Ojo con Javier Milei: Pedro Snchez no sabe con quin se ha metido


Es una trampa, y quedar claro a partir de este viernes, cuando Javier Milei visite nuevamente Madrid. Es una trampa la idea de que todos los pases y todos los polticos son homologables, de que en todos los sitios sucede ms o menos lo mismo y por lo tanto para todo valen las mismas categoras de anlisis y el mismo accionar. En esa trampa est metido el gobierno de Pedro Snchez en su relacin con Argentina. Porque no, Milei no es homologable a nadie, aunque se parezca a Donald Trump, Jair Bolsonaro y Giorgia Meloni. Aunque se parezca, pero solo un poco, a Santiago Abascal y Marine Le Pen. O, en su versin previa a la presidencia, a Alvise Prez.

Snchez y su ministro de Asuntos Exteriores, Jos Manuel Albares, aplicaron en mayo los pasos lgicos en un modo de entender las relaciones internacionales que est muriendo, aquel tiempo en el que cada palabra se meda y pesaba, porque tena consecuencias y haba cosas que un jefe de Estado o de gobierno ni siquiera imaginaba decir. En ese viejo mundo tena sentido enhebrar una sucesin de decisiones de creciente intensidad hasta llegar a la retirada del mximo representante diplomtico. En este caso la embajadora en Buenos Aires, Mara Jess Alonso.

Ese mundo ya no existe; alcanza con recordar a Trump amenazando en pblico a Europa con desentenderse de su defensa militar o a Bolsonaro burlndose del aspecto de la esposa de Macron.

S, las acusaciones y declaraciones de Milei superan lo admisible, incluso si se tiene en cuenta que el Gobierno espaol viene siendo asombrosamente insultante y descalificativo con el presidente de una nacin hermana, al que calumni llamndolo drogadicto. Pero ni Albares ni Snchez entienden con quin se estn metiendo. Porque el asunto seguir, Milei volver una y otra vez sobre la figura del presidente del Gobierno y su esposa, tambin sobre la de su hermano.

En la noche del martes, en una entrevista en Buenos Aires, Milei defini a Snchez como “cobarde” y, a partir del asunto de Vito Quiles, como alguien que se vale “del aparato represor del Estado” para “avanzar sobre la libertad de expresin aplicando el modelo de Maduro“. Prxima escala posible? La tarde de este viernes, cuando Isabel Daz Ayuso entregue a Milei la “Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid”. O un par de horas despus, esa misma noche en el Casino de Madrid, cuando reciba un premio del Instituto Juan de Mariana.

Milei siempre encontrar el modo de continuar su venganza contra Snchez, al que no le perdona que apoyara al peronismo en las elecciones y no le enviara una felicitacin tras su victoria.

A Milei le quedan tres aos y medio de gobierno. Hasta dnde puede llegar Espaa con Argentina? No hay mucho ms margen. Cerrar la embajada ante una nueva andanada de ataques del inquilino de la Casa Rosada? Cortar las relaciones diplomticas para que la relacin con Argentina discurra a travs de un tercer pas en la tierra con mayor cantidad de emigrantes espaoles en el mundo?

El choque con Snchez es, a esta altura, ms redituable para Milei que para el jefe del Gobierno espaol: das atrs, Buenos Aires le hizo saber a Pekn que el presidente argentino quiere visitar a Xi Jinping, en teora representante de esos “socialistas y comunistas que mataron a 150 millones de seres humanos”, frase que Milei utiliza una y otra vez. Claro, China no es Espaa. Sera impensable que Milei insinuara que la esposa de Xi es corrupta. Lo que con China implicara un cataclismo para Argentina, con Espaa es un pasatiempo: Milei est convencido de que puede profundizar la relacin econmica en forma directa con las empresas espaolas, sin la interferencia de La Moncloa. Y quizs tenga razn.

Milei va a seguir, y lo mejor que se le puede ocurrir a Albares es convencer a su jefe de que se haga el sordo. Milei va a seguir porque es poltico (aunque lo niegue) y presidente, pero sobre todo un autopercibido lder mesinico de influencia mundial y en lucha contra “el socialismo” y el Estado, al que no quiere reformar, sino destruir. Ya lo dijo en estos das en la televisin argentina: “Donde voy soy sensacin, de hecho soy el poltico ms popular del mundo”.

Milei podr ser el presidente de un pas miembro del G-20 y de la tercera economa de Amrica Latina, pero es tambin un hombre tomndose revancha de su vida. Maltratado en su infancia y juventud por su padre y su madre, semanas atrs, en un festivo mitin en el Luna Park de Buenos Aires, Milei salud a ambos, sentados en primera fila, sin ahorrar ironas: “Vos y tus negocios…”, le dijo al padre, en una frase que solo la familia entender a fondo.

Milei, que hasta los 19 aos se dedic a despejar balones con la heterodoxia de un portero de baja estatura y audaz “locura” para cortar centros y volar de palo a palo, est acostumbrado a que lo bombardeen en soledad. Lo disfruta, siente que es su estado natural: antes eran balones, hoy son misiles de la poltica. Y los enfrenta desde una categora soada, la de ser uno de los lderes ms conocidos del mundo.

El escritor peruano Jaime Bayly, entrevistador de gran impacto en Amrica Latina, acaba de romper lazos con el jefe de Estado argentino, al que admiraba y apoyaba. “Es un engredo que va por el mundo reunindose con sus amigotes como si no fuera presidente”, dijo antes de advertir del peligro de que Milei se convierta “en un nio malcriado”.

Pelillos a la mar, dira Milei si hablase el espaol de Espaa. “Me resbala”, dira en “argentino”.

Snchez podr cerrar los cinco consulados, la embajada, el Instituto Cervantes e incluso todos los bares de espaoles en Buenos Aires. Bayly podr apelar a su retrica ms ingeniosa e hiriente, y as y todo Milei seguir. No le teme a nada ni a nadie, es un hombre que se considera depositario de una misin casi religiosa. No le teme siquiera al pueblo al que gobierna, convencido de que sabe lo que los dems an no saben, de que ve lo que otros an no entienden. Basta con escuchar lo que respondi hace unas semanas, cuando un periodista le marc que muchos argentinos no llegan a fin de mes, con sus salarios pulverizados por la inflacin: “Si la gente no llegara a fin de mes se estara muriendo en las calles, y eso es falso. Si no llegaran a fin de mes ya se hubieran muerto!”.





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