A las armas sin Presupuestos


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Las personas que quieran establecerse en Catalua debern asumir un contrato social atractivo en el que, a cambio de su permiso de residencia, tendrn que adquirir los rasgos tnicoculturales que el independentismo considera propios. As lo pone en el prembulo de la proposicin de ley de cesin de las competencias de inmigracin, que desvincula la ciudadana del respeto a los derechos y libertades fundamentales para asociarla a la identidad.

Es algo natural para un nacionalista, ya sea de Junts o de Vox, pues el fin y al cabo convierte su lengua, su terruo, su boina o vaya a saber usted qu ramalazo tnico en el visado de entrada al pas. Pero el espritu netamente xenfobo de una norma que extranjeriza incluso a la poblacin espaola de fuera de Catalua tambin est firmado por el PSOE de Pedro Snchez y aceptado por el PSC de Salvador Illa.

Por tanto, no hay que viajar a ningn reservorio ultraderechista de Alemania del Este para observar cmo se pretende discriminar a un ser humano en razn de su origen. Vale con atravesar el Ebro. La diferencia fundamental es que en unos casos se apela a un infranqueable cordn sanitario y en otros se entrega las llaves de la aduana a los racistas.

La socialdemocracia catalana se comporta una vez ms como la enzima que permite digerir los bocados nauseabundos del nacionalismo excluyente (pleonasmo) a las conciencias progresistas ms aseadas. El eructo resultante es el texto del otro da, pero queda convenientemente perfumado por la prensa oficialista.

Snchez utiliza los cordones sanitarios como si fueran correas y va regulando la hebilla segn le convenga para preservar el poder. Dejar fuera al trumpista de Abascal de una ronda de contactos para rearmar al Ejrcito espaol frente a la amenaza de Putin sera coherente si en ella no se incluyera al prorruso Podemos, a Bildu o a Puigdemont, que contact con Mosc para imponer su Repblica imaginaria.

Todo con este presidente del Gobierno obedece a la lgica de sostener el Muro y ocultar a la ciudadana la gravedad extrema que supone hacer frente a una emergencia blica desde un liderazgo polarizador y sin poder negociar desde la centralidad unos Presupuestos Generales.

La financiacin del Estado mediante prrrogas puede ser una cuestin de quita y pon esos millones a travs de transferencias hasta que pasa algo gordo. Y ya ha pasado. Donald Trump ha liquidado el orden geopoltico mundial y ha sustituido el respeto a la leyes internacionales por el imperio de una sola: la del ms fuerte, que en su caso quiere decir la del ms armado y el menos escrupuloso.

Los discursos televisados de Macron o Starmer han tenido como objetivo la concienciacin de sus ciudadanos de la gravedad de una amenaza que les puede imponer sacrificios, por ejemplo, presupuestarios. Snchez ha ido de photocall en photocall con Zelensky hasta que la situacin no da ms. Ya hemos visto casi de todo. Nos falta que siga subarrendando trozos de soberana a sus socios mientras exige al PP un gran pacto para salvar a la patria. Nos vamos a hinchar de citar a Gila.





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