Ábalos lo niega todo en el Supremo y pone a Koldo de cortafuegos: “Más que un asesor era un asistente y se extralimitó”


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El ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos descargó este jueves en su asesor Koldo García toda la responsabilidad de las contrataciones de material sanitario durante la pandemia con la mercantil Soluciones de Gestión. El aforado presentó a Koldo como una persona todopoderosa dentro del Ministerio de Transportes, durante su declaración de tres horas en el Tribunal Supremo. Se desvinculó de todos los negocios llevados a cabo por la red de corrupción liderada por el empresario Víctor de Aldama y usó de cortafuegos a quien fuera su asesor, su mandatario y su mano derecha. En sus palabras, pronunciadas ante el magistrado Leopoldo Puente y el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, “Koldo más que un asesor era un asistente”.

Según informan fuentes jurídicas a EL MUNDO, Ábalos sostuvo que ni comisiones ilegales, ni ordenó contratar con Soluciones de Gestión ni sabía que Aldama estaba detrás del pago del piso de su amiga sentimental Jéssica o de la adquisición del chalé de La Alcaidesa, en la localidad gaditana de la Línea de la Concepción. En el caso del piso del Paseo de la Castellana (Madrid), según defendió, fue directamente engañado.

Durante su comparecencia voluntaria ante el Alto Tribunal, descargó una y otra vez la actividad presuntamente delictiva en Koldo, llegando a admitir que quizás “éste se extralimitó” en sus funciones en el Ministerio. El diputado subrayó que la emergencia generada durante la pandemia justificaba la compra de material sanitario por la vía de urgencia y, además, defendió la labor de su ministerio, desde donde se centralizaron las contrataciones para la compra de mascarillas y equipos de protección frente al virus. Pero aseguró que ni seleccionó ni dio orden de contratar con la mercantil Soluciones de Gestión. Y subrayó que, de las gestiones, se encargó exclusivamente Koldo, que era la persona que mantenía un contacto directo con Víctor de Almada, al que sí admitió conocer. Según la auditoria que encargó Óscar Puente en el Ministerio, las órdenes las firmaba Ábalos, que, pese a eso, negó ayer toda implicación.

El que fuera hombre de la máxima confianza del presidente Pedro Sánchez llegó a señalar que desconocía que el empresario Aldama estuviese detrás de la adquisición del chalé de La Alcaidesa, en Cádiz. Tras analizar el abundante material incautado, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sostiene que esta vivienda fue una compensación económica que obtuvo presuntamente Ábalos por los más de 6 millones de euros que ganó Aldama con el negocio de las mascarillas. El que se encargó de esa operación, según Ábalos, fue Koldo. Del pagó el alquiler del inmueble de la amiga íntima del ex ministro, una joven llamada Jéssica, en la Plaza de España (Madrid), también se habría ocupado su asesor Koldo García, según la versión del aforado, que defendió haber finalizado su relación sentimental con la misma con anterioridad, en el año 2019. El aforado también dijo estar al margen de estos hechos porque quien mantenía relación estrecha con el comisionista Aldama era siempre Koldo.

Del contrato que tenía Jéssica como auxiliar administrativa para INECO, una empresa de ingeniería dependiente del Ministerio de Transportes, y del posterior con la empresa TRAGSATEC, dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPl), también se encargaría Koldo; esta vez con la ayuda de su hermano Joseba García, también imputado en esta causa. Ábalos insistió en que no sabía nada.

Y sobre el lujoso piso del Paseo de la Castellana (Madrid), el diputado expuso que fue engañado ya que esa vivienda tenía un inquilino. Fuentes presentes en el interrogatorio informan de que fue uno de los momentos en los que la defensa de Ábalos más flaqueó ya que admitió que la firma del contrato era suya pero dijo, a su vez, que el mismo era «nulo» y de «objeto imposible».

En la documentación entregada al Supremo por la defensa de Aldama el pasado 4 de diciembre consta «la operación por la cual adquiriría, sin contraprestación, el inmueble del Paseo de la Castellana número 164 de Madrid». Se trataba de la «garantía en favor de Ábalos del cumplimiento del compromiso por parte de determinadas constructoras de abonar comisiones si resultaban adjudicatarias de determinados contratos públicos».

Durante el interrogatorio, el fiscal Luzón insistió en que ese contrato era una fiducia por el cobro de una comisión ilegal, circunstancia que Ábalos negó sin dar mayor explicaciones. El ex número tres del PSOE se encuentra imputado por delitos de organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación de caudales públicos en el denominado caso Koldo.

Al término del interrogatorio en el Tribunal Supremo, el ex titular de Transportes manifestó a los periodistas que llevaba «muchos meses tratando de declarar ante la autoridad judicial». «Creo haber dado las aclaraciones suficientes y me he comprometido a entregar la documentación», agregó el diputado.





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