Snchez obvia el borrado de los mensajes para exculpar al fiscal general y exige disculpas a los medios


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El informe de la UCO remitido al juez del Tribunal Supremo que investiga a lvaro Garca Ortiz por revelacin de secretos no ha encontrado en el telfono del fiscal general del Estado ningn mensaje relacionado con la investigacin por fraude fiscal a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Eso supone que de los terminales incautados han sido eliminados mensajes de los que hay constancia que se produjeron. Eso es lo que se deduce de la investigacin. Pero Pedro Snchez tiene otra opcin, percibe otra realidad. La suya es que “no hay ningn mensaje que pruebe la acusacin tan grave que han hecho medios y partidos. La pregunta es quin va a pedir disculpas”.

En un informe pericial presentado por la Unidad Central Operativa (UCO) en el mes de noviembre qued constatado que el fiscal general se cruz mensajes con la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodrguez -igualmente investigada-; y con la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, que declar como testigo. Para el presidente del Gobierno no existen estos mensajes. “Ahora dicen que los mensajes se borraron”, se ha permitido ironizar en una rueda de prensa desde Bruselas, tras participar en el Consejo Europeo, con tres turnos de preguntas.

“Elevemos el debate pblico. Exijamos a aquellos que han acusado sin pruebas porque ahora se comprueba que no hay pruebas, que pidan disculpas y asuman su responsabilidad”, ha afirmado Snchez: “La infamia y la acusacin sin pruebas no pueden ser gratis”.

sta es la posicin y el mensaje que defiende el Gobierno. La lectura que hace del informe de la UCO. Ignorar los mensajes que la propia UCO prob que existen, poner el foco en los medios de comunicacin y seguir exigiendo responsabilidades polticas a Isabel Daz Ayuso y Alberto Nez Feijo. “Horas y horas de tertulias, ros de tinta en los medios conservadores diciendo que el fiscal general tena que dimitir y resulta que hoy en el informe de la Guardia Civil se dice que no hay ningn mensaje que pruebe esa acusacin tan grave”, ha sido el dardo que ha lanzado Snchez.

El informe de noviembre de la Guardia Civil reconstruye la “relacin cronolgica de todas las comunicaciones” de Pilar Rodrguez, fiscal jefe provincial de Madrid, con “otros miembros de la Fiscala”, entre ellos lvaro Garca Ortiz, al que atribuye una “participacin preeminente” en los hechos investigados. Con mensajes apremiando a su subordinada como “lo necesitamos para cerrar el crculo”.

“Cortina de humo”. As es como define Snchez la labor periodstica de los medios y, claro est, se puede deducir que tambin la investigacin que emprendieron la Guardia Civil y el Supremo. “Ahora se ve que se est esfumando”, ha contrapuesto.

Para el jefe del Ejecutivo, en una estrategia en la que llevan meses haciendo martillo piln los ministros, se tratar de poner el foco en los delitos cometidos por la pareja de Isabel Daz Ayuso y en la responsabilidad poltica que debieran asumir ella y Feijo. “Al final, ms all de la derivada judicial es que la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid aclare los presuntos delitos que ha cometido contra la Hacienda pblica. Qu responsabilidades polticas va a asumir la presidenta de la Comunidad de Madrid” y, ha aadido, qu responsabilidades le va a exigir Feijo. Para el Gobierno, el problema est ah y no en que se hayan borrados los mensajes del fiscal general.

Y sobre la conclusin de la UCO de que el mail con los datos sobre la pareja de Ayuso era conocido antes de ser publicado por ningn medio por, al menos, el secretario de Estado de Comunicacin, la jefa de gabinete del director de gabinete de Snchez o el director de comunicacin del PSOE, Snchez tambin echa balones fuera. A preguntas de los periodistas ha evitado aclarar si l tambin conoca ese documento antes de que se publicara en los medios y ha banalizado los mensajes que se enviaron al lder de los socialistas madrileos, Juan Lobato, instndole a ensear ese documento confidencial en la Asamblea de Madrid, trasladndoselo antes de que se publicara en los medios.





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