Y porque cuando el Gobierno regional se afanaba en controlar los daños, preocupado por la mella que pudiera hacer en la imagen de la presidenta que se supiera que ambos vivían en un piso de lujo, o conducían un bólido Maserati, la operación de encauzamiento estalló hasta desbordar y neutralizar la intervención de la propia presidenta en defensa del intermediario.

Todo, por un correo conocido después de esa rueda de prensa y solo horas antes de la celebración del pleno: “Ciertamente, se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública”, se leía en el correo electrónico enviado a la Fiscalía por el abogado de González Amador. Con esos mimbres, la oposición se lanza cuesta abajo.

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“Usted se aprovecha de bienes de lujo que han sido adquiridos presuntamente con dinero defraudado a todos los españoles. Y miente”, arranca Juan Lobato, el líder del PSOE. “Hoy [por el jueves] tenemos en los medios de comunicación la prueba de la mentira. Eso sí que es salvaje. La mentira y el fraude”, sigue. “Debe dimitir usted porque no ha sido capaz de decir si sabía si estos hechos tan graves estaban pasando a su alrededor, y una persona que no lo sabe no puede presidir la Comunidad de Madrid. Y si lo conocía y no hizo nada, no se merece usted estar en política”, argumenta. “Mire usted lo que hemos tenido en Madrid estos últimos 20 años”, evoca. “Salvando a Gallardón, cuatro presidentes pensando en otras cosas, en otros temas: Aguirre, Cifuentes, Granados [quería decir González, explicó luego]… Usted está igual, en otras cosas, por eso tiene que dimitir”.

El recuerdo de los expresidentes del PP no es inocuo. Convoca al Parlamento el fantasma de las tramas de corrupción de la Púnica y la Gürtel, o el caso máster. Aunque solo González ha pisado la cárcel, y pese a que ni Cifuentes ni Aguirre han sido nunca condenadas por nada, la evocación provoca caras largas entre los diputados conservadores. Un gesto que se transforma en enfado cuando interviene la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot.

“No tiene la estatura moral que hay que tener para gobernar Madrid, lo demostró condenando a morir a 7.291 mayores [en referencia a los protocolos de triaje que impidieron su acceso a los hospitales en lo peor de la pandemia], protegiendo a su hermano [en referencia a la comisión de 234.000 euros que cobró por facilitar las mascarillas para un contrato firmado por la empresa Priviet con la Comunidad], y lo demuestra ahora beneficiándose de un delito fiscal con el que se compró su pisazo en el que vive”, dice con el pleno en total ebullición. “Ha venido a la política para proteger y aforar a presuntos corruptos como Ana Millán, a hacerse la víctima mientras todos se enriquecen a su alrededor”, sigue sobre la número tres del PP de Madrid, investigada por prevaricación administrativa. Y remata: “Solo hay que unir la línea de puntos, y usted está en el centro de todo”.

La mención a Millán provoca una reacción más airada en el PP que el machaque por el caso de la pareja de la presidenta. Este jueves Díaz Ayuso no busca el combate a cara de perro, más bien finta, amaga y no pega, e intenta centrar el debate en lo que a ella le interesa, que no es eso.

“Ustedes van a aprobar la ley más corrupta de la democracia, la ley que amnistía a delincuentes y a presuntos terroristas y el Gobierno, el presidente y usted [Juan Lobato] piden mi dimisión para intentar tapar ese escándalo”, argumenta. “Pedro Sánchez, usted [Lobato] y toda la bancada socialista están sentados en la corrupción política y económica y eso no lo van a tapar por muchas dimisiones que pidan buscando desestabilizarme, mi destrucción personal cuando es Pedro Sánchez el que está destruido”, añade. “Van a aprobar la ley más corrupta de la historia de la democracia y les va a pesar toda la vida”.

Así remata esta suerte de retirada ordenada el portavoz parlamentario del PP, Carlos Díaz-Pache: “En el PSOE y Más Madrid no hay nadie al volante. Los últimos ataques son tan burdos que parecen ordenados por alguien que está fuera de la realidad y rodeado de personas que no se atreven a decirle al jefe que es el final”.

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