Ayuso describe al sanchismo como “una maquinaria de comprar voluntades, elecciones y escaños” con dinero público | Noticias de Madrid



Puesta ante el Comité Ejecutivo del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso lanza uno de sus discursos más duros contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ocurre este lunes en Boadilla del Monte, un feudo conservador de la región madrileña, donde la baronesa eleva el tono para acusar al PSOE de haber formado “una maquinaria de comprar voluntades, elecciones y escaños” con dinero público. Díaz Ayuso no aporta pruebas. Ni explicaciones. La suya es una andanada destinada a encender al público presente, de por sí ya entregado, y supuestamente vinculada a los pactos políticos alcanzados por los socialistas con partidos independentistas para que Sánchez llegara a la Moncloa y Salvador Illa al Gobierno de la Generalitat de Cataluña. Son acusaciones pronunciadas en un momento clave, pues aún no se ha despejado la incógnita de si Díaz Ayuso acudirá a la ronda de reuniones bilaterales convocada por el presidente del Gobierno con los presidentes autonómicos.

“El sanchismo es una maquinaria que compra voluntades con dinero público”, dice Díaz Ayuso. “Va comprando posiciones, puestos en las administraciones, no digamos en las empresas privadas, para tener donde cohabitar cuando gobierne el enemigo, una práctica errejonista que conocemos bien”, añade. “No dudan en comprar elecciones, en comprar escaños, para de esta manera, por siempre, mantenerse ahí a costa del esfuerzo de todos los españoles”, sigue. “Aunque para ello haya que desdibujar el código penal, sacar a condenados en firme de las cárceles o haya que revisar la historia reciente, tratando a España como si se tratara de una nación fallida”.

La presidenta de Madrid critica así sin mencionarlas la ley de amnistía, la reforma del delito de malversación o la oferta de una financiación singular para Cataluña, iniciativas claves todas ellas en los pactos del PSOE con Junts y ERC. Pero la cosa no acaba ahí. En la misma línea, se opone a la ley de vivienda nacional, y a la amenaza estatal de reducir la financiación de las comunidades que no la apliquen, especialmente en lo que se refiere a la declaración de zonas tensionadas para que se puedan limitar las subidas de los alquileres.

“Si el Gobierno de la Nación quiere, con el dinero de los españoles, comprar la voluntad de los españoles, que lo haga directamente”, dice Díaz Ayuso sobre los acuerdos alcanzados con el PSOE con sus socios. “Pero nosotros no, mientras estemos en nuestra libertad y nuestra autonomía y cumpliendo las leyes, no vamos a poner en marcha todas aquellas prácticas que se han demostrado un lastre, entre otras cosas para la vivienda como ha ocurrido en toda España”.

Ayuso subraya, amplía y profundiza así su discurso contra Sánchez por los pactos con los partidos independentistas. En junio, ya acusó al presidente de “comprar las elecciones de Cataluña” durante un acto en el Parque de Berlín para conmemorar el triunfo de los populares el 28 de mayo de 2023. Esta vez, sin embargo, su acusación sin pruebas es genérica, y no circunscrita a esos comicios concretos. Además, en agosto el portavoz del ejecutivo madrileño, Miguel Ángel García Martín, vio “corrupción” en el pacto de PSOE y ERC, lo que este lunes Ayuso eleva a un plan para comprar “elecciones, voluntades y escaños”.

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Esas palabras llegan en un momento de máxima expectación. Díaz Ayuso se ha mostrado en contra de que los barones del PP debatan con Sánchez un nuevo sistema de financiación autonómica durante la ronda de citas bilaterales que ha organizado el presidente del Gobierno en la Moncloa. Al tiempo, aún no ha aclarado si ella misma acudirá a la residencia oficial para defender los intereses particulares de Madrid, como han hecho ya varios de sus homólogos conservadores, como los presidentes de Andalucía (Juan Manuel Moreno Bonilla), La Rioja (Gonzalo Capellán), Galicia (Alfonso Rueda) o Cantabria (María José Sáenz de Buruaga). Pero intervenciones como la de este lunes, que han incluido afirmar que “España no protege sus fronteras, a su población” y “(…) se alinea con las peores dictaduras por intereses que algún día conoceremos”, solo agrandan el abismo que separa a los dos líderes.



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